El hedonismo proviene de la palabra griega ‘hedone’, la cual significa placer en español. El término hace referencia a un grupo de filosofías en las que se establece el placer como el fin supremo del vivir… Pero ¿qué tipo de placeres son estos? ¿Son estilos de vida libertinos? ¡Te lo contamos!
Los orígenes del hedonismo
En la Grecia Antigua existían dos escuelas filosóficas que predicaban el hedonismo. Estas escuelas se distanciaron en la prioridad que le daban a los distintos tipos de placer.
En primer lugar, tenemos a la escuela cirenaica que fue fundada por Aristipo de Cirene entre el siglo IV y III a. C. Esta visión del hedonismo es la más comúnmente conocida, el desborde de las pasiones y los placeres sensuales.
Su principal exponente afirmaba que los placeres del cuerpo tenían más relevancia que los placeres mentales debido a su intensidad. Los creyentes de esta escuela otorgaban tanta importancia a los deseos inmediatos y su satisfacción que obviaban si para su realización se implicaban actos inmorales.
La otra escuela clásica era la de Epicuro, también fue fundada alrededor del siglo III a. C. Su filosofía distaba de la cirenaica en cuanto el placer, que debe ser comprendido como la tranquilidad, la ausencia de dolor o la capacidad de moderarse a uno mismo y aceptar circunstancias naturales como la muerte.
Los seguidores de esta doctrina no seguían el placer corporal que garantizaba una satisfacción inmediata. Si la satisfacción de un placer intenso produciría un malestar luego, decidían evitarlo. Los epicúreos procuraban satisfacer los placeres espirituales que generaban satisfacción a largo plazo.
Procuraban una vida sencilla y moderada, en la que primaban la satisfacción de las necesidades básicas naturales y los pequeños placeres.
Filosofías posteriores vinculadas al hedonismo
Actualmente, el hedonismo se asienta en el imaginario común como una filosofía negativa debido a que se asocia a la filosofía amoral del Marqués de Sade. Este fue un filósofo y escritor que abogaba por un comportamiento en donde la satisfacción de los placeres individuales no debía limitarse por ningún tipo de restricción moral o sexual. En sus obras destacan la violencia, la sexualidad y las corrupciones; los términos sadismo y sadomasoquismo son el legado del escritor al mundo.
Por otro lado, en la filosofía contemporánea, Michel Onfray señala el camino hacia un hedonismo parecido al epicureísmo. Para Onfray debe primar el ser, es decir, el sentir. Estar presente, disfrutar de los valores como la libertad, la amistad y el amor, en eso consiste el placer supremo, en lugar del tener, una idea propia del utilitarismo o el consumismo.
La filosofía de Friedrich Schiller: la belleza es capaz de elevar al hombre a la perfección moral
Con información de: Wikipedia / filosofia&co / Foto: Shutterstock
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