A lo largo de la historia, algunos dictadores han muerto plácidamente y sus cuerpos han sido enterrados, incluso con honores, por el mismo pueblo al que sometieron. Sin embargo, el destino no ha sido tan benevolente con otros que han muerto de la manera más despiadada: a manos del pueblo al que habían torturado, suicidándose o huyendo mientras se hundían en la miseria… Te traemos la historia y el dramático final de Mussolini, Hitler, Husein y Gadafi, cuatro dictadores que pasaron a la historia por sus macabras acciones.
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«Yo amo al pueblo italiano, lo amo a mi manera: mi amor es el amor armado, no el amor cursi y enclenque sino el severo y viril». Benito Mussolini
Benito Amilcare Andrea Mussolini, Duce de la República Social Italiana, fue para muchos el hombre más peligroso de Europa y, sin duda alguna, uno de los políticos más importantes de la historia del siglo pasado.
Nacido en Dovia di Predappio, hijo de una familia humilde, Mussolini cursó estudios de magisterio, y luego fue profesor durante períodos nunca demasiado largos.
En su primera afiliación política, mientras aún era muy joven, Mussolini se acercó al Partido Socialista Italiano atraído por su ala más radical y seducido por la vertiente revolucionaria; sin embargo, actividades relacionadas al socialismo y manifestaciones de su ideología lo llevaron a visitar la cárcel en varias ocasiones.
Por estas conductas radicales y su postura nacionalista irredentista -que era contraria a los principios socialistas-, finalmente fue expulsado del partido. No obstante, en 1919, tras participar como soldado en la Primera Guerra Mundial, creó los grupos armados de agitación llamados Fasci Italiani di Combattimento (Fasces Italianos de Combate).
En 1921 creó el Partido Nacional Fascista, con el cual alcanzó una gran popularidad mediante la exaltación del panitalianismo, el expansionismo y el anticomunismo, sirviéndose de su influencia militar apoyado por la eficiente propaganda fascista y las concentraciones de masas cargadas de simbolismo. Se hizo con el poder en 1922, asumiendo el mando supremo del Estado itálico tras un golpe de estado…
Transformó el Reino de Italia en el Segundo Imperio Colonial Italiano, implantando una dictadura, y gobernó con un partido único basado en el totalitarismo y la autocracia de la ideología fascista.
https://culturizando.com/lo-que-debes-saber-sobre-benito-mussolini/
El objetivo de Mussolini era hacer realidad el concepto de la Gran Italia basado en la absoluta hegemonía de Roma en el mar Mediterráneo. Quería dotar a Italia de un gran poder, autoproclamándose como el sucesor legítimo del Imperio romano…
En 1936 anunció la creación del Eje Berlín-Roma, con el cual estrechaba relaciones con el nacionalsocialismo alemán y, en junio de 1940, Mussolini llevó a Italia a la Segunda Guerra Mundial, como aliado de Adolf Hitler.
El final de Benito Mussolini
Benito Mussolini y Adolf Hitler en Munich, Alemania; 1940.-
La decisión de Mussolini de participar en la Segunda Guerra Mundial junto al Tercer Reich no había reportado a Italia más que sinsabores y derrotas, lo que resultó en una rápida caída para su imperio fascista… El régimen padecía una profunda crisis de credibilidad pues gran parte de la población había perdido la fe en él.
La inestabilidad se acentuó en julio de 1943, cuando los aliados desembarcaron en Sicilia y Mussolini fue arrestado por el Gran Consejo Fascista, bajo las órdenes del rey Víctor Manuel III; sin embargo, Adolf Hitler ordenó la operación de rescate mientras sus fuerzas invadían el norte de Italia en donde creó la República Social Italiana que, en teoría, representaba la continuación del Segundo Imperio italiano; aunque en la práctica funcionó como un estado títere de Alemania…
Al hacerse evidente la derrota alemana en 1945, Mussolini no tenía claro qué camino debía seguir y dudaba entre una última defensa desesperada o buscar refugio en Suiza; pero no había planes concretos para ninguna de esas posibilidades, así intentó negociar infructuosamente una capitulación condicionada con los Aliados.
Finalmente decidió huir con su amante Clara Petacci, su hermano Marcello y otros altos jerarcas fascistas, hacia el norte y sin destino concreto, disfrazado de soldado en un convoy alemán al mando del teniente Schallmayer de la Luftwaffe.
El convoy fue detectado cerca de la localidad de Dongo a las seis y media de la mañana del 27 de abril por un grupo de partisanos comunistas de la Brigada Garibaldi; y Mussolini, a quien se le hacía responsable de 862.000 a 1.008.000 de muertes, fue reconocido…
La misma noche del 27 al 28 de abril la noticia de la detención de Mussolini llegó a Milán, y la hizo pública por radio Sandro Pertini, futuro presidente de la República y entonces dirigente del Comité de Liberación Nacional, a la vez que anunciaba la decisión del Comité de que Mussolini debía ser fusilado «como un perro rabioso».
La mañana del día 28 se reunió a Mussolini y a Clara Petacci en una casa campesina de Dongo y desde Milán llegó un grupo de partisanos comunistas con la orden de ejecutarlos, aunque Mussolini creyó en un primer momento que venían a liberarlos…
En la aldea de Giulino di Mezzegra donde, junto a la vía XXIV Maggio, y ante las puertas de Villa Belmonte, Walter Audisio –dirigente del grupo socialista- leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini…
Petacci abrazó al Duce e intentó interponerse, pero enseguida cayó muerta. Justo después Mussolini abrió su chaqueta y gritó «¡Dispárame en el pecho!»; Audisio le disparó con la misma ametralladora. Mussolini cayó por cinco disparos pero no murió y estaba respirando con dificultad, Audisio se acercó con su revólver y lo remató con un certero balazo en el corazón…
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, donde al día siguiente fueron sometidos a toda clase de ultrajes por el pueblo. El servicio de policía colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza como gesto de humillación y venganza…
«Logré comprender igualmente la importancia del terror físico para con el individuo y las masas». Adolf Hitler
Adolf Hitler, Führer und Reichskanzler de la Alemania nazi.-
Adolf Hitler, Führer und Reichskanzler de la Alemania nazi, es sin lugar a dudas uno de los personajes más relevantes de la historia del siglo XX pues, para muchos, parecía encarnar la mismísima esencia de la brutalidad y la crueldad.
Nacido en Austria, en el seno de una familia humilde y de raíces judías, recibió una educación bastante precaria e incluso malvivió como vagabundo tras haber fracasado su sueño de ser pintor; sin embargo, se convirtió en uno de los líderes políticos más relevantes y poderosos de su tiempo.
Durante su juventud nacieron sus prejuicios racistas y, tras alistarse en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial, surgieron sus claras ideas pangermánicas: el objetivo de Hitler era establecer un ‘Nuevo Orden’ basado en la absoluta hegemonía de la Alemania nazi en el continente europeo.
En 1919, Hitler se afilió al Partido Obrero Alemán -precursor del Partido Nazi-, y gracias a su excelente oratoria y su capacidad para atraer a las masas, se convirtió en su líder en 1921. Lo que el mundo no se esperaba era que tras su poder de oratoria y atracción de masas, se escondía una personalidad incapaz de experimentar empatía y una terrible sed de odio.
Sus famosos discursos atraían a miles de personas que lo aclamaban como a un dios, y aquella habilidad la utilizó para sus fines políticos expansionistas que desembocarían en el conflicto armado internacional más grande de la historia, la Segunda Guerra Mundial.
En 1923, tras hacer un pronunciamiento en la cervecería Bürgerbräukeller de Múnich, Hitler intentó una insurrección, conocida como el Putsch de Múnich, tras cuyo fracaso fue condenado a cinco años de prisión; sin embargo, ocho meses después fue liberado…
A partir de ese momento, Hitler obtuvo creciente apoyo popular mediante la exaltación del pangermanismo, el antisemitismo y el anticomunismo, sirviéndose de su talento oratorio apoyado por la eficiente propaganda nazi cargada de simbolismo, utilizando el miedo y la incertidumbre de las clases medias para manipular al pueblo…
En enero de 1933, fue nombrado Reichskanzler -canciller imperial- y, un año después, a la muerte del presidente Paul von Hindenburg, se autoproclamó Führer, asumiendo así el mando supremo del Estado germano.
A partir de ese momento, transformó la República de Weimar en el Tercer Reich y gobernó con un partido único basado en el totalitarismo y la autocracia de la ideología nazi que causó la muerte de 17 millones de personas, incluyendo una cifra en torno a 6 millones de judíos y entre medio y millón y medio de gitanos, en lo que posteriormente se denominó «Holocausto».
El final de Adolf Hitler
Hitler en Núremberg, Alemania; 1933.-
En los días finales previos a la invasión de Berlín por parte de los Aliados, en medio de una reunión donde se iba a examinar la posibilidad de admisión pública de que la derrota de Alemania en la guerra era inminente, Adolf Hitler tuvo una crisis nerviosa y entró en un estado de histeria culpando a los generales de traición…
Salió de aquella reunión desmoronado anímicamente, incluso expresando su deseo de matarse… Adolf solicitó a su médico Werner Haase que le recomendara un método confiable de suicidio; Haase le sugirió que combinara una cápsula de cianuro, seguido de un balazo en la cabeza.
A finales de abril de 1945, Hitler se enteró de que Heinrich Himmler, Reichsführer de las Schutzstaffel, y uno de los principales líderes del Partido Nazi, intentaba de manera independiente de negociar la paz a través de un tratado y aquel fue su punto de quiebre a nivel emocional; así empezó a desarrollar síntomas de paranoia que se vieron acentuados al enterarse de la ejecución de su gran aliado Benito Mussolini. Hitler juró no compartir la misma suerte…
Al amanecer del 30 de abril, Hitler reunió a todo el cuerpo médico y a sus ayudantes, dándoles instrucciones de cómo debían actuar en el momento del suicidio y qué hacer con su cuerpo y con el de Eva Braun, con quien se había casado horas antes.
Al mediodía se reunió con sus secretarias y almorzó silenciosamente, despidiéndose de ellas y regalándoles una cápsula de cianuro…
Al final de la tarde, Hitler y Eva se reunieron a la sala de mapas contiguas al despacho privado, cerraron la puerta y poco después se escuchó un disparo…
Los edecanes esperaron unos 15 minutos y encontraron a Hitler doblado sobre sí mismo en un sillón y con manchas de sangre en la cara… Eva Braun estaba tendida a lo largo de un diván con los ojos aún abiertos.
De inmediato los asistentes de Hitler sacaron ambos cuerpos envueltos en una alfombra al patio de la cancillería del Reich. Ambos cuerpos fueron rociados con gasolina y enseguida se les prendió fuego.
Soldados norteamericanos leen la noticia de la muerte de Hitler; Cordon Press.-
La ausencia de un cuerpo qué mostrar empezó a generar incomodidad en los más “quisquillosos” y las teorías conspirativas que afirmaban que todo había sido un teatro no tardaron en expandirse.
Para algunos escapó en un submarino a Argentina; otros aseguran que huyó a la Antártida y aún hoy se esconde en una base subterránea… Lo cierto es que la muerte de Adolf Hitler, es uno de los hechos más controvertidos de la historia.
O mejor dicho, lo fue hasta el pasado 2018 cuando a un equipo de patólogos franceses se le permitió estudiar un conjunto de dientes guardados en Moscú desde el final de la Segunda Guerra Mundial que, según afirmaron los investigadores, son uno de los pocos restos que quedaron de Hitler tras su suicidio en 1945.
Los resultados, difundidos en una publicación en la European Journal of Internal Medicine en mayo del 2018, fueron concluyentes: en efecto se trataban de los restos de Hitler; por lo que el hallazgo puso fin a las diferentes teorías conspiratorias que rondaron la muerte del Führer.
«Sé que hay decenas de personas que intentan matarme, y eso no es difícil de entender. Sin embargo, soy mucho más listo que ellos». Sadam Husein
Sadam Husein Abd al-Majid al-Tikriti, el hombre que gobernó Irak con mano de hierro durante un cuarto de siglo, jugó un rol clave en la historia del siglo XX y del XXI por su forma de gobierno y las múltiples violaciones a los derechos humanos.
Nacido en Tikrit, y descendiente de una familia de campesinos, a la muerte de su padre fue educado por su tío -Khairallah Tolfah- que luego sería gobernador de Bagdad.
A sus 19 años, se adhirió al Partido Baaz Árabe Socialista; ese mismo año tomó parte en un fracasado golpe de Estado contra el rey Faisal II y dos años más tarde, participó en otro atentado contra Abd ul-Karim Qásim, motivo por el cual tuvo que exiliarse durante cuatro años en Egipto.
En febrero de 1963 los baazistas se alzaron con el poder y Sadam regresó a Irak, asumiendo el mando de la organización militar del partido. Aunque el Baaz fue momentáneamente derrocado y Sadam enviado a prisión, protagonizó otro golpe en 1968, y esta vez se hizo con el poder.
En noviembre de 1969 Sadam fue nombrado vicepresidente del Consejo del Mando Supremo de la Revolución, convirtiéndose así en el «número dos» del régimen, tras el presidente, el general El Bakr, quien diez años más tarde dimitiría por problemas de salud.
Husein asumió entonces, formalmente, los títulos de Jefe de Estado, presidente del Consejo del Comando Revolucionario, primer ministro, secretario general del partido Baaz.y comandante de las fuerzas armadas.
El 22 de septiembre de 1980, tras una serie de incidentes fronterizos causados por la disputa de la región petrolera de Shatt al-Arab, Irak declaró la guerra a Irán y Husein estrechó lazos con los regímenes árabes moderados, aumentó la importación de armas de Occidente y autorizó la utilización de gases tóxicos en el frente; más de un millón de personas perdieron la vida en el conflicto.
El final de Sadam Husein
Sadam Husein.-
La guerra duró ocho años; sin embargo, tras solicitar en vano un aumento del precio del barril de petróleo en el mercado para salir de la difícil situación económica en que la guerra había dejado a Irak, Husein invadió Kuwait reclamando antiguos derechos sobre su territorio.
Esta crisis originó un grave conflicto internacional que desembocó en la llamada Guerra del Golfo -ocasionando cientos de miles de muertes-, en la que Husein fue vencido por los aliados occidentales liderados por Estados Unidos. El dirigente iraquí tuvo que aceptar el embargo económico impuesto por la ONU, organismo que además acordó inspeccionar y desmantelar el programa armamentístico, biológico y químico, del país árabe.
Este embargo afectó gravemente a la economía iraquí y a las condiciones de vida del pueblo mientras que Husein se enfrentaba dentro de su país con las revueltas de los chiítas y kurdos, que no dudó en reprimir duramente.
En el transcurso de la década de 1990 las Naciones Unidas enviaron observadores para investigar los rumores sobre un programa de armas químicas; después de diversas investigaciones y un contexto complicado, los observadores dejaron el territorio iraquí en 1998.
En enero de 2002, tras los atentados terroristas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, el régimen de Hussein se convirtió en uno de los objetivos prioritarios de la administración estadounidense, en el contexto de la lucha internacional contra el terrorismo que lideró el presidente George W. Bush.
Bush acusó Irak de tener armas de destrucción masiva y vínculos con Al-Qaeda -acusados del atentado-, en contra de las resoluciones de la ONU. Husein, negó todo y acusó a su vez a al presidente norteamericano de manipular la “supuesta” amenaza que Irak representaba para el mundo, añadiendo que lo único que EE. UU. buscaba en Irak era el control del petróleo en Oriente Medio.
En abril del 2003, una coalición liderada por Estados Unidos invadió Irak para deponer a Sadam, generando el estallido de la Guerra de Irak, y el gobierno de Hussein cayó el 14 del mismo mes; sin embargo, el dirigente iraquí había desaparecido.
Sadam Husein al ser capturado en el 2003.-
El dictador estuvo en paradero desconocido durante varios meses, hasta que el 13 de diciembre de 2003, fue arrestado en una operación conjunta entre efectivos kurdos iraquíes y el Ejército estadounidense mientras se encontraba escondido en un sótano en los alrededores de su localidad natal, Tikrit.
El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio donde el acusado se mostró orgulloso y sin un ápice de remordimientos, Husein fue condenado a morir en la horca por el Alto Tribunal Penal iraquí -controlado por Estados Unidos-, que lo encontró culpable de haber cometido crímenes contra la humanidad, por la tortura y asesinato de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982, por el ataque químico a Halabja en 1988, la represión de la rebelión chiíta de 1991, la guerra contra Irán y la invasión de Kuwait.
La condena se cumplió en la madrugada del 30 de diciembre de 2006 en Bagdad. Aquel día, orgulloso, Husein se negó a que le cubriesen la cabeza con una capucha antes del ahorcamiento y comenzó a recitar la profesión de fe musulmana cuando su verdugo tiró de la palanca que abre la puerta bajo sus pies.
El cuerpo del dictador cayó con una fuerza tremenda… Al día siguiente de su ejecución, Sadam Husein fue enterrado en su localidad natal de Al Auya, cerca de Tikrit.
«Limpiaré Libia casa por casa si los manifestantes no se rinden». Muamar el Gadafi
Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi, Hermano líder y guía de la Revolución de Libia.-
Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi, Hermano líder y guía de la Revolución de Libia, fue uno de los dictadores más temidos de los últimos años pues, disfrazado de un excéntrico héroe, se convirtió en relegado internacional por patrocinar el terrorismo, terminando como un asesino de su propio pueblo.
Nacido en la ciudad de Sirte, en el seno de la tribu Gafafa y criado en una familia humilde dedicada al pastoreo de camellos, fue expulsado de la secundaria por movimientos anarquistas…
No obstante, logró entrar a la Universidad de Bengasi donde se tituló en leyes. Más tarde inició sus estudios en la Academia Militar, en la que supo aprovechar las enseñanzas de liderazgo y le sirvió para alcanzar el mando del país africano mediante un golpe de Estado el 1 de septiembre de 1969, cuando derrocó al rey Idris I sustituyendo el Reino de Libia por la República Árabe Libia.
Se erigió en jefe del Estado Mayor y presidente del Consejo de la Revolución que controlaba el poder; además, al año siguiente acumuló los cargos de Primer Ministro y Ministro de Defensa.
Como parte de su programa socialista de gobierno, Gadafi nacionalizó en la década de 1970 toda empresa privada, incluyendo la tierra, la industria petrolera y los bancos, y permitiendo solo los pequeños negocios familiares.
En sus inicios, Gadafi era un abanderado del socialismo y se declaraba admirador del egipcio Gamal Abdel Nasser, líder del nacionalismo panárabe. Presentaba sus ideales como una alternativa tanto al comunismo como al capitalismo y más adelante inventó el concepto de «jamahiriya» o «estado de las masas», en el que los partidos políticos se vieron reemplazados por asambleas populares: cuerpos que posteriormente se convirtieron en la herramienta para desinstitucionalizar al país y entregarle el poder completo al dictador.
Aunque en un principio Gadafi significó para el pueblo libio una mejora del nivel de vida, con el paso de los años, el país comenzó a acaparar titulares en la prensa del mundo, pues Gadafi se convirtió en un radical líder antiimperialista cada vez más macabro que comenzó a apoyar cuanto movimiento revolucionario existía en el mundo.
Sus complicidades con actividades terroristas significaron la aprobación de sanciones por el Consejo de Seguridad de la ONU, principalmente por el atribuido ataque del avión de Pan Am que estalló en al aire, sobre la localidad escocesa de Lockerbie, donde murieron 270 personas. Aquel atentado es considerado, hasta la fecha, el peor ataque terrorista en la historia de Gran Bretaña.
En 1999, tras años de sanciones, Gadafi accedió a entregar a dos sospechosos para que fueran procesados, intentando así sacar a su país de la categoría de «Estado paria» en la que había caído por sus medidas extremistas.
El final de Muamar el Gadafi
Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Gadafi aprovechó la oportunidad para acabar de lavar su imagen mundial, condenó los ataques y Libia se convirtió en el primer país en pedir una orden de arresto internacional contra el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden. Cortó sus lazos con grupos terroristas, abandonó sus ambiciones nucleares y pagó indemnizaciones a los familiares de Lockerbie…
Sin embargo, aquel cambio a líder benevolente y antiterrorista era solo un espejismo. Su país se caía a pedazos, la gente protestaba pidiendo la democratización del régimen y mejores condiciones de vida, pues el país estaba sumido en un declive económico y social.
Gadafi respondió apuntando con armas a su propio pueblo que “tanto amaba”, siendo las protestas duramente reprimidas y provocando una guerra civil entre las fuerzas leales a su gobierno y quienes pedían su dimisión.
El conflicto que desembocó en una rebelión de gran escala y un grave enfrentamiento armado apoyado por la OTAN y otros países afines, desembocaron en la Guerra de Libia de 2011. Esta situación derivó en una nueva ruptura de las relaciones internacionales y su gobierno, y en el reconocimiento por parte de la Unión Europea del rebelde Consejo Nacional Libio de Transición como único interlocutor político en el país.
En agosto de 2011, una ofensiva de las tropas rebeldes dio rápidos frutos en todos los frentes; el 23 de ese mes la capital del país, Trípoli, cayó en manos de los insurgentes.
El 20 de octubre Gadafi, que se escondía en Sirte, intentó escapar en un convoy fuertemente armado, pero fue detectado y atacado por aviones en las afueras de la ciudad.
Gravemente herido en el ataque, el dictador libio tuvo aún fuerzas para esconderse, pero fue capturado poco después por las soldados rebeldes…
Varios videos tomados con teléfonos móviles, permitieron comprobar que, vivo y herido, Gadafi fue zarandeado por una multitud de milicianos del Consejo Nacional de Transición, en ese momento pidió clemencia gritando al grupo enardecido: «No disparen, no disparen»; lo que no evitó que fuera linchado e incluso sodomizado, mediante el uso de objetos, por sus captores…
Gadafi murió aquel 20 de octubre de 2011 de dos disparos a quemarropa –uno en el estómago y otro en la sien-, en las afueras de su ciudad natal…
Con información de: BBC | Muy Historia | UAEH | Biografías y Vidas | History Chanel | 20 Minutos | Semana | Semana | Imagen: Wikimedia Commons
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Autor:
Diana Fernandes