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“Desarrollar tolerancia” y otras mentiras o mitos alrededor del CBD

“Desarrollar tolerancia” y otras mentiras o mitos alrededor del CBD

El CBD o cannabidiol es el principal componente terapéutico del cannabis, y aunque su uso médico es cada vez más aceptado, algunas personas siguen creyendo (o creando) mentiras como que es posible desarrollar tolerancia al CBD o incluso adicción. ¡Te contamos todo lo que debes saber sobre los mitos alrededor del CBD!

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La adicción al cannabis por el consumo de CBD es solamente marketing. Por ejemplo, que no hay estudios científicos que prueben su eficacia o que lo cura todo son solo algunos de los mitos que giran en torno al CBD.

¿La tolerancia al CBD es posible?

Algunas personas creen que consumir aceite u otras formas de esta sustancia podría ayudar a desarrollar tolerancia al CBD. La verdad es que sí hay evidencia científica sobre el cannabidiol, pero apunta a que el CBD podría ayudar a desarrollar tolerancia inversa, es decir, que en lugar de necesitar dosis mayores, su efecto podría generar mejoras en el sistema endocannabinoide para cada vez necesitar dosis menores.

La “teoría” de esta creencia no infundada sobre el CBD es que se le juzga como al THC o tetrahidrocannabinol, otro cannabinoide; de hecho, es el que produce efectos psicoactivos.

El THC sí puede desarrollar tolerancia porque funciona como lo hacen las drogas, segregando grandes cantidades de dopamina, en su caso, debido a la estimulación de los receptores CB1 y CB2; pero, el CBD ingresa al organismo de otras maneras, por lo que tal cosa como la “tolerancia al CBD” no es posible; no obstante, aún se estudia su posible efecto de tolerancia inversa.

El CBD no viene de la marihuana

Si bien es cierto que en la planta de marihuana hay CBD, lo más probable es que el aceite de CBD y otras sustancias de uso medicinal y tópico provengan de la variedad de cannabis conocida como cáñamo, que tiene mayor concentración de CBD y menos concentración de THC.

Esto tiene sentido pues usando cáñamo y no marihuana es más fácil alcanzar los estándares de concentración del THC que van desde el 0.2% al 0.3%.

La evidencia científica soporta su uso

Este es un dato que los moralistas no soportan enfrentar, pero es una realidad que el uso del CBD no proviene de una moda sino de diversos estudios científicos.

La Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, aprueba su uso médico para el tratamiento de cuadros convulsivos en dos síndromes infantiles: Dravet y Lennox-Gastaut; asimismo, recetado como tratamiento alternativo para personas con ansiedad, problemas de sueño y neuralgias.

En instituciones chilenas se han demostrado los efectos positivos en pacientes con dolor crónico. Mientras que el National Institute on Drug Abuse (NIDA) sostiene que los resultados para el manejo de la ansiedad son prometedores, además que prestigiosas universidades como Oxford y San Diego han estado detrás de muchos estudios sobre el cannabis.

El marketing vs. el milagro

Vivimos en una época en la que el extremismo parece comandar lo que pensamos. Pasa en los deportes, pasa en la política, pasa en las religiones y pasa también en este tipo de temas.

Como ya expusimos anteriormente, el uso del CBD con fines terapéuticos no es algo producto del marketing. No se trata de grandes industrias farmacéuticas haciendo lobby ni de una agenda del liberalismo para ponerle fin a los “valores tradicionales”. Existen usos clasificados y ampliamente aceptados, mientras que otras personas han reportado beneficios que aún merecen ser estudiados.

Sin embargo, en el otro lado están los que dicen que el cannabis es una planta milagrosa, postura que no solo es incorrecta sino irresponsable.

La ciencia ha comprobado que hay muchas enfermedades y condiciones para las que no solo no es efectivo, sino contraproducente. Entre ellos la esquizofrenia y la bipolaridad. En cuanto a pacientes que sufren párkinson y alzhéimer la lectura es contradictoria, por lo que recomiendan más estudios.

Imagen: Shutterstock

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