Paul Gauguin nació en París el 7 de junio de 1848, en una familia liberal de clase media, su madre era hija de la célebre socialista y feminista Flora Tristán. Después de una juventud aventurera, que incluye una estancia de cuatro años en Perú con su familia y un empleo en la marina mercante francesa, se convirtió en un agente de bolsa de París con éxito, llevando una confortable vida burguesa con su mujer, la danesa Mette-Sophie Gad, y sus cinco hijos.
En 1874, después de conocer al pintor Camille Pissarro y ver la primera exposición de los impresionistas, se hizo coleccionista y pintor aficionado. Expuso con los impresionistas en 1876, 1880, 1881, 1882 y 1886. En 1882, debido a la quiebra de la Bolsa, decidió convertir su afición a la pintura en oficio. Un año después, su mujer e hijos se fueron a vivir con la familia de ella a Dinamarca.
A comienzos de 1884 él se trasladó a Ruán, donde vivía Pissarro. Hombre en la carretera (Ruán) pintado entonces y que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid (España), es una muestra típica del estilo paisajista de Gauguin, aún dominado por la influencia del impresionismo. Entre 1886 y 1891 Gauguin vivió principalmente en la Bretaña (a excepción del viaje a Panamá y Martinica entre 1887 y 1888), donde era el centro de un pequeño grupo de pintores experimentales conocidos como la escuela de Pont-Aven.
Bajo la influencia del pintor Émile Bernard, se alejó del impresionismo y adoptó un estilo menos naturalista, al que denominó sintetismo. Halló inspiración en el arte indígena, en los vitrales medievales y en los grabados japoneses, estos últimos los conoció a través de Vincent van Gogh en 1888, durante los dos meses que vivieron juntos en Arles, en el sur de Francia. Tras el altercado en el que Van Gogh intentó matarle, abandonó la ciudad.
Su nuevo estilo, marcado por la absorción de influencias del arte primitivo bretón, se caracterizó por la utilización de amplias zonas planas de colores encendidos, como en el Cristo amarillo (1889, Galería Albright-Knox, Buffalo, Estado de Nueva York, Estados Unidos). En 1891, arruinado y endeudado, se embarcó hacia Tahití escapando de la civilización europea, una sociedad gobernada por el oro, y de todo lo que es artificial y convencional. A excepción de una visita a Francia entre 1893 y 1895, permaneció el resto de su vida en las Antillas, primero en Tahití y después en las islas Marquesas.
Las características esenciales de su pintura experimentaron pocos cambios, mantuvo la expresividad cromática, el rechazo a la perspectiva y la utilización de formas amplias y planas. Sin embargo, influido por el ambiente tropical y la cultura polinesia, su obra fue cobrando fuerza expresiva a medida que el tema se fue haciendo más característico, la escala de sus cuadros mayor y sus composiciones más simples.
Su temática abarcó desde escenas de la vida cotidiana, como Tahitianas en la playa (1891, Museo de Orsay, París, Francia), hasta inquietantes escenas de supersticiosa aprensión, como El espíritu de los muertos observa (1892, Galería de Arte Albright-Knox). Su obra maestra es la inmensa alegoría, que es así su testamento pictórico, ¿De dónde venimos, qué somos, dónde vamos? (1897, Museo de Bellas Artes, Boston, Estados Unidos), pintado inmediatamente antes de su intento de suicidio. Una modesta pensión que le enviaba un marchante de arte de París le mantuvo hasta su muerte, el 8 de mayo de 1903, en el pueblo de Atuana, isla de Dominica (islas Marquesas).
Sus experimentaciones atrevidas con el color constituyen el antecedente directo del fauvismo. La fuerza de sus formas pictóricas influyó en el pintor noruego Edvard Munch y en la posterior escuela expresionista.
Fuente: Epdlp
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