Desde lo más básico como encontrar a una persona en la que estabas pensando o soñar con alguien y que de pronto aparezca, en la vida cotidiana suelen aparecer situaciones que incitan a la mente humana a crear significados cósmicos, pero todo se resume en una palabra: Sincronicidad.
¿Qué significa sincronicidad?
Es la simultaneidad improvista de dos sucesos extrañamente vinculados que no tiene ninguna razón específica de ser, pero que esconden un significado particular para el individuo que lo percibe.
¿De dónde salió el término?
Para el psiquiatra, sociólogo y filósofo suizo Carl Gustav Jung, estos encuentros fortuitos merecían ser estudiados y analizados con cuidadosa dedicación, por lo que decidió nombrarlos “Sincronicidad”, que es el conjunto de dos hechos que no tienen una vinculación directa de causa-efecto, sino que presentan algún tipo de significado específico para el individuo que lo vive.
Tipos de sincronicidad:
La sincronicidad representa la unión de pensamientos internos con acciones externas de las que no se tiene ningún tipo de control, por lo que él los divide en 3 ramas:
Contenido mental + Acontecimiento externo: Un pensamiento, un presentimiento, un sueño de alguna situación o persona específica, que se materializa en la realidad. Ej: Soñar con un amigo de la infancia y recibir una llamada de él en los días próximos.
Visión interna + Acontecimiento lejano: Imaginarse una situación poco probable y que suceda repentinamente. Ej: Imaginar un accidente de tránsito.
Imagen futurista: Preveer de manera inconsciente lo que va a suceder en un futuro. Ej: Fantasear con una escena y que suceda de manera similar.
Una unión entre los pensamientos y las acciones ¿Será ley de atracción?
Jung concluyó que si existe una relación entre el individuo y su entorno, y esta conexión genera una atracción entre la mente y el cuerpo, por lo que se producen esta clase de circunstancias coincidentes que terminan teniendo un valor simbólico para el individuo que las vive.
Esta relación entre los pensamientos y las acciones es el principio activo de la ley de atracción, una filosofía que explica que todo lo que pienses influye directamente en el curso de tu vida, tanto para bien como para mal.
Por Mary Villarroel Sneshko | @VivoDeSorpresas | Culturizando
Con información de Unam | Psicología y Mente
--
--