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¿Quién fue Joseph Brodsky?

¿Quién fue Joseph Brodsky?

Joseph Brodsky fue un poeta y traductor ruso ganador del Premio Nobel de Literatura en 1987, considerado por muchos como uno de los autores rusos más importante del siglo XX. Nacido en el seno de una familia judía, asistió a la primaria hasta sus quince años y luego se convirtió en autodidacta. En 1964 se le acusó de «parasitismo social» y se lo condenó a cinco años de trabajos forzados, pero pasó sólo un año y medio en un campo penitenciario de Arjánguelsk, hasta que su sentencia fue indultada en 1965.

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Desde entonces conservó una actitud de discreción hacia el régimen y, si bien nunca fue afiliado a la discrepancia política que tantos intelectuales compartían, sí mostró reserva en su relación con las autoridades soviéticas, como lo demuestra su negativa a pedir visado para concurrir a un encuentro internacional de poesía celebrado en Londres en 1969 y al Festival de los Dos Mundos de Spoleto (Italia).

En 1972 tuvo dos breves estadías en Viena y Londres y finalmente se asentó en Estados Unidos, donde adquirió su nueva nacionalidad en 1977. En uno de sus poemas describe los obstáculos que encontró para plasmar sus ideas y sentimientos en inglés, su nuevo idioma.

Entre sus obras más destacadas están:

Partes de la oración (1980)
Menos que uno (1986)
A Urania (1988)
Mármoles (1989)
Elegía para John Donne y otros poemas (1967)
Velka elegie (1968)

Algunas de las más destacadas frases de Joseph Brodsky

«El poeta prolonga la existencia de la lengua, es una suprema operación lingüística fuera del lenguaje».

«La poesía no es un arte, ni una rama de arte, es siempre algo más».

«¿Qué puedo decir de la vida? Que resultó ser larga. Únicamente con el dolor me siento solidario, pero hasta que me tapen con greda la boca, de ella solo saldrán agradecimientos».

«Eras tu la que murmurando en mi oreja, con calor me fuistes creando».

«Yo era simplemente ciego, surgiendo y escondiéndote tu me regalaste la vista, de esa manera se dejan huellas».

«Tú eres todo o nadie, y es mutua la anónima franqueza del lenguaje».

«Los libros son, en efecto, menos finitos que nosotros mismos. Incluso los peores sobreviven a quienes los escribieron».

«Cuanta más poesía leemos, más aborrecible nos resulta cualquier tipo de verborrea, tanto en el discurso político o filosófico, como en los estudios históricos y sociales, o en el arte de la ficción. El buen estilo en prosa es siempre rehén de la precisión, de la rapidez y de la lacónica intensidad de la dicción poética».

«El agua es igual al tiempo y proporciona un doble a la belleza».

«Eras tu la que sacudiendo velos en mi boca húmeda me entregabas la voz con que te podía llamar».

«Y si fueras mi esposa, yo sería tu amante, porque la Iglesia está firmemente en contra del divorcio».

«El trozo de mujer con crema suelta al oído palabras largas como una mano en mugrientas greñas. Y tú en las sombras estás solo, sobre la sábana denudo, como un signo zodiacal».

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