Por Erika De Paz |
Así como ocurre con las dietas o con los alimentos, las disciplinas deportivas también se ponen de moda. ¿Cuántas mujeres comenzaron a hacer yoga luego de ver los efectos de esta práctica milenaria en los brazos de Madonna? Para nadie es un secreto que los estudios de pilates se llenaron, después de que este método prometiera tonificar el abdomen en tan solo un par de sesiones.
De un tiempo para acá se habla del crossfit, un entrenamiento físico intenso que no es para todo el mundo. No es tan nuevo, ya han pasado unos cuantos años desde que Greg Glassman, un norteamericano que en 1995 se dedicaba a entrenar policías en California, le diera el nombre a esto que ahora causa furor. Sin embargo, no fue sino hasta el 2001 que este sistema de acondicionamiento físico traspasó fronteras, dándose a conocer gracias a la web.
Pero ¿qué tiene el crossfit que ha revolucionado el mundo del fitness? Una de las tantas respuestas a esa interrogante es el hecho de poder entrenar diferentes capacidades físicas de manera simultánea. No se enfoca en el entrenamiento de un solo grupo muscular, sino que combina distintos ejercicios (aeróbicos y anaeróbicos) para desarrollar capacidades físicas como la resistencia, fuerza, precisión, agilidad, equilibrio y velocidad.
Se trabaja en un circuito que permite que los alumnos entrenen todas las partes del cuerpo en una sola sesión. Los ejercicios se realizan sin parar en espacios abiertos. Sí, quienes deseen descansar, deberán esperar que transcurran los 60 minutos que dura una clase para “tirar la toalla”: es sumamente exigente.
Los crossfitters (como se les llama a quienes practican esta disciplina) tienen el entrenamiento del día anotado en una pizarra a la vista de todos. Esto comúnmente se llama WOD (por las siglas en inglés de Workout of the day), y no es más que la sesión de entrenamiento que se realizará en esa clase. En el WOD también aparecen los tiempos que le toma al alumno ejecutar cada “actividad” (todo está cronometrado).
Los ejercicios son muy variados; entre ellos están los saltos, el levantamiento de pesas, las flexiones, las sentadillas y los abdominales. Las clases nunca son iguales, así que resultan perfectas para quienes detestan la rutina. No existen máquinas de gimnasio (de esas que vemos en los infomerciales), aquí se utilizan accesorios como cuerdas y cauchos de camiones.
Pero el crossfit no solo es físico. Quienes lo practican, también deben trabajar su interior. Muchas de las personas coinciden que lo mejor de este entrenamiento es la motivación que sienten cada vez que realizan un ejercicio. El hecho de tener que superar sus marcas, sin importar las de los otros, lo hace especial. Además, entre los compañeros se animan para mejorar los tiempos, así que el componente emocional es fundamental.
Sin embargo, no todo es “color de rosa” en el crossfit. Al ser una actividad de alta intensidad, las lesiones son muy comunes. Por ello, es importante escuchar con detenimiento las instrucciones del coach, y seguirlas “al pie de la letra”. Éste será el responsable de enseñar las técnicas correctas para evitar perjudicarnos.
Si queremos practicar crossfit, debemos hacerlo con mucha responsabilidad. Es importante ser honestos con nosotros mismos, y no sobrepasar la intensidad en los ejercicios. No dejemos que nuestro ego nos juegue una mala pasada y por su culpa terminemos lesionados. Aprovecha este entrenamiento total para mejorar tu condición física, perder peso e incrementar tu masa muscular. ¿Qué esperas para tomar tu primera clase?
Por Erika De Paz | IG @ERIKADPS |
Foto: Crossfit / Shutterstock
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