Alrededor del siglo 23 a. C., Mesopotamia comenzó a estar gobernada por Sargón el Grande, fundador del Imperio acadio. Su mandato es recordado por los avances urbanos que logró en el territorio; sin embargo, su hija Enheduanna también pasaría a la historia por ser la primera escritora que se conozca…
Enheduanna no era una princesa callada sin ningún rol importante en el imperio, la joven se convirtió en la suma sacerdotisa de la deidad lunar mesopotámica conocida como Nanna Suen, de hecho el nombre por el que la conocemos «Enheduanna» se debe a su importante rol religioso:
- «En»: alta sacerdotisa
- «hedu»: ornamento
- «anna»: cielo
La más grande prueba histórica de la existencia de Enheduanna, fue encontrada cerca del antiguo templo de Nanna en Ur (actual Irak). Allí fueron descubiertas unas tablillas de arcilla, que eran la principal forma de escritura en la época, con su nombre. Actualmente solo existen copias de las originales.
Sin embargo, sería a la legendaria diosa Inanna a la que Enheduanna dedicaría gran parte de su vida y obra…
La devota creyente de Inanna
Enheduanna escribió dos obras para la diosa del amor mesopotámica, Inanna, incluyendo el famoso mito de Inanna y Enki, historia que está compuesta por 42 himnos. La historia de Inanna y Enki podría asemejarse a la situación que estaba viviendo Enheduanna en su vida: ahí narra cómo la diosa estaba frustrada porque Enki (una montaña en esta historia) se rehusaba a inclinarse ante Inanna y se mantenía más en alto que ella, así que la diosa termina destruyendo la montaña a pesar de que su padre, el gran dios Anu, le había pedido que no lo hiciera… Esto ha sido considerado como una especie de material autobiográfico porque existía un hombre llamado Lugal-Anne quien quería ocupar el cargo que Enheduanna desempeñaba, entonces probablemente el famoso mito de Inanna y Enki se deba a la situación que estaba enfrentando Enheduanna en la vida real…
En realidad, aunque estuviese hablando de Inanna o del dios lunar Nanna, Enheduanna (como la mayoría de los escritores) redactaba su propia vida a través de su arte.
Enheduanna: una talentosa artista
Algo curioso, es que incluso Enheduanna, milenios antes de que existiera el término, también sufrió del llamado “bloqueo del escritor” ya que llegó a relatar los problemas en cuanto a su desarrollo creativo y que a veces pasaba toda la noche escribiendo los himnos, para que fuesen recitados durante el día.
Además de sus escritos, como fue mencionado anteriormente, Enheduanna también se destacó en la poesía y la música, ya que su obra más larga fueron los 42 himnos dedicados a la diosa Inanna. Como probablemente tienes curiosidad de apreciar cómo redactaba quien fue la primera escritora de la historia, te mostraremos parte de su obra, cortesía de la revista mexicana Enheduanna, medio feminista que lleva el nombre de la escritora acadia:
“Mi madre sacerdotal me concibió; secretamente me trajo al nacimiento me coloco en un arca, hizo trabar mi puerta. Me confió al río, que no me hundió. El río me trajo hasta aquí, el labrador, quien me condujo a ser su hijo… Durante mi jardinería, la diosa Ishtar, me amó, y durante cincuenta y cuatro años mío fue el reinado”.
Aquí hace referencia a Inanna, pero Enheduanna también habla de su propio nacimiento. Otro poema relevante de ella es conocido como La exaltación, escrito que también dedica a la legendaria diosa:
“Señora de todas las esencias, luz plena, buena mujer vestida de esplendor a quien el cielo y la tierra te aman, amiga del templo de An tú llevas grandes ornamentos, tú deseas la tiara de la grande sacerdotisa cuyas manos sostienen las siete esencias, las has escogido y colgado de tu mano. Has reunido las esencias sagradas y las has puesto apretadas sobre tus pechos”.
Finalmente, aunque es sin duda alguna su creatividad y poesía lo que la han convertido en una leyenda, en realidad el mayor logro de Enheduanna es que continúa siendo la primera persona escritora (hombre o mujer) de la que se tenga registro histórico.
En esa época (2.300 años antes de Cristo), los autores no solían firmar sus obras, a diferencia de Enheduanna, quien añadía su nombre al final de su arte, probablemente sin saber que mientras redactaba sus propias historias, ella misma se estaba convirtiendo en historia…
Con información de: BBC / Revista Enheduanna / Wikipedia / Foto: Wikimedia
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