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En Imágenes: La trágica explosión del Challenger (+Foto secuencia)

En Imágenes: La trágica explosión del Challenger (+Foto secuencia)

El 28 de enero de 1986, la tragedia golpeó a la NASA y al mundo cuando el transbordador espacial Challenger se desintegró 73 segundos después de su lanzamiento, llevándose consigo la vida de los siete miembros de la tripulación: Dick Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe.

INTERESANTE

Este fatídico suceso marcó el primer accidente fatal de una nave espacial estadounidense en vuelo. En este artículo, exploraremos los detalles de la misión STS-51-L, las circunstancias que llevaron a la catástrofe y las repercusiones que transformaron el programa del transbordador espacial.

La Misión STS-51-L

El Challenger emprendió la misión STS-51-L, su décimo vuelo y el vigésimo quinto de la flota de transbordadores espaciales. La tripulación tenía la tarea de desplegar un satélite de comunicaciones y estudiar el cometa Halley durante su órbita. Además, este vuelo histórico incluía llevar a la maestra Christa McAuliffe al espacio como parte del programa Teacher In Space. Esta iniciativa generó un interés mediático sin precedentes, con escuelas en todo Estados Unidos sintonizando el lanzamiento y siendo testigos de la tragedia en tiempo real.

La causa de la tragedia

El desastre fue resultado de la falla de los anillos en O primario y secundario en una junta del propulsor de cohetes sólidos derecho del transbordador. Las bajas temperaturas en la mañana del lanzamiento endurecieron los anillos de goma, disminuyendo su capacidad para sellar las juntas. Pocos segundos después del despegue, los anillos cedieron, permitiendo que el gas presurizado y caliente se filtrara y quemara la estructura de conexión del propulsor con el tanque externo. Esto desencadenó una serie de eventos catastróficos que resultaron en la desintegración del transbordador.

Consecuencias y lecciones aprendidas

El desastre del Challenger provocó una pausa de 32 meses en el programa del transbordador espacial. El Presidente Ronald Reagan estableció la Comisión Rogers para investigar el accidente, señalando las deficiencias en la cultura organizativa de la NASA y sus procesos de toma de decisiones. Datos de prueba desde 1977 revelaron una falla potencialmente catastrófica en los anillos en O de los propulsores sólidos, una deficiencia conocida que ni NASA ni el fabricante Morton Thiokol habían abordado.

Como respuesta a la tragedia, la NASA creó la Oficina de Seguridad, Confiabilidad y Aseguramiento de Calidad. También cambió su enfoque para el despliegue de satélites, optando por cohetes no tripulados en lugar de utilizar transbordadores tripulados. La construcción del nuevo transbordador espacial Endeavour fue aprobada en 1987 y se implementaron mejoras significativas en el diseño de los propulsores sólidos.

La tragedia del Challenger dejó cicatrices imborrables en la historia de la exploración espacial, pero también sirvió como catalizador para reformas cruciales en la NASA. A través de la investigación exhaustiva de la Comisión Rogers y los cambios implementados, la agencia espacial aprendió valiosas lecciones sobre seguridad y toma de decisiones. El legado de los héroes caídos del Challenger vive en la búsqueda constante de la excelencia y la seguridad en la exploración del espacio.

Foto secuencia de la explosión del Challenger 

El nieto de un extrabajador de la NASA hizo públicas una veintena de fotografías del accidente del Challenger, ocurrido en 1986. Las imágenes muestran una secuencia desde que el cohete despega hasta que sus restos acaban cayendo de nuevo a la Tierra.

«Estaba mirando en las cajas de mis abuelos y he encontrado unas viejas fotografías del trágico despegue de 1986. Las he escaneado y he hecho un álbum», explica el dueño de las instantáneas en la presentación de esta recopilación.

Fotos: Imgur Fuente: Elmundo

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