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Halden: la prisión más humana del mundo

Halden: la prisión más humana del mundo

Las prisiones de máxima seguridad son sumamente estrictas en todo el mundo, pero gracias al sistema penitenciario de Noruega existen cárceles como Halden. Conoce la prisión más humana del mundo…

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Para muchas personas es debatible el sistema que la cárcel de Halden aplica con sus reclusos. Los que son críticos con su método lo llaman muy blando, mientras que los noruegos prefieren decirle humano.

La prisión ubicada en Halden, al sur de Noruega, cerca de la frontera con Suecia, es la cárcel más lujosa del país escandinavo. Allí no hay barrotes, los reclusos salen cada día a trabajar en los terrenos de la cárcel, compran su comida en la tienda que dispone las instalaciones y sus “celdas” cuentan con televisión, cocina y otras comodidades.

Puertas de la prisión de Halden – Imagen: WikiMedia.-

Aunque suene descabellado, esta estrategia le ha otorgado a Noruega el mejor sistema carcelario del mundo. Los cambios iniciaron en 1990, con una idea de darle a los prisioneros una nueva oportunidad de reintegrarse a la sociedad.

Más que para mantenerlos aislados, Halden busca un tiempo de reflexión para los custodiados. En este establecimiento no hay más que un arma, y su uso es exclusivo de una emergencia mayor. Los guardias comparten actividades con los reclusos, con el fin de motivarlos y ayudarlos a la rehabilitación.

Este sistema no es nada barato, para mantener estas condiciones a los 250 prisioneros, cada uno representa 110 mil euros al año que se deducen de los impuestos; pero, es innegable que las cifras están a favor de su funcionalidad. Hasta en un 25% bajó la reincidencia de criminales que terminan su condena en Noruega.

En este sistema, los reclusos reciben clases culinarias, de música, carpintería o mecánica, según sea su preferencia, y al salir tendrán un oficio cualificado con el cual reintegrarse. La única diferencia entre un ciudadano noruego común y un prisionero de Halden, es que el prisionero tiene privativa de libertad, pero todos sus derechos siguen intactos.

Desde la cárcel los prisioneros pueden votar, e incluso tienen un programa especial llamado Daddy in Prison, que les permite pasar un par de días con su familia e hijos en una zona especial del recinto.

Gracias a esta visión enfocada en la rehabilitación, Noruega tiene una de las cifras más bajas de reincidencia criminal en el mundo. Las autoridades aseguran que el secreto está en no olvidar que los reclusos también son humanos.

Con información de El Confidencial / BBC / Forbes / Liberties

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