En la década de los 70, Pepsi quería entrar a la Unión Soviética para vender su famosa bebida gaseosa, pero ya que el rublo no era intercambiable en el mercado económico internacional, el método de pago sería bastante peculiar… ¡Descubre aquí la historia!
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Durante la década de los 70, la gigantesca empresa productora de Pepsi, quería entrar al mercado soviético, lo cual no sería una hazaña fácil debido a las prohibiciones y el fuerte rechazo a las grandes compañías por parte del comunismo; sin embargo, Richard Nixon -presidente de EE. UU. para ese momento-, tenía unas relaciones relativamente estables con la Unión Soviética, y pudo establecer la conexión, así PepsiCo comenzó negaciones con la Unión Soviética (URSS), después de 1972.
Comerciar la bebida gaseosa, y que Pepsi obtuviese ganancias a través de ello, era algo complicado de lograr, debido a que en la URSS no se podía utilizar una moneda extranjera fácilmente, y el rublo (moneda soviética), no podía ser intercambiado en el mercado internacional.
Sin embargo, aunque era la primera vez que la URSS permitía que una gigantesca empresa como PepsiCo comerciara en su territorio, los soviéticos, al igual que muchos otros países con graves crisis económicas, utilizaban el trueque como medida de pago.
Entonces, para poder pagar a Pepsi, los soviéticos pensaron que la mejor manera sería a través de la bebida estrella de Rusia y demás países eslavos: el vodka.
Así Pepsi se convirtió en el primer producto del bloque capitalista en ser elaborado en territorio soviético, y para mediados de los años 80 existían alrededor de 20 fábricas en la URSS, pero el comunismo comenzaba su inminente caída económica y la antigua vodka ya no podía pagar el precio.
¿Cómo le pagó la URSS a Pepsi?
La ya muy debilitada Unión Soviética, ofreció a PepsiCo pagarle con submarinos y buques, entre otros vehículos de guerra a cambio de que se siguiese produciendo la bebida americana en el territorio. Aunque pueda sonar jocoso hoy en día, la empresa americana aceptó rápidamente.
El portal El Español, cita al historiador Juan José Primo Jurado, en su libro Esto no estaba en mi libro de la Guerra Fría, lo siguiente:“PesiCo se convirtió en la propietaria de 17 submarinos Diesel, un crucero, una fragata y un destructor vetustos, lo que la convirtió en la virtual séptima potencia mundial en flota submarina convencional, es decir, no nuclear”. Se comenta que el expresidente de PepsiCo, Donald Kendall bromearía diciendo que su empresa estaba desmantelando a la Unión Soviética más rápido que el Gobierno americano.
No obstante, al igual que la famosa banda ABBA, PepsiCo vendió toda la numerosa armada como chatarra a comerciantes suecos.
Los analistas y periódicos no saben a ciencia cierta si fueron la sexta o séptima potencia militar del mundo, pero no cabe duda de que Pepsi tuvo a su disposición, por unos pocos días, una gigantesca flota militar y es un curioso hecho histórico que vale la pena recordar.
Con información de: El Español / BBC / Imágenes de: Wikimedia / Pixabay / Foto: Shutterstock
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Autor:
Omar N. Golding
