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La historia de Elsa von Freytag-Loringhoven, la artista que inspiró a Duchamp

La historia de Elsa von Freytag-Loringhoven, la artista que inspiró a Duchamp

Seguramente, al pensar en el movimiento vanguardista que estremeció a los críticos europeos, el nombre de Marcel Duchamp viene inmediatamente a nuestra mente. Pero hubo alguien antes del artista francés, una excéntrica performer adelantada a su época y olvidada por la historia, que inspiró la técnica del «ready-made», así como a la obra de Duchamp.

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Elsa von Freytag-Loringhoven, pintora, escultora, poeta y performer vanguardista.-

¿Quién fue Elsa von Freytag-Loringhoven?

Elsa von Freytag-Loringhoven (1874-1927) nacida como Elsa Plötz, fue una pintora, escultora, poeta y performer vanguardista, nacida en Alemania en la cuna de una familia aristocrática. Sin embargo, tras la muerte de su madre, huyó de Berlín y comenzó una vida en la que se destacó, principalmente, por haber formado parte del círculo dadaísta.

Fotografía de Elsa von Freytag-Loringhoven.-

Antes de Duchamp, la artista recogía objetos de la calle con la finalidad de elevarlos a la categoría de arte. Entre estas obras se encuentran Adorno duradero.

‘Enduring Ornament’ (Elsa von Freytag-Loringhoven, 1913).-

Jane Heap, importante figura del modernismo literario, llegó a afirmar: “Ella es la única de todo el mundo que viste dadá, ama dadá y vive dadá”.

¿Cuál fue su relación con el artista Marcel Duchamp?

Caracterizada por contar con una imaginación desbordada, la artista de origen alemán contaba con un espíritu artístico tan excéntrico para su época, que Marcel Duchamp se refirió a ella en una cita célebre, que rezaba lo siguiente: «La baronesa no es futurista: es el futuro».

Marcel Duchamp, escultor y ajedrecista dadaísta.-

Ambos fueron colaboradores dentro del círculo dadaísta que se gestaba en la ciudad de Nueva York. Sin embargo, existe una teoría cada vez más cercana a la luz, que explica que la baronesa podría ser la verdadera mente detrás de La fuente, una de las obras más célebres no solo de Duchamp, sino un ícono del dadaísmo mundial.

‘La fuente’ 1917.-

La fuente fue exhibida anónimamente por primera vez en la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York, en 1917.

‘Portrait of Marcel Duchamp’ (Elsa von Freytag-Loringhoven, 1919).-

La obtención del urinario que conforma la pieza se encuentra firmado por R. Mutts, y, a pesar de que su origen no tiene una historia oficial, en una carta de Marcel Duchamp a su hermana, Suzanne Duchamp, el artista expresa:Una amiga con el pseudónimo masculino de Richard Mutt envió, como escultura, un urinario de porcelana para la exposición de los Independientes. No era del todo indecente, no había razón para rechazarla. El comité ha decidido retractarse a enseñar esta cosa».

La fuente, 1917

La pieza no se distancia demasiado de la filosofía de la baronesa sobre la libertad sexual, muchas veces relacionada con lo obsceno, indecente y transgresor.

‘La fuente’ obra atribuida durante muchos años a Marcel Duchamp, 1917.-

Con el transcurrir de los años, tras la muerte de Elsa, Duchamp dejó que su nombre fuese asociado con la pieza, y continuó trabajando en otros proyectos, a pesar de la popularidad que existía alrededor del urinario. La obra desapareció poco después de la exhibición, y fue llevada al público nuevamente en 1950.

Fotografía de Elsa von Freytag-Loringhoven, 1917).-

La prensa contemporánea manifestaba que Richard Mutts era originario de Filadelfia, lo cual hacía referencia al estado donde Von Freytag-Loringhoven habitaba al momento de la exposición.

Si bien existen diversas teorías que afirman que Duchamp adquirió el urinal en J.L. Mott Iron Works, una tienda ubicada en la 5ta Avenida de la ciudad de Nueva York, ese modelo en específico nunca había figurado entre los catálogos que correspondían a ese período en particular.

La baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven.-

La pieza artística formaba parte de la naciente técnica del «ready-made», de la cual tanto Elsa como Marcel fueron pioneros. Esta consistía en la tergiversación de objetos indiferentes de la vida cotidiana, hacia piezas artísticas que perseguían el estado más puro e imperfecto del dadaísmo.

La artista, también llamada “la baronesa” por su ascendencia aristocrática, era bien conocida por realizar obras de este tipo.

‘God’ (Elsa von Freytag-Loringhoven, 1917).-

Sin embargo, su legado va más allá de haber sido formada en las Bellas Artes, y se traduce en su máxima expresión como el retrato del dadá, con un espíritu libre, exacerbado y excéntrico.

Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando

Con información de:   Artsy |  Interartive  |  Art Bouillon |

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