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¿Por qué se da la fiebre?

En 1917, los médicos propusieron un tratamiento extraño para la sífilis, que consistía en infectar a los pacientes con el parásito que causa la malaria; de manera que se buscaba que la fiebre malárica eliminara la sífilis. Este peculiar tratamiento es un ejemplo de cómo la fiebre se relaciona con el sistema inmunitario, por lo que, en un artículo de ‘Minutos Médicos’, conocerás más sobre ella: su relación con el hipotálamo, las sustancias que intervienen y, la pregunta más básica, por qué se da.

INTERESANTE

El centro termorregulador

El control de la temperatura corporal es una función del hipotálamo: un área del cerebro. Por lo tanto, en el hipotálamo existe un centro termorregulador.

En condiciones normales y a pesar de las variaciones ambientales, el cuerpo humano conserva la temperatura normal porque el centro termorregulador equilibra el exceso de producción de calor derivado de la actividad metabólica en los músculos y el hígado con la pérdida de calor producida a partir de la piel y los pulmones.

La temperatura normal del cuerpo humano es de aproximadamente 37 grados Celsius (°C), o 98,6 grados Fahrenheit (°F), y varía alrededor de 0,5 °C a lo largo del día. Esta variación es el resultado de procesos fisiológicos normales, incluidos cambios metabólicos, ciclos de sueño/vigilia y variabilidad hormonal.

No obstante, en el caso de fiebre, el aumento de la temperatura corporal suele ser superior a 0,5 °C; en la mayor parte de los casos, aumenta de 1 a 2 °C.

¿Qué es la fiebre?

La fiebre es un aumento de la temperatura corporal que supera la variación diaria normal y se produce en combinación con un incremento del punto de ajuste hipotalámico. Esta desviación del punto de ajuste desde un nivel “normotérmico” a otro febril es muy similar al reajuste de un termostato casero a un nivel más alto con el fin de aumentar la temperatura ambiental de una habitación.

Una vez que el punto de ajuste hipotalámico se eleva, se da una vasoconstricción (que determina que el paciente siente frío) y puede presentarse temblor, que hace que los músculos aumenten la producción de calor; aunque también pueden incrementar la temperatura tanto mecanismos químicos por parte del hígado como conductas del propio paciente al colocarse más mantas o ropa.

Los procesos de conservación (vasoconstricción) y producción (temblores musculares) de calor se mantienen hasta que la temperatura de la sangre que baña las neuronas hipotalámicas se adapta a la nueva situación del termostato. Una vez alcanzado ese punto, el hipotálamo mantiene la temperatura en un nivel febril mediante los mismos mecanismos de equilibrio de calor que tienen lugar en el estado sin fiebre.

El término “pirógeno” se usa para aludir a cualquier sustancia productora de fiebre – Imagen: Pexels.-

Cuando el punto de ajuste hipotalámico vuelve a su ajuste más bajo (porque disminuye la concentración de pirógenos o por la administración de antipiréticos), se inician los procesos de pérdida de calor mediante vasodilatación y sudoración.

Diferencia entre fiebre e hipertermia

Es fundamental comprender que la definición de fiebre no es la misma que la de hipertermia.

La hipertermia se caracteriza por un incremento no controlado de la temperatura corporal, que rebasa la capacidad del organismo para perder calor. No cambia el punto de ajuste de la función del centro termorregulador y, a diferencia de la fiebre que surge durante infecciones, no participan moléculas pirógenas.

Diagnóstico erróneo

Si bien los pacientes pueden afirmar que tienen fiebre porque «sienten calor», el diagnóstico de fiebre basado en la palpación es poco confiable e inexacto hasta en el 40% de las personas.

La hiperpirexia

Si la temperatura excede los 41 grados °C, se pueden dañar los órganos; pero el cuerpo humano tiene mecanismos para eludir esto.

Se le denomina hiperpirexia a la fiebre mayor a 41,5 °C. Esta fiebre extraordinariamente alta puede presentarse en pacientes con infecciones graves, pero lo más frecuente es que se observe en enfermos con hemorragias del sistema nervioso central.

¿Cuáles otras sustancias intervienen en la fiebre?

Se logró demostrar que la fiebre está mediada por la actividad pirogénica de las prostaglandinas, específicamente la E2 (PGE2). Esta actúa para afectar neuronas específicas dentro del hipotálamo que ayudan en la termorregulación.

La síntesis de la prostaglandina E2 se relaciona con una enzima llamada ciclooxigenasa. En consecuencia, la inhibición de esta enzima por medio de medicamentos (como el ibuprofeno y la aspirina) es un pilar para el tratamiento de la fiebre.

La acción de la PGE2 comienza cuando pirógenos exógenos (p. ej., bacterias y virus) estimulan pirógenos endógenos (p. ej., interleucinas, que son unas proteínas) para alterar el punto de ajuste y así elevar la temperatura corporal. Los pirógenos endógenos también actúan desencadenando una respuesta inmunitaria e inflamatoria.

El alto costo de la fiebre

La inducción de la fiebre en seres humanos tiene un alto costo metabólico, de modo que solo un aumento de 1 °C en la temperatura corporal requiere un aumento de 10 a 12,5 % en la tasa metabólica. En otras palabras, se necesita más energía.

El metabolismo se refiere a los cambios químicos que se presentan en una célula u organismo, y que producen la energía y los materiales necesarios para crecer. También ayuda a eliminar sustancias tóxicas – Imagen: Pexels.-

¿Cuál es la función de la fiebre?

La respuesta de la fiebre es una reacción a una infección que ha evolucionado en animales de sangre caliente durante más de 600 millones de años.

Un aumento en la temperatura corporal central actúa como un sistema de alerta para activar la vigilancia inmunológica a través de diferentes tipos de células, incluidas las células asesinas naturales y los linfocitos.

Si bien un aumento de la temperatura corporal conduce posteriormente a un mayor costo metabólico, se sabe que los beneficios de supervivencia lo superan.

¿Para tratar la sífilis?

A partir de 1917, se planteó un tratamiento particular en contra de la sífilis. Los pasos eran los siguientes:

  • Paso 1: infectar a los pacientes que padecían una etapa avanzada de sífilis con el parásito que causa la malaria.
  • Paso 2: esperar que la fiebre malárica eliminara la sífilis.
  • Paso 3: administrar quinina para frenar la malaria.

Este proceso mató al 15% de los pacientes, pero para aquellos que sobrevivieron parecia funcionar. De hecho, fue el tratamiento estándar contra la sífilis hasta que se generalizó el uso de la penicilina décadas más tarde.

Con información de: PubMed | TED-Ed | AccessMedicina

Imagen de portada: Shutterstock

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