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The Poison Garden: el jardín más peligroso del mundo

The Poison Garden: el jardín más peligroso del mundo

Por Cosas Muy Importantes | En el año 1995, la aristócrata inglesa, Jane Percy, heredó el Ducado de Northumberland; y con el título, también heredó la propiedad del Castillo de Alnwick. Por aquel entonces, los terrenos que lo rodeaban estaban en desuso; y para solucionarlo, a su marido Ralph se le ocurrió plantearle a su esposa que buscase algo que hacer con ellos. Fue entonces cuando Lady Percy decidió crear el jardín botánico más peligroso del mundo.

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Percy, después de visitar el jardín de los venenos de Padua (donde los Medici solían encerrar a sus enemigos), se enamoró de aquel planteamiento: un jardín repleto de plantas que -literalmente- pudiesen matarte. La duquesa contactó con el arquitecto paisajista Jacques Wirtz, para que le ayudase a llevar a término su fantasía… aunque probablemente, él se habría imaginado algo un poco menos radical cuando le explicó que quería que su jardín fuera único y original.

Desde entonces, Jane Percy y Jacques Wirtz se dedicaron a reunir las plantas y los venenos más letales del planeta; como la cicuta, la dedalera, el aconitum, la belladonna, la struchnos nux-vomica (de donde proviene la estricnina) o el Ricinus Communis, de donde se extrae el ricino. El Jardín el Veneno, como se le conoce popularmente, solo se puede visitar con un guía especializado. Está prohibido tocar, oler y comerse las plantas.

Diversidad de plantas asesinas

Un poco de Belladona, puede matarte. El estramonio, si se consume, es mortal. El acónito, con una hermosa flor de color morado, contiene uno de los venenos más potentes. En Asia se usan su raíces para preparar sopas y comidas y los envenenamientos graves, incluso las muertes, son frecuentes.

Son solo tres de las casi 100 plantas venenosas y mortales que encontrarás en el Jardín del Veneno de The Alnwick Garden.

Es el único jardín del mundo en donde los jardineros cuidan las plantas con traje de protección y máscara. The Poison Garden no es un jardín público, ya que no se puede visitar libremente, por razones obvias. Solo se admiten visitas con un guía especializado, y entre las normas que deben seguir los visitantes están la prohibición estricta de oler, tocar, o comerse las plantas.

Aún así, pese a estas reglas, han ocurrido varios casos de desmayos, debido a los efluvios venenosos que algunas de estas flores lanzan al aire. Por su condición de plantas venenosas, su cultivo también está vigilado. Los arbustos están muy aislados unos de otros, y los jardineros tienen cuidado de que las semillas no salgan fuera del jardín, para impedir que se reproduzcan en el exterior.

Tal como explica el jardinero jefe Trevor Jones, los visitantes del Jardín del Veneno se sorprenden por dos curiosidades poco conocidas. En primer lugar, que las plantas venenosas son generalmente muy hermosas. Es lo más peligroso de ellas, ya que personas o animales se sienten atraídos por ellas, y algunas son venenosas al tacto, produciendo quemaduras y rojeces en la piel. Otras son mortales al ingerirlas. Otra característica poco conocida es que muchas de estas plantas las tenemos en nuestros jardines, y no lo sabemos. Solo son mortales si se ingieren en cantidades elevadas, así que la moraleja es sencilla: no te comas las plantas de tu jardín.

Como nota curiosa, tanto el castillo como el propio jardín aparecen en las películas de Harry Potter. A pesar de todo, cada año hay alrededor de 800.000 personas que se desplazan hasta allí para visitarlo y para conocer los entresijos del mundo de los venenos.

Descubre más sobre este y otros lugares peligrosos en el episodio 58 del Podcast Cosas Muy Importantes, en tu plataforma de Podcast favorita y recuerda suscribirte a nuestro Patreon para tener acceso a contenido exclusivo.

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