Cosas Muy Importantes | Un pueblo de agricultores y pescadores del siglo XVII, aledaño al Monasterio de Urdax, conocido para entonces como “la granja de Urdax” será el escenario de la epidemia de denuncias por brujería y juicios Inquisitoriales más resaltante de la historia hispana.
En 1609 por orden del Rey de Francia, Pierre de Rosteguy de Lancre, Jurista del Consejo de Estado de Francia es enviado a la zona francesa del pirineo atlántico, Labord, para mediar en un conflicto de propiedades entre nobles y “atender numerosos focos de brujería en la zona”. Pierre, un fanático religioso y obsesivo perseguidor de brujas y demonios, que creía se disponían a invadir Francia tras ser expulsados de las colonias por la evangelización; realizó en Labord 200 juicios por brujería que terminaron en muertes tras torturas. Los pobladores, arrastrados por el miedo, huyen, cruzando la frontera, hacía País Vasco y Navarra del Norte (España), es así como llega la “brujería” hasta Zugarramurdi, poblado en Navarra.
Entre 1609-1610 una ola de denuncias y supuestos extraños sucesos se desata en Zugarramurdi, lo que lleva al Fray León de Aranibar, Abad del Monasterio de Urdax y comisario de la Inquisición Española, a solicitar la intervención del órgano. Arrojando como resultado la muerte de docenas de aldeanos por causa de brujería.
La denuncia
La denuncia de María Ximildiegui, francesa que se había ido a vivir a Zugarramurdi, se considera como una de las posibles denuncias iniciales por brujería en el poblado. Ximildiegui argumentó, arrepentida, haberse hecho bruja por la influencia de ciertas mujeres que la invitaron a participar en orgías o aquelarres en una cueva cercana al poblado. Dónde aprovechó para denunciar a algunas de las mujeres que le dieron de beber “brebajes extraños”. Lo que empieza una persecución donde el “todos contra todos” se hace ley, sin pruebas fidedignas, aparecen denuncias entre vecinos, lo que rompe la armonía comunitaria y enciende el caos y el desorden.
Las historias hacían referencia a que en dichos aquelarres se presentaba el Diablo y copulaba con todas las mujeres y hombres que estuviesen presentes.
Incluso, ante el arresto de las primeras mujeres que fueron acusadas por brujería, siendo trasladadas a Logroño, sede del Tribunal Inquisitorial. Otras mujeres se reúnen y parten al lugar para protestar por la detención de las primeras, siendo arrestadas al llegar y acusadas igualmente por brujería.
La posible verdad
Lo cierto es, que los hombres del poblado, en su mayoría pescadores, debían ausentarse por largo tiempo de sus casas por su respectivo trabajo, quedando solas las mujeres. Las cuales, al parecer se reunían cerca de las cuevas de la zona y bebían brebajes de beleño, mandrágora y belladona, plantas con propiedades alucinógenas. Los resultados de dichas reuniones y efectos de dichas plantas, son tal vez los insumos que sirvieron para configurar los conocidos “aquelarres”. Hierbas que las hacían estar “entonadas”, mitigando la ausencia de sus varones.
El abogado de las brujas
Cuarenta personas fuera acusadas y doce condenadas a morir en la hoguera en los Auto de Fe de 1610 en Logroño. Hasta el arribo en el Tribunal de Alonso de Salazar y Frías, quien se incorporó ya en una fase avanzada del proceso de juicio, notando controversias y arropando dudas, en especial sobre las pruebas presentadas. Llegando a ser acusado por los otros jueces de “complicidad con el demonio”.
Las sentencias fueron cumplidas, pero tiempo después quedó en el ambiente un aire de remordimientos, lo que llevó a que Salazar y Frías, quien resaltó ser el juez disidente, estuviese encargado de la revisión del proceso a posteriori. Qué, luego de haber entrevistado a testigos y examinado las pruebas tomadas como fundamento, concluyó “no haber encontrado ni un solo testimonio sólido de brujería demoniaca”.
Fue enviado a revisar una gran cantidad de juicios previamente realizados, en la gran mayoría de los cuales arribó en las mismas conclusiones, señalando todo el proceso de la Inquisición como “injusto”.
Exponiendo que “no hubo ni brujas ni embrujados en estos lugares hasta que se empezó a hablar de ello, todo eran invenciones y patrañas de gentes ignorantes y de mentes enfermas”. Recomendando el pacto de silencio, ya que “todo ha sido un inmenso error y cuanto menos se hable mejor”. Lo que fue el comienzo del final de la Inquisición – y la cacería de brujas – en España y Europa.
La cueva de Zugarramurdi, donde cuenta la leyenda se llevaron a cabo los aquelarres, fue denominada por el escritor Pio Baroja como “la catedral del diablo”. Dicha cueva es un centro turístico hoy en día.
Para conocer más sobre los juicios de Zugarramurdi te invitamos a escuchar el episodio doce de nuestro podcast Cosas Muy Importantes en tu plataforma de Podcast favorita. Recuerda darle ‘me gusta’, comentar, compartir y suscribirte a nuestro Patreon para sorpresas, además de contenido especial y exclusivo.
Con Información de:
- Álvarez, J (2019). Los secretos de Zugarramurdi 1609-1610. Pregón.
- Barnés, H (2014). La auténtica historia de Zugarramurdi. El Confidencial.
Imagen Portada: Shutterstock
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