“Chao, chao, nos vemos más tarde”. Cuando queremos despedirnos de alguien, sale de nuestros labios la curiosa palabra “chao”, sin embargo, cuando queremos decir “hasta nunca” solemos decir un simple “adiós”, pero aquí desglosaremos el origen de tan cotidiana palabra.
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“Chao” es una fórmula para despedirse, cuyos sonidos en otras lenguas son iguales o muy parecidos, por ejemplo: alemán (tschüß); checo y eslovaco (čau); esperanto (ĉaŭ); francés (tchao); húngaro (csáo); portugués (tchau).
Desde la época del Imperio bizantino, estos llamaban a ciertos pueblos de Europa y a sus enemigos con el nombre de “sklavinos” (que daba la idea de persona destinada a la servidumbre), ya que, cuando los bizantinos capturaban a un esclavo con frecuencia lo destinaban a la servidumbre. Debido a la influencia que ejercía este imperio en los pueblos griegos, turcos, chipriotas e italianos, sobre todo en la región del Véneto (Venecia) esta palabra se adopto en las lenguas locales.
El español ha adoptado esta fórmula del italiano (ciao) que proviene de la expresión veneciana “siào vostro” (en italiano estándar “schiavo vostro”) que significa “soy vuestro esclavo”, expresión de cortesía que representaba una sumisión (una posición inferior) frente al interlocutor. Con el paso del tiempo y debido a un fenómeno lingüístico llamado “economía del lenguaje” esta palabra se fue reduciendo hasta quedar en “sciao” y desapareciendo la idea de “sumisión” y pasó a ser una fórmula de despedida que da origen en el italiano actual “ciao” que se usa como saludo o como despedida.
Ahora, como un extra: la palabra “adiós” proviene de la expresión “a Dios te encomiendo”, que se recortó con el paso del tiempo.
Así que cuando digan “chao”, espero que tengan presente que en algún momento fue como postura de sumisión, a no ser que ustedes le sigan dando este significado. ¿Qué dirás ahora, “chao” o “adiós”? Chaíto lectores.
Una colaboración de Charrier Corona @CharrierCorona para @Culturizando
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Autor:
Daniela - culturizando.com
