Hoy traemos hasta ti el valor de la sencillez, término que desde su origen ha sido muy apreciado entre todas las sociedades, pero antes de entrar de lleno a analizar su significado y su importancia, hay que dejar en claro su origen etimológico, el cual procede del latín.
Concretamente, su origen se encuentra en el vocablo latino singulus, que viene a traducirse a nuestro idioma como “uno por uno”, y además contiene el sufijo –ez, que es equivalente a “cualidad”.
Teniendo en cuenta estos aspectos, la sencillez significa en términos generales la cualidad que posee una persona para ser sencillo. Este importante valor nos permite ser conscientes de que otros merecen nuestro respeto y buen trato, sin importar nuestro estatus social o el prestigio social que pudiésemos poseer.
La sencillez atrae al instinto, la intuición y el discernimiento para crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. Además, se considera que es la conciencia que llama a las personas a replantearse todos sus demás valores.
Por tanto, y en relación a lo mencionado se podría concluir que una persona sencilla respeta a todas las demás personas de su entorno por encima de todo, no se siente superior en ningún aspecto respecto al resto, no menosprecia a los demás, y mucho menos tiene afán por destacar ni por presumir cosa alguna.
«La sencillez y claridad distinguen el lenguaje del hombre de bien». Séneca
«Desde una ingenua simplicidad se llega a la más profunda sencillez». Albert Schweitzer
«Piensen con sencillez y justicia, y hablen como piensen». Benjamin Franklin
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