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‘À bout de souffle’, la película de Godard que cambió el cine para siempre

‘À bout de souffle’, la película de Godard que cambió el cine para siempre

‘À bout de souffle’ es una película francesa escrita por François Truffaut, y dirigida por Jean-Luc Godard. Estrenada en 1960, dio inicio no solo a una década y a uno de los movimientos más icónicos del cine, sino a cómo sería percibido, de ahora en adelante, el séptimo arte.

INTERESANTE

1960, el año de las oportunidades

Un año antes, en 1959, el crítico, guionista y cineasta François Truffaut, se alzó con el Premio del Festival de Cannes al Mejor Director, gracias a su cinta Les 400 coups, una de las historias más icónicas dentro del movimiento de la Nueva Ola Francesa, también conocida como «nouvelle vague».

Gracias a Truffaut, quien también se habría popularizado durante los últimos años gracias a su participación en la revista Cahiers Du Cinéma, y a los magníficos aportes de la icónica realizadora Agnès Varda, fue posible que una película como À bout de souffle se convirtiera, sin lugar a dudas, en la iniciadora de una nueva era para el cine, como una nueva expresión cinematográfica, íntima y personal, que se contempla por medio de innovadores movimientos de cámara, historias sobre personajes tangibles, atemporales y sumamente empáticos.

À bout de souffle y el cine que sacó la cámara a las calles

Una de las particularidades que posiciona a À bout de souffle como una película completamente icónica dentro de su generación, radica en el hecho de que se atrevió a romper con los esquemas y a cambiar los paradigmas preestablecidos por el academicismo.

Fotografía de Jean-Luc Godard, Jean-Paul Belmondo, Claude Beausoleil, Raoul Coutard, y Jean Seberg, en el set de ‘À bout de souffle’ (1960) – Fuente: IMDb.-

Al igual que como suele ocurrir con el arte pictórico, cada vez que ocurre un cambio radical, surge un movimiento nuevo que lo sustenta, y en este caso, estuvo liderado por una oleada de entusiastas, guionistas y directores, que decidieron tomar la batuta, ante la necesidad de llevar a la gran pantalla un cine tan auténtico como apasionante.

Godard, al igual que el resto de los enfants terribles que hacían vida en esta aventura de hacer cine, desplegaron una agilidad extraordinaria por medio de un factor que no se había tomado con anterioridad: la improvisación.

«Godard fue quien me enseñó la diversión, la diversión y la libertad de romper las reglas» – Quentin Tarantino, sobre Jean-Luc Godard.

A pesar de las innumerables limitaciones que puede contemplar el hecho de realizar un filme fuera del estudio, Jean-Luc Godard partió de la naturaleza de su historia, de sus personajes y su entorno, para revertirlas en un retrato de hacia dónde comenzaría a dirigirse el cine de autor.

Fotograma de ‘À bout de souffle’, con Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg – Fuente: Raymond Cauchetier (IMDb).-

À bout de souffle no fue la primera película que sacó la cámara a la calle, pero sí la que sirvió como un puente entre la labor que habían llevado a cabo cineastas como Renoir o Cocteau, y lo que de ahora en adelante sería el cine moderno, propio de la segunda década del siglo XX.

Inspirado, en cierta medida, por el neorrealismo italiano que, hacía ya un par de décadas había constituido el elemento más característico de las vanguardias europeas en cuanto a cine, Godard no se preocupó demasiado por controlar cómo lucían las calles parisinas en su ópera prima. Al contrario, À bout de souffle es una película que plasma una realidad tan auténtica como su propia historia, donde sus personajes habitan en una ciudad real, con gente real, y mantienen relaciones tan terrenales como cotidianas.

¿Qué diferenciaba À bout de souffle del resto de las películas de Hollywood?

Al igual que otros pioneros de la «nouvelle vague», el estilo de Godard es identificable gracias a su edición. Los cortes, el rompimiento de la «cuarta pared», las transiciones, y la forma en que nos desplaza de una escena a otra, rompen con el tradicional esquema al que Hollywood estaba acostumbrado, y permite al espectador vivir una experiencia distinta, íntima y magistralmente vanguardista.

Fotograma de Jean-Paul Belmondo en ‘À bout de souffle’ (1960) – Fuente: IMDb.-

Lo verdaderamente interesante radica en cómo Godard decidió llevar a cabo el abordaje de À bout de souffle. En sí misma, la cinta supone una representación del sueño americano en la cultura francesa, en vista de que la figura del “héroe” de Michel Poiccard -interpretado por Jean-Paul Belmondo-, ha construido su identidad, a partir de uno de los mayores íconos de la cultura hollywoodense: Humphrey Bogart.

Tanto el personaje de Michel como el de su novia Patricia -interpretada por la icónica Jean Seberg-, se encuentran perdidos en la búsqueda de una identidad sólida. Y es por medio de un diálogo honesto, una relación tangible y una caracterización tan excepcional como innovadora, que Godard nos transporta a un universo que casi se sale de la ficción, y que casi nos permite vivir la historia junto a los personajes.

Con información de: IMDb / En Filme / Sin final en el guion / Nerdwriter1

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