Longyearbyen es un pueblo localizado en el archipiélago de las islas Svalbard, al norte de Noruega… En esta pequeña ciudad, hay más osos que personas, no obstante, eso no es lo más inquietante para sus habitantes, quienes deben convivir con la ley que prohíbe enterrar a los muertos en la ciudad.
La vida en Longyearbyen
Esta ciudad se encuentra habitada por 2 mil personas quienes se enfrentan a un clima gélido. En los meses de octubre y febrero, durante la noche polar, las temperaturas comúnmente se sitúan en -50 ºC y el sol no se vislumbra durante días.
Si bien el clima es hostil para las personas, es totalmente apacible e ideal para los 3 mil osos que tienen como hogar esta localidad. Debido a esta primacía por parte de los mamíferos salvajes, la ley promueve desplazarse por la ciudad con un rifle, como medida de protección.
No obstante, convivir con los animales polares no es el único desafío al cual se deben enfrentar los nativos. En esta tierra es ilegal enterrar cuerpos muertos. Los cadáveres deben trasladarse fuera de las islas; por ello, no hay lugar para la gente mayor ni para los enfermos, quienes deben partir para recibir atención médica o esperar la muerte.
¿Imaginas tener que viajar a otro estado cada vez que enfermas? Para impedir una situación crítica que desafíe la ley, en Longyearbyen no hay residencias para los adultos de la tercera edad ni tampoco alguna institución para el cuidado de los ancianos. Las mujeres embarazadas generalmente deben dar a luz lejos de la isla, debido a la falta de hospitales.
Pero… ¿cuál es la razón de que sea ilegal enterrar personas en esta ciudad?
Un grupo de científicos, en el año 2000, exhumaron varios cadáveres, y en ellos se pudo encontrar cepas de la gripe española, pandemia mortal que sacudió Europa en el año 1918. Es decir, este virus se mantuvo intacto en organismos que perecieron hace más de 80 años.
Las bajas temperaturas a las que se ven sometidos los cadáveres retrasa su proceso de descomposición, prolongando la vida de los virus que el organismo lleva consigo. Por esta razón, el gobierno decidió dictaminar la ley para prohibir el entierro de cadáveres y así evitar pandemias futuras.
Aunque la cremación está permitida en Longyearbyen la mayoría de la población suele preferir el entierro. Esta elección está regida por creencias religiosas y tradiciones culturales.
Sin embargo, en este debate sobre cremar o enterrar, los científicos opinan que la mejor opción es la cremación, especialmente, ante una pandemia. El proceso de cremación es mucho más rápido, además, los virus se eliminan de manera certera y se evita así el riesgo de infectar a otros seres vivos.
Con información de: El país / The Sun / India Today / Foto: Shutterstock
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