Existen algunas “leyendas urbanas” que atentan contra la capacidad de disfrutar la sexualidad con plenitud, prejuicios que nos inhiben o nos hacen pensar que algo nos falta o que deberíamos sentir más o de otra manera.
1) Los orgasmos vaginales son los más comunes: creer que hay una manera “adecuada” y normal de llegar al clímax es una tontería. Muchas mujeres creen que por no lograr una orgasmo a partir de la penetración, son frígidas o les falta algo. El 80% de las mujeres no tiene orgasmos sólo con eso. Es necesaria la estimulación de alguna otra zona erógena como el clítoris, los pechos, para poder llegar a un nivel de placer elevado. Un orgasmo es un orgasmo, independientemente de por dónde llegue.
2) Todo es cuestión de piel: mentira. La fantasía es fundamental. La estimulación psicológica cumple un papel central en la excitación femenina y masculina.
3) El clítoris es un botón: la definición más adecuada sería decir que es una especie de raíz. Sus terminaciones nerviosas llegan hasta la entrada de la vagina.
4) Si la mujer no es multiorgásmica, está mal: hay mujeres que pueden tener dos, tres o cuatro orgasmos seguidos, pero también hay muchas que después de experimentar placer no desean ni soportan que les estimulen de nuevo, porque la sensibilidad en la zona es muy alta. Por tanto, ni se aprende a tener un multiorgasmo ni el multiorgasmo es una propiedad inherente a la naturaleza femenina.
5) Si no hay gritos es porque no hay disfrute: el cine y la tele venden un modelo de orgasmo de alto voltaje. Ni hablar de las películas porno, plagadas de gritos absolutamente inverosímiles. En la vida real, las formas de expresión del placer pueden ser tan diversas como tipos de orgasmos existen.
6) Una relación sexual buena es una relación sexual larga: si las pasas bien en diez minutos, es genial. El sexo no tiene una medida standard. Lo que dura, dura. Para algunos entre 20 segundos y un minuto y medio, basta. Si te gusta el placer lento, escúchate, y recuerda que hay días y días: si no hay tiempo o estás cansado(a), unos minutos de conexión con el cuerpo están más que bien.
8) Si en tus fantasías hay personas del mismo sexo, eres gay: no necesariamente. La fantasía es un plano que permite enajenarse y disfrutar; allí, todo vale. Mucha gente fantasea con cosas que jamás quisiera concretar. Y es válido. Que te imagines con varias personas tampoco implica que la pasarías bomba en una orgía. La fantasía es eso: fantasía. Y, en tu cabeza, puedes invitar a la cama a todas las personas que resulten estimulantes. Es tu decisión.
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