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Operación Garibaldi: Los judíos van a la caza de Adolf Eichmann

Mientras el mundo creía que tras los juicios de Nuremberg se había logrado hacer justicia a las atrocidades cometidas por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en Israel consideraban que el trabajo no estaba completado. Adolf Eichmann, el arquitecto de la masiva aniquilación judía durante el III Reich, había logrado huir de las manos aliadas, y el servicio de inteligencia israelí, el Mossad, no dejaría impune sus crímenes. Una operación diseñada para dar con su paradero y capturarlo, se convirtió en uno de los episodios más sonados de la movida década de los sesentas. Aquí contamos cómo la fue la Operación Garibaldi: a la caza de Adolf Eichmann.  

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¿Quién era y qué hizo Adolf Eichmann?

El protagonista de este episodio de Crónicas de Ares es el alemán Otto Adolf Eichmann. Nacido en Alemania pero mudado a Austria, se unió al Partido Nazi local y a las SS austríacas en 1932. Regresó a Alemania en 1933 donde se unió al Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad). Fue el encargado del departamento responsable de los asuntos judíos especialmente la emigración, donde los nazis ejercían violencia y presión económica. Después del inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, Eichmann y su equipo agruparon a los judíos en los campos de concentración y los guetos en las ciudades grandes con la expectativa de ser transportados hacia el este o a través del mar. Hicieron planes para reservas judías, primero en Nisko, al sureste de Polonia, y más tarde en Madagascar, pero todos estos planes fueron descartados.

Cuando los nazis inician la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, cambia la política de emigración hacia el exterminio. Copartícipes de este genocidio fueron Reinhard Heydrich, quien era el superior de Eichmann, quien ya ostentaba un alto rango militar en las SS alemanas, y demás líderes militares y administrativos presentes en la Conferencia de Wannsee el 20 de enero de 1942, organizada por Eichmann hasta el último detalle, donde el gobierno nazi alemán decidió la llamada Solución Final, que se refería a las formas de cómo se exterminarían los judíos en la Europa ocupada. Eichmann y su equipo fueron los responsables de la deportación y exterminio de los judíos en los campos de concentración, donde las víctimas fueron gaseadas. Muchas de las víctimas fueron enviadas al campo de concentración de Auschwitz, donde cerca del 75% fueron asesinadas en el momento de su llegada. El criminal nazi Dieter Wisliceny testificó en el juicio principal de Núremberg que Eichmann le había dicho en febrero de 1945 que saltaría riéndose en su tumba porque la sensación de que tenía a cinco millones de personas asesinadas en su conciencia sería para él una fuente de extraordinaria satisfacción.

Al final de la guerra, Eichmann fue capturado por fuerzas estadounidenses y pasó temporadas en varios campos para oficiales de las SS usando papeles falsificados que lo identificaron como «Otto Eckmann». Escapó de Cham, Alemania, cuando se dio cuenta de que su identidad real había sido descubierta. Obtuvo nuevos papeles de identidad con el nombre de «Otto Heninger» y se trasladó con frecuencia durante los siguientes meses. Él inicialmente obtuvo trabajo en la industria maderera y posteriormente alquiló una pequeña parcela en Altensalzkoth, donde vivió hasta 1950. ​El antiguo comandante de Auschwitz Rudolf Höss y otros dieron pruebas condenatorias sobre Eichmann en los Juicios de Núremberg, lo que avivó la búsqueda del fugitivo nazi por parte de los aliados.

En 1948, Eichmann obtuvo un permiso de aterrizaje para Argentina y una identificación falsa bajo el nombre de «Ricardo Klement» a través de una organización dirigida por el obispo Alois Hudal, un clérigo austríaco residente en Italia con simpatías nazis. En 1950 fue a Génova, donde un franciscano, Edoardo Dömöter, le entregó una carta en la que decía que era un refugiado de guerra.​ Estos documentos le habilitaron para obtener un pasaporte humanitario del Comité Internacional de la Cruz Roja y los permisos de entrada restantes que permitirían la emigración a Argentina.Partió de Génova en barco el 17 de junio de 1950 y llegó a Buenos Aires el 14 de julio.

Se alojó en un hotel para inmigrantes en el barrio porteño de Palermo Viejo y comenzó a trabajar en un taller mecánico. Luego viajó en tren a Tucumán para trabajar en una empresa alemana. Llegó toda su familia a la Argentina y los trasladó a la provincia de Tucumán. Eichmann estaba casado con Veronika Liebl y tuvo cinco hijos -Klaus, Horst, Dieter, Ricardo y Nicolás. En 1952 quebró la empresa en que trabajaba y empezó a trabajar en una fábrica de zumos de frutas, que tampoco tuvo éxito. Intentó instalar una tintorería, pero fracasó, por lo que se colocó a trabajar en la fábrica de calentadores Orbis. También residió durante en un tiempo en las afueras de la ciudad de La Plata, donde trabajó como criador de conejos de Angora.

Cuando la empresa alemana Mercedes Benz reabrió sus puertas en 1959, Eichmann se hizo gerente de planta. Se trataba de una empresa de capitales alemanes, sospechosa de estar vinculada a los nazis. Con el salario de gerente, compró una casa en la calle Garibaldi en la zona norte del Gran Buenos Aires.

Eichmann es ubicado

La presunta ubicación y seudónimo de Eichmann en Argentina fue denunciada por Lothar Hermann, un judío comunista alemán sobreviviente del campo de concentración de Dachau que había quedado ciego por las torturas sufridas, y que había llegado en 1938 a Argentina. Su hija estaba saliendo causalmente con el hijo de Eichmann. Instalado en Argentina desde 1940, luego de haber pasado por Uruguay, Hermann mantiene su lucha contra el nazismo y luego de la guerra se suma a la caza de nazis bajo órdenes del Partido Comunista Alemán, mezclándose con la comunidad alemana en Argentina y ocultando su identidad judía.

Entre 1953 y 1955, su hija Silvia, que por entonces tenía entre doce y catorce años,​ conoció a uno de los hijos de Eichmann (la mayoría de las fuentes lo identifican como Klaus, el mayor). Los jóvenes se hicieron amigos y mantuvieron un intercambio por correspondencia cuando los Hermann se mudaron a Coronel Suárez en 1955, a 500 km de Buenos Aires. En el curso de esa relación el hijo de Eichmann le contó a Silvia que su padre era de la SS y que se llamaba Adolf Eichmann.​ A pesar de su edad, Lothar Hermann le encomendó a su hija ir a la casa de Eichmann, para verificar su identidad y establecer la dirección precisa. Silvia cumplió con su misión y transmitió esa información a su padre, quien constató que se trataba efectivamente de Eichmann, uno de los principales genocidas nazis buscados internacionalmente.

​Con esa información en su poder, en 1957 Lothar Hermann le envió una carta a Fritz Bauer,​ uno de los fiscales de los procesos de Auschwitz, de quien se había vuelto amigo por compartir el cautiverio en Dachau. informándole que había localizado a Eichmann en Buenos Aires, que había adoptado la identidad de Ricardo Klement y cuál era su dirección.

Bauer a su vez mantuvo la información en reserva, por miedo a que las autoridades alemanas la filtraran y Eichmann se escapara, y comunicó la información a las autoridades israelíes de Colonia, que a su vez la transmitieron al servicio de inteligencia israelí, el Mosad. En 1958 el Mosad envió dos misiones secretas a la Argentina, para verificar la denuncia, pero ambas descartaron la denuncia con el argumento de que Lothar Hermann era ciego y que el barrio en que vivía Eichmann -quien ya se había mudado a San Fernando- era demasiado «miserable» como para que viviera un alto oficial nazi.

Luego de varios años de inacción por parte de Israel, Lothar Hermann y Bauer comenzaron a preocuparse. En total escribió veintiséis cartas instando al gobierno de Israel a decidirse a detener a Eichmann, el punto que en marzo de 1960 llegó a recriminarles. Con el tiempo, se intentó ocultar el papel relevante de Hermann y su hija en la ubicación, identificación y captura de Eichmann.

A la captura de Eichmann

En 1960 el gobierno israelí decidió revaluar las denuncias y datos que venían aportando Lothar Hermann y Franz Bauer y envió una serie de agentes de inteligencia para volver a verificar la información. El jefe y cerebro de Operación Garibaldi (el nombre obedecía al nombre de la calle donde vivía Eichmann) fue el agente Isser Harel, uno de los primeros y antiguos jefes con los que contó el Mosad.

No sabían en qué domicilio vivía, sino que sabían dónde trabajaba Nicolás Eichmann. Simulando llevar un paquete, los agentes del Mosad lograron que Nicolás recibiera el mismo; luego inician un proceso de espionaje desde el taller hasta el domicilio en el que residían él, su mujer y un hijo. Continuando con sus tareas de espionaje observan que el joven se dirigía a una casa humilde ubicada en la calle Garibaldi. Los agentes de inteligencia simulan ser empresarios de una importante fábrica que desea radicarse en Argentina. Se dirigen a la Municipalidad de San Fernando y piden informes de dominios a todas las viviendas que están ubicadas en esa manzana. Entre las listas de nombres encuentran a una Vera Liebl de Fichmann. Supusieron que los funcionarios públicos locales confundieron una E con una F. Sin embargo, en un medidor de luz de la casa alquilada, anterior a la calle Garibaldi, encontraron los siguientes nombres: Francisco Shmidt y Ricardo Klement.

Una segunda misión realizada por el espía Zvi Aharoni, logró finalmente, identificar al objetivo. Aharoni, tomó, de forma disimulada y sin despertar sospechas, fotografías de la casa para luego enviarlas a Israel con el fin de que fueran identificadas por medio de un peritaje fotográfico. Este peritaje reveló muchísimas coincidencias entre Ricardo Klement y el oficial de las SS, descartando al mismo tiempo que Francisco Shmidt fuese Adolf Eichmann.

En marzo de 1960 los agentes israelíes sabían la fecha de aniversario de la boda entre Vera Liebl de Eichmann y Adolf Eichmann. Llegada esa fecha, donde se cumplían las bodas de plata (los veinticinco años de matrimonio), los espías acudieron al lugar para observar si en la casa sucedía algo fuera de lo común lo que, en evidencia, sí ocurrió: observaron una fiesta familiar y de amigos luciendo vestimentas lujosas con una cena muy especial como si estuviesen celebrando las bodas de plata. Al coincidir este dato con el expediente secreto de Eichmann, que había construido el Mosad, se dieron cuenta de que estaban muy cerca de la persona que venían buscando por todo el planeta.

Con este dato confirmado, el primer ministro israelí, David Ben Gurión, conformó un comité de emergencia integrada por la cúpula del gobierno y del Mosad. La conclusión fue que había que llevar a Israel a Eichmann porque Argentina no extraditaría a un criminal de guerra nazi: el gobierno de Frondizi estaría protegiendo a criminales nazis.

El 1 de mayo de 1960, un grupo de espionaje israelí perteneciente al Mosad llegó a Buenos Aires, dirigidos por Rafael Eitan y bajo la coordinación de Peter Malkin. No obstante ese día llegó al país con otro nombre, el cerebro y jefe del servicio secreto israelí, el Mosad, Isser Harel.

El equipo de espionaje vigiló a Eichmann durante dos semanas desde un carro estacionado cerca de la casa, que habitualmente cambiaban de marca y modelo. El plan era atraparlo cuando volviera de su trabajo en la planta de Mercedes Benz. Dos carros aparentemente accidentados cerca de su casa sería el señuelo para atraparlo.

A las 18:00 del miércoles 11 de mayo de 1960, Eichmann salía del trabajo y tomaba un bus a casa. En él, iba uno de los espías del Mosad. Al bajarse del bus, se encuentra a oscuras con los vehículos averiados. Eichmann no sospechó al ver el vehículo averiado y uno de los agentes (Peter Malkin) se acercó y le dijo en la única frase en español que sabía: «Un momento señor, ¿puedo preguntarle algo?». Eichmann, que venía con una linterna se acercó al vehículo y ahí fue dominado e introducido en uno de los vehículos, para después trasladarlo a un refugio donde fue interrogado durante nueve días. En esos intensos interrogatorios y tortura, se pudo confirmar la identidad real de Eichmann. Eichmann no quería ir a Jerusalén. Preguntaba por qué no a Fráncfort del Meno, o a Múnich, pero finalmente terminó firmando una declaración de que salía voluntariamente de Argentina. Redacta una declaración a propia mano diciendo que no le gustaba el juego de seguir escapando y de separarse de toda su familia por el hecho de ser perseguido. En su declaración aparece también diciendo que no valía la pena el seguir viviendo y que los equipos que puso Israel habían ganado el juego.

Traslado a Israel

El 20 de mayo, el Mossad drogó a Eichmann y lo vistió de mecánico para llevarlo a bordo de un avión de la aerolínea nacional israelí, El Al, que había llegado a Buenos Aires con una delegación oficial del Estado de Israel llegada al país atendiendo una invitación del gobierno argentino para celebrar el 150 aniversario de la Revolución de Mayo.

Eichmann iba disfrazado como un guardia borracho y que era acompañado por una persona que era el médico puesto por la inteligencia israelí. Se había realizado internamente en esta operación una operación llamada accidente de carretera. Uno de los agentes de inteligencia entró a un hospital argentino simulando que había sido accidentado. Entonces quedó internado y pidió constantemente ser llevado a Israel. El 20 de mayo por la mañana le dieron el alta y el documento del agente de inteligencia pasó a tener una fotografía de Adolf Eichmann.

En el traslado a Tel Aviv, los viajantes en el vuelo sabían que algo extraño ocurría y los miembros del Mosad informaron el nombre de quién era trasladado a Israel. El grupo que dirigió el secuestro estuvo viajando en primera clase. No se le permitía a nadie hablar con el prisionero como tampoco acercarse. Solo el jefe del servicio de inteligencia Harel, como el médico estaban autorizados a estar cerca.

Al revelarse poco a poco lo acontecido, el gobierno argentino presidido por ese entonces por Arturo Frondizi, conminó al Estado de Israel a dar explicaciones bajo apercibimiento de romper relaciones diplomáticas. Argentina acusó formalmente a Israel de utilizar métodos nazis para llevar a cabo sus actividades. Solo en el año 2005 Israel reconoció oficialmente que la operación fue llevada a cabo por iniciativa del gobierno y por agentes de sus servicios secretos.

Tras un largo proceso, que causó gran impacto y controversias en Jerusalén, Eichmann fue ejecutado desnudo en la horca la madrugada del 31 de mayo de 1962, acusado de crímenes contra el pueblo judío. En la última carta antes de la ejecución, que se puede ver en la biografía de Adolf Eichmann, dio gracias y larga vida a Argentina como le había dado a Austria y Alemania, países en los que consideraba que había sido feliz. Después de ejecutada la sentencia de muerte, los ejecutores deciden incinerar el cuerpo para no dejar rastros y permitir que nadie realice homenajes con respecto a su persona, arrojando sus cenizas al mar Mediterráneo, fuera de las aguas territoriales del Estado de Israel.

Imagen Portada: Wikipedia

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