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Mitología candente: historias de los antiguos dioses solo para adultos

Cosas Muy Importantes │ Relaciones incestuosas, amor entre especies, infidelidades… los antiguos dioses eran conocidos porque, a pesar de ser seres fabulosos, poderosos e inmortales, aprovechaban cada día de su vida como si literalmente fuera el único. Y esto es algo que se puede apreciar en las historias de casi toda la mitología griega, pues aunque Zeus sea uno de los más conocidos gracias a sus extravagantes prácticas sexuales, hay otras historias como la de la sexy y letal Cirene, las aventuras de Atenea y Hefesto y el origen del aterrador Minotauro, que no se quedan atrás.

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Las historias de la mitología suelen atrapar más que cualquier telenovela latinoamericana; y es que te puedes encontrar de todo cuando te sumerges en ella: infidelidades, venganza, celos, relaciones incestuosas, engaños, autoinceminaciones, abusos… Los antiguos dioses eran seres inmortales y poderosos, pero que no podían evitar sucumbir a sus más bajas pasiones. Digamos que jamás se aburrían, pero vamos por orden.

Mitología griega

Aquí todo está mal desde el principio:

Para esta mitología el mundo empezó con el Caos, un profundo vacío del que emergió Gea (la Tierra) y algunos otros seres divinos primordiales como Eros (la personificación del amor y la fuerza procreadora), el Tártaro (el profundo abismo de dolor y sufrimiento) y el Érebo (la oscuridad y la sombra que baña al mundo).

Gea, sin ninguna ayuda de una fuerza masculina, tuvo dos hijos: Urano (Cielo) y Ponto (Mar); y, posteriormente, comenzó una relación con Urano, su propio hijo… De esta “unión” nacieron primero los 12 Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Tetis y Cronos.

Tras dar a luz a su último hijo, Gea y Urano decretaron que no nacerían más titanes, de forma que siguieron los Cíclopes de un solo ojo y los Hecatónquiros (gigantes de 100 manos y 50 caras).

Ya para este punto Gea no quería tener más hijos, así que su hijo Cronos se apiadó de ella y castró a su padre (de aquí recordemos nace Afrodita tras caer los testículos de Urano sobre el océano)… pero realmente Cronos era bastante malvado; de hecho, era el más terrible de los hijos de Gea, así que decidió derrocar a su padre y convertirse en el gobernante de los dioses, obligando a su hermana (Rea) a convertirse en su esposa.

Cronos, por supuesto, obligó a Rea a tener hijos: Hera, Deméter, Hestia, Poseidón, Hades y Zeus. Sin embargo, el gobernante de los dioses temía que alguno de sus vástagos lo traicionara, tal y como él había hecho con su padre; así que cada vez que Rea daba a luz un hijo, él lo secuestraba y se los tragaba.

Rea lo odiaba y lo engañó escondiendo a Zeus, el último de sus hijos, y envolviendo una piedra en pañales, que Cronos se tragó. Rea crio a Zeus en el monte Ida de Creta, siendo alimentado por una cabra, cuando Zeus creció, dio a su padre un veneno que lo obligó a vomitar a sus hermanos y a la piedra, que habían permanecido en el estómago de Cronos todo el tiempo y juntos lo vencieron en la gran guerra de dioses contra titanes. Esto no lleva al protagonista de caaaaasi todas las historias bizarras, sexualmente hablando, de la mitología griega: Zeus.

Zeus

Zeus el dios de los cielos con el poder del rayo otorgado por los cíclopes, fue uno de los dioses que más amoríos tuvo, tanto entre sus iguales, como entre los mortales.

La primera de las atrocidades de este dios fue el convertirse en serpiente y violar a su procreadora.

Su relación más conocida, la tuvo con su hermana Hera… Tomando forma de un inocente cuco (un ave), este logró meterse bajo las faldas de su hermana, y así le arrebató su virginidad ya en su forma original. Luego la convirtió en su tercera esposa.

Asimismo, luego mantuvo relaciones con Sémele, una amante mortal, y de esta relación salió Dionisio… esto es importante porque en esta historia se demuestra la capacidad vengativa de Hera: en un arranque de celos por la infidelidad, engañó a Sémele para que le pidiera a Zeus que se mostrara en su forma original, algo que él se vio obligado a hacer  y la magnificencia de los rayos y el fuego que desprendía acabaron por incinerar a Sémele, que estaba embarazada. Para salvar al bebé Zeus se lo cosió en un muslo para que terminara su proceso de gestación y meses después nació Dionisio.

Aunque era infiel cada vez que podía, Zeus siempre deseó a su esposa, incluso luego de su noche de bodas que se dice que duró 300 años.

Además, lo de convertirse en animales (o en otras personas) para abusar sexualmente de dioses y mortales era algo que hacía bastante seguido:

Se transformó en cisne para poseer a Leda (esposa del rey Tindáreo de Esparta):

Cuando caminaba Leda junto al río Eurotas, se le presentó el rey de los dioses, Zeus, transformado en cisne, que fingiendo ser perseguido por un águila, se posó en ella y la embarazó sin que se diera cuenta. Esa misma noche, Leda yació con su esposoTindáreo.

Se dice que Leda puso después uno o dos huevos, de donde nacieron cuatro hijos: Cator y Pólux (inmortales, presuntos hijos de Zeus), y Timandra, Clitemnestra y Filónoe (mortales, supuestas hijoas de Tindáreo).

Se transformó en toro para raptar a Europa (princesa fenicia):

Prendado de Europa, Zeus se transformó en un toro blanco y se mezcló con las reses que tenía el padre de la muchacha. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, al notar que era manso, se montó en él. Zeus aprovechó esa oportunidad: corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en el lomo. Ya en Creta, Zeus reveló su auténtica identidad, y Europa se convirtió en la primera reina de la isla.

Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas que actualmente se conocen como la constelación Tauro.

Se transformó en águila para raptar a Ganimedes (príncipe Troyano): Ganimedes fue raptado por Zeus en el monte Ida, en Frigia (que actualmente corresponde a Turquía); él pasaba allí el tiempo de exilio al que muchos héroes se sometían en su juventud, cuidando un rebaño de ovejas. Zeus lo vio, se enamoró de él casi instantáneamente, se transformó en un águila y lo llevó al monte Olimpo.

Mitología nórdica

El incesto era algo muy muy común en la mitología nórdica, especialmente entre los vanir. Los vanir (en singular vanr) son uno de los dos grupos de dioses de la mitología nórdica, los otros son los æsir.

Los principales son Njörðr, el padre de los dioses vanir y dios del mar, Frey dios de la fertilidad y Freyja, diosa del amor y la sexualidad. Estos vivían junto a los æsir en el Asgard, después del intercambio de rehenes tras la guerra que los enfrentó.

Al verse separados, los vanir tomaron la decisión de casarse entre ellos mismos (cosa que para los æsir era una monstruosidad, eso sí).

De hecho Frey y Freyja son hermanos y esposos, al igual que sus padres… por lo que son todos hermanos, tíos y padres a la vez.

Una de las leyendas más populares de esta mitología que involucra incesto es la de Völsunga:

Völsunga es una de las más conocidas sagas nórdicas. Se ha convertido en la inspiración para obras tan diversas como el Ciclo Anular de Richard Wagner o El señor de los anillos de Tolkien (de hecho Tolkien también escribió un poema épico basado en la saga publicada póstumamente como La Leyenda de Sigurd y Gudrun).

Lo que ninguno de los escritores posteriores tomó de la saga para “inspirarse” es lo que narran los primeros capítulos: Una princesa llamada Signy se casa con el rey de los geats, Siggeir, quien la traiciona y mata a todo su clan dejándolos vivos solo a ella y a su hermano, quienes logran escapar pero están obsesionados con la venganza.

La princesa le pide a su hermano que mate a los hijos que tuvo con el traidor. Luego se acuesta con su hermano y tienen otro hijo: Sinfjötli, quien ayuda a su padre-tío a asesinar al antiguo esposo de su madre-tía quemándolo dentro del castillo. Pero Signy prefiere entonces morir quemada con Siggeir que huir con su hermano-esposo y con su hijo-sobrino.

El mito de Sleipnir: El caballo nórdico de ocho patas (o cómo Loki se embarazó de un caballo)

En un inicio, los Æsir, dioses de Asgard, estaban al descubierto. Luego de una guerra contra los Vanir, los muros que protegían al Valhalla y el resto de Asgard fueron destruidos, dejando en peligro a los dioses nórdicos ante cualquier ataque de sus enemigos.

Un día, un misterioso jinete se reunió con los dioses. Se trataba de un artesano que ofreció sus servicios para construir un muro impenetrable que protegería a los Æsir de los Jotun. El precio del jinete, cuyo nombre era Blast, yacía en que se le debía entregar el sol, la luna y a la diosa Freya. 

Los dioses se reunieron para discutir la situación. Casi todos se opusieron en primera instancia. Era impensable el trato que sumiría al universo en la oscuridad… y también iban a perder a la diosa de la fertilidad. Loki fue el único que consideró en serio la oferta, y luego de pensar, les propuso una triquiñuela al resto de los dioses. Loki quiso darle a Blast un período de tiempo muy corto para realizar el trabajo, de esta manera, no lo lograría y no obtendría lo que pidió a cambio; mientras que los Æsir tendrían gran parte del muro hecho… el trato fue aceptado.

Las condiciones establecidas eran que Blast debía terminar el muro antes de que terminara el invierno y el jinete podía recibir la ayuda de su caballo, Svaðilfari. El trabajo inició y lo dioses quedaron perplejos ante la eficacia de Blast y su corcel. Levantaron rocas gigantes y las movieron a grandes velocidades. 

Los Æsir temieron lo peor, perder a los astros y a Freya, por lo que encomendaron a Loki para que encontrase una solución a la situación. El dios del engaño fue el responsable de lo que estaba pasando… y debía solventar el problema. 

Cuando ya solo faltaba construir la entrada del muro, Loki tomó la forma de una yegua y sedujo a Svaðilfari. El caballo de Blast persiguió al dios de los trucos durante toda la noche, y el artesano estuvo toda la velada detrás de su corcel. A la mañana siguiente, Blast se mostró iracundo ante los dioses y reveló que era un Gigante.

Como los Æsir no podían mantener juramentos con dicha especie, el trato se rompió y Thor desterró al coloso, golpeándolo con el Mjolnir.  Tiempo después, Loki dio a luz a Sleipnir, un caballo con ocho patas que simbolizan los vientos en todas las direcciones de los puntos cardinales. La bestia gris era la más veloz en los nueve reinos y podía recorrer las distancias entre los horizontes en muy poco tiempo. Odín quedó maravillado y decidió adueñarse del corcel, nombrándolo su caballo.

Imagen portada: Shutterstock

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