Considerada como una de las obras maestras del artista renacentista italiano Sandro Botticelli, ‘Alegoría de la primavera’ o mejor conocida como: ‘La primavera’, es una obra que muestra la iconografía y la forma clasicista de la época. La pintura, al igual que ‘Palas y el centauro’ y ‘El nacimiento de Venus’ están influenciadas por el pensamiento neoplatónico del cual el pintor era creyente. Conoce más de este imponente ícono del Renacimiento italiano…
Alessandro di Mariano di Vianni Filipepi, conocido popularmente como Sandro Botticelli, nació en Florencia, Italia. Es uno de los pintores renacentistas italianos más populares, considerado uno de los creadores de los exquisitos modelos femeninos. Se cree que realizó cerca de 150 pinturas, entre ellas El nacimiento de Venus y La primavera…
Botticelli pintó esta obra para Lorenzo di Pierfranceso de Médici, primo de Lorenzo el Magnífico, para adornar la Villa di Castello, en la campiña florentina.
La primavera
La pintura, realizada al temple sobre tabla entre 1477 y 1482 propone una lectura de derecha a izquierda, comenzando con Céfiro y terminando con Mercurio (Hermes en la mitología griega) a la izquierda del cuadro.
Botticelli se encargó de que los personajes indicaran el modo en el que se debe leer el relato. La mujer más cercana al espectador (Flora) camina hacia la izquierda. Por su parte, Cupido (Eros en la mitología griega) apunta su flecha en la misma dirección. Como figura central preside Venus (Afrodita en la mitología griega) indicando el camino que debemos continuar. Una de las tres Gracias, dirige su rostro a la izquierda. Finalmente, la última figura también se muestra en dicha dirección.
En la considerada “representación de fábula mitológica” se observa un bosque cerrado y oscuro, formado por árboles de naranjas, pinos y laureles; tras de algunos de ellos se observa luz, queriendo decir que hay mucho más allá de este jardín o bosque. De igual manera, las flores presentes en esta escena son típicamente toscanas que florecen en primavera.
Los nueve personajes…
La pintura presenta a nueve diferentes personajes de la mitología romana distribuidos en una composición rítmicamente equilibrada. Las figuras están separadas en dos grupos de tres y el resto se puede apreciar individualmente sin mostrar una interacción directa con el resto de los personajes de la pintura…
Céfiro, Cloris y Flora
Iniciando de derecha a izquierda, se aprecia a un grupo de tres personajes que interactúan entre sí. En esta parte del cuadro, Botticelli representó una metamorfosis.
La devoción que tenía el pintor por Ovidio se ve reflejada en esta escena de la pintura mediante un homenaje a la obra Las metamorfosis del poeta, la cual reúne centenares de cambios y transformaciones de dioses y héroes griegos y romanos.
La escena comienza con un azulado y alado Céfiro -dios del viento del oeste- persiguiendo a la ninfa Cloris, quien está huyendo de él vestida con una túnica transparente; no obstante, en el momento del rapto, Céfiro se enamora de la ninfa, la posee y la convierte en su esposa… Acto inmediato, del aliento de Cloris surgen plantas y termina convirtiéndose en el tercer personaje de la escena: Flora -diosa de la primavera- representada con un vestido completamente poblado de flores.
“Yo era Cloris, que ahora me llamo Flora”, señala Ovidio en su obra. Finalmente, como regalo, Céfiro le concede a Flora un hermoso jardín en el cual reinaría la eterna primavera.
Venus y Cupido
En el centro de la obra se encuentra Venus -diosa del amor- con un vestido blanco algo transparente y una túnica color rojo. Se muestra como el eje de todo, reinando sobre el pequeño bosque donde se encuentran todos los personajes. Se le ve levantando su mano derecha, lo que se dice es un saludo al espectador y de invitación a su jardín.
Volando sobre Venus, está su hijo Cupido, símbolo del amor, apuntando una de sus flechas en llamas hacia una de las tres Gracias. Sus ojos se encuentran vendados, expertos señalan que esto se debe a que “el amor es ciego”.
Las tres Gracias
Son representadas en la mitología griega como jóvenes bellas, pero sabias y elocuentes. Representan la castidad, la voluptuosidad y la belleza. En la mitología romana, se llaman: Pulchritudo, Castitas, y Voluptas, símbolos también de la personificación de los tres tipos de mujer: la virgen, la esposa y la amante…
Pulchritudo está situada a la derecha con una imagen bastante serena dirigiendo al grupo. En el medio se encuentra Castitas -a ella se dirige la flecha de Cupido- con cabellos recogidos y con rostro pensativo y melancólico. Por último, Voluptas se muestra animada por el movimiento de sus pliegues y cabellos.
Mercurio
En el extremo izquierdo se encuentra Mercurio -dios del comercio y mensajero de los dioses- sosteniendo su caduceo con el brazo derecho -una versión con dos dragones alados en vez de serpientes- con el que ahuyenta a las nubes; cerrando así, el ciclo de la composición del cuadro; recordemos que empezó con Céfiro irrumpiendo en el pequeño bosque.
¿Cuál es la verdadera interpretación del cuadro?
La primavera es una de las obras de arte más misteriosas existentes. Muchos análisis e interpretaciones provenientes de diversos expertos han surgido a través de los años; sin embargo, la gran mayoría de ellos especifican que la representación del «amor» es la base de esta obra maestra…
El neoplatonismo se interesaba mucho en la representación del amor. La primavera es una alegoría del amor en diferentes manifestaciones; por ende, se cree que Botticelli representó el circuito del amor a través de los personajes en la obra. Citando al neoplatónico Marsilio Ficino:
“… un solo y mismo círculo de Dios al mundo y del mundo a Dios es designado con tres nombres. En cuanto comienza en Dios y atrae hacia sí, belleza; en cuanto, pasando al mundo, lo rapta, amor; en cuanto que retorna al autor y une a él su propia belleza, placer. Por tanto, el amor comienza en la belleza y termina en el placer”.
Con información de: Infografias el mercurio | Ruta cultural | Ecured | Cultura inquieta | Foto: Shutterstock
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