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Infusiones y tés: bebidas diferentes

Infusiones y tés: bebidas diferentes

Por Erika De Paz |

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¿Sabías que la manzanilla es una infusión y no un té? Seguro desconocías que todos los tés son infusiones, y que no todas las infusiones son tés. Quizá parezca confuso y hasta irrelevante; después de todo, qué tanta diferencia puede existir entre ambas bebidas: las dos se preparan con agua caliente y unas cuantas “matas”.

Sin embargo, estos líquidos son distintos, aunque arbitrariamente hemos decidido llamarlos de igual manera, y hasta exista quienes incluso piensen que son lo mismo. Debemos saber que cada uno tiene características propias, y se diferencian básicamente en sus ingredientes, aunque también en la forma en la que se preparan y en los beneficios que aportan a nuestra salud.

El té es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. Algunos aseguran que está de segundo lugar en la lista de las bebidas más populares (la primera es el agua). Su origen es chino, y está hecho a base de la planta del té: camellia sinensis, cuyas hojas contienen teína. Esta hierba es lo que diferencia principalmente el té de una infusión.

Asimismo, el té se suele preparar con agua hirviendo, aunque algunos expertos señalan que resulta mejor hacerlo con agua caliente sin que llegue a hervir. De esta manera, evitamos perder sus propiedades y se mantiene su sabor original (no se vuelve amargo). Entre los tés más populares encontramos el verde y el negro, muy utilizados en las dietas para rebajar.

Las infusiones, por otro lado, se hacen a partir de plantas distintas a la camellia sinensis; y el agua en estas preparaciones tiene que estar caliente pero no debe llegar a hervir. Para elaborar este tipo de bebida, podemos utilizar plantas naturales o medicinales (que pueden ser o no de té), flores, hierbas aromáticas o frutas. Un ejemplo de estas son el tilo, efectivo para calmar los nervios, y el café (aunque nadie lo llama así, realmente se trata de una infusión).

Pero, además de los ingredientes y la manera de prepararlos, los tés y las infusiones se diferencian también en los beneficios que brindan a nuestro organismo. En general, los tés tienen propiedades antioxidantes que sirven para protegernos de los radicales libres, así que son maravillosos para prevenir el envejecimiento prematuro. Igualmente, son diuréticos y muchos sirven para acelerar el metabolismo. Sin embargo, este tipo de bebida no se recomienda en individuos sensibles a los estimulantes, ni en aquellas personas con problemas del corazón o de intestino irritable.

Por su parte, la mayoría de las infusiones sirven para relajarnos y nos permiten conciliar mejor el sueño. Sus propiedades sedantes son estupendas para controlar los nervios y, a diferencia de los tés, no son estimulantes. Además, muchas de las infusiones nos ayudan a aliviar dolores de garganta y resfriados, y son maravillosas para combatir problemas estomacales.

Si bien es cierto que ambas bebidas tienen similitudes, es importante conocer sus diferencias; sobre todo si por algún motivo no podemos ingerir teína. En todo caso, tanto las infusiones como los tés, además de deliciosos, son sumamente beneficiosos para nuestra salud. Solo debemos regalarnos un tiempo para disfrutar una taza o compartirla con alguien más. ¿Quieres?

Por: Erika De Paz / IG @ERIKADPS  | Foto: Manzanilla / Shutterstock

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