Indira Gandhi fue primera ministra de la India en dos ocasiones y se caracterizó por tener “mano de hierro” con el terrorismo. Sin embargo, también es considerada una mujer progresista ya que buscaba la unión entre las diferentes religiones y etnias de India.
Una figura controvertida
Indira Gandhi nació en 1917 y era hija de Jawāharlāl Nehru; fue la primera y única mujer -hasta ahora- en ocupar el cargo de primera ministra en India. Durante su primer gobierno, Indira implantó un toque de queda llamado The Emergency, en 1975.Esta medida estaba estipulada para durar unos pocos meses, pero terminó extendiéndose por casi dos años y hasta el día de hoy se recuerda con controversia, debido a una fuerte ley mordaza, esterilización forzosa, entre otras medidas. No obstante, tomando en cuenta el profundo rechazo que The Emergency generó en la sociedad, Indira es recordada por ser una estratega brillante, así que, a pesar de la renuencia a sus decisiones políticas, pudo recuperar el apoyo popular para volver a ocupar el cargo máximo de la India en 1980 .
La fallecida primera ministra todavía es adorada por muchas personas en la India, especialmente por los hindúes, pero su figura también puede resultar muy controversial para indios de otras etnias o religiones, sobre todo para los creyentes del sijismo.
¿Quiénes son los sijes?
El sijismo se originó en una época muy conflictiva entre el islamismo y el hinduismo. Algunos estudiosos del tema consideran que tiene una enorme influencia de la religión hindú, mientras que otros consideran que es mucho más cercana al islam, ya que es una fe monoteísta. Actualmente es la quinta religión con más creyentes en el mundo.
Después de la partición de India en 1947, la zona del Punyab fue dividida entre India y Pakistán, pero la mayor parte de los sijes se quedaron en la India. Sin embargo, desde la división territorial, los afectos al sijismo comenzaron un movimiento político separatista para gozar de autonomía en el Punjab, territorio al que llamarían Jalistán. Aunque el movimiento nació junto a la creación de la India en 1947, no fue sino hasta los años 80 que tuvo un mayor auge.
El despertar de nacionalismo sij surgió a raíz de un hombre llamado Jarnail Singh Bhindranwale, quien pedía un Estado autónomo en el Punyab para las personas sijes, y era considerado por el gobierno e indios de otras religiones, como un radical religioso. El Congreso Nacional Indio (partido político que gobernaba al país) le sugirió a Bhindranwale que se uniera al partido y así pudiese colaborar con la causa desde dentro del gobierno; sin embargo, Bhindranwale estaba en desacuerdo y decía que “tener control político de la zona es un derecho sij, no un regalo de Delhi”, y además, pedía a los sijes que se sublevaran en contra del gobierno. Posteriormente, se le vinculó como el responsable de orquestar el asesinato de un fundamentalista hindú, razón por la cual fue arrestado, pero liberado en poco tiempo.
Después de su liberación, Bhindranwale se refugió en el Templo Dorado, localizado en Amritsar en el Punyab en 1982. Este recinto religioso es el lugar más sagrado para el sijismo ya que allí se encuentran sus sagradas escrituras.
Operación Estrella Azul
Indira Gandhi y sus analistas consideraban que Bhindranwale era sumamente peligroso y que estaba sumando armamento para iniciar una insurrección. Aunque Bhindranwale alegaba que buscaba autonomía para el estado del Punyab, el Gobierno indio temía que declarasen su independencia y que el Gobierno pakistaní los reconociese como un país oficial, ya que creían que les estaba facilitando armas a Bhindranwale y a sus seguidores, lo que terminaría desembocando en un enfrentamiento armado entre India y Pakistán.
Todos estos motivos fueron suficientes para que Indira Gandhi, junto con el general del ejército indio, Kaldip Singh Brar, decidieran capturar a Bhindranwale a través de la Operación Estrella Azul.
En junio de 1984, el ejército Indio decide sacar a Bhindranwale del templo; pero, aunque se imaginaban que estarían armados, no esperaron que él y sus seguidores estuviesen tan bien equipados… Así que el ejército indio decide entrar con tanques al templo más sagrado para los sijes, destruyendo parte importante de la infraestructura e incluso dañando parte de las escrituras sagradas de los sijes.
La Operación Estrella Azul duró ocho días en completarse, pero para el 8 de junio de 1984, Bhindranwale ya estaba muerto. Oficialmente se contabilizó la muerte de 83 militares indios y 493 civiles sijes; sin embargo, los seguidores del sijismo consideran que sus bajas podrían ser más de mil.
¿Qué ocurrió con Indira Gandhi?
El Gobierno indio, encabezado por Indira, decidió ayudar a la reconstrucción del templo, pero los sijes estaban en desacuerdo y lo reconstruyeron por sí mismos. En cuanto a Indira, sus biógrafos comentan que después de la sangrienta medida militar, ella presentía su muerte. Llegó a decir en sus últimos días que no importaba si vivía o moría, pero que estaba orgullosa de haber dedicado su vida al servicio de su gente.
Indira trataba de demostrar desesperadamente que la operación fue en contra del terrorismo y que no era un acto de discriminación contra los sijes, ya que, aunque era una mujer hindú, nunca había sido muy practicante, y siempre había peleado por la libertad de culto en India.
La primera ministra, para reforzar que no tenía nada en contra del sijismo, decidió no prescindir de sus guardaespaldas sijes, a pesar de que se le instó a hacerlo. Ella alegaba que eran personal de confianza y así reiteraba que no sentía nada en contra de los creyentes del sijismo.
En la mañana del 31 de octubre, tras desayunar, Indira salió a dar una entrevista, momento en el cual fue sorprendida por un disparo en el abdomen de uno de sus guardaespaldas sij, quien lo había planificado junto con sus colegas sijes. Se estima que más de 25 balas impactaron el cuerpo de la primera ministra.
El portal India Today dice que ni cinco horas en quirófano, ni 84 bolsas de sangre pudieron salvarle la vida a Indira Gandhi.
Después de la muerte de Indira, muchos hindúes comenzaron una matanza sistemática de sijes, ya que alegaban que habían matado a su “madre” y que debían cobrar “sangre por sangre”. Se estima que hubo miles de muertos sijes tras las revueltas, después de la muerte de Indira.
Indira Gandhi consideró que la mejor manera de detener una futura guerra era entrar al Templo Dorado; sin embargo, esta decisión no solo trajo consigo la muerte de soldados indios, sino que además le costó su propia vida y la de otros miles de sijes.
Con información de: Britannica / India Today / BBC en YouTube / Imágenes de: Wikimedia / Pixabay / Wikimedia
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