Su nombre científico es ‘Apium graveolens’ y proviene del sur de Europa. Su uso medicinal en la historia parte desde la época de Carlomagno quien reclamaba que se cultivara apio en sus campos. En algunos países se le conoce como apio, célery o apio España según la región, y aporta diversos beneficios a nuestro organismo.
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Excelente digestivo
Un jugo verde de apio aportará nutrientes especiales de la fibra que ayudarán al movimiento intestinal, por lo tanto se convierte en un laxante natural que alivia el estreñimiento. Además, la Universidad de Chicago afirma que un vaso diario favorece la producción de saliva y jugos gástricos.
Diurético
El Centro Médico de Maryland recomienda el jugo de apio como un diurético, y un tratamiento efectivo contra la retención de líquidos. Aporta limoneno, selineno y asparagina capaces de estimular la actividad en los riñones, junto al potasio y el sodio, ambos conocidos por regular los fluidos corporales.
El jugo de apio estimula la producción de orina y contribuye a deshacer el exceso de fluidos convirtiéndolo en un vegetal óptimo para adelgazar y disminuir la retención de líquido.
Es un antiinflamatorio
Encontramos entre sus propiedades el poliacetileno lo que alivia todos los tipos de inflamación, como la artritis reumática, el asma, la bronquitis y la osteoartritis, según un informe publicado por la Universidad de Illinois en Estados Unidos.
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Amigo de la sexualidad
El doctor Alan Hirsch, autor del libro Scentsational Sex: The Secret to Using Aroma for Arousal, afirma que el apio contiene androsterona y androstenol unas moléculas que funcionan como feromonas. Esto quiere decir que el apio aumenta el deseo sexual del hombre, además contiene un aminoácido natural llamado arginina y que actúa directamente sobre la dilatación de los vasos sanguíneos, es decir, mejora la erección y la potencia sexual.
Especialmente nutritivo
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos aseguró que una simple porción de apio aporta el 6.5% del valor diario recomendado de potasio y el 3% del valor del calcio, además de ser rico en vitamina B1, B2 y B16, minerales como el fósforo, sodio, silicio, magnesio y zinc.
Contra el cálculo renal
Combate las toxinas del cuerpo que causan el cálculo urinario y el cálculo de la vesícula biliar. Consumir de manera frecuente el apio ayuda a no volver a padecer este tipo de enfermedades.
Estudios publicados por los National Institutes of Health certifican que las piedras en el riñón se pueden eliminar a través de la orina, por ello dado su potencial diurético el apio es efectivo.
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Anticancerígeno
El Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York realizó diversas investigaciones que concluyeron en que consumir frecuentemente limoneno -siendo este uno de los compuestos del apio-, contribuimos a la protección de nuestro cuerpo contra el desarrollo de algunos tipos de cáncer como el de seno, hígado y estómago.
Disminuye la presión sanguínea alta
La Universidad de Chicago a través de un estudio demostró que gracias a un compuesto que se encuentra en el apio llamado butil-ftalida se contribuye a la relajación de los músculos alrededor de las arterias y a la dilatación de los vasos sanguíneos hasta lograr una buena fluidez de la sangre.
Reduce el colesterol
Comer dos tallos de apio al día puede reducir el colesterol ‘malo’ (LDL) hasta 7 puntos. Incrementa la secreción de ácidos biliares ayudando a remover el colesterol del cuerpo a través del compuesto butil-ftalida, que además es el responsable de darle el aroma y sabor a este vegetal.
El Departamento de Farmacología de la Universidad de Singapur concluyó que un consumo regular de té de apio reduce los niveles altos del colesterol LDL.
Fuente de vitamina A
Contiene grandes cantidades de vitamina A y contribuye a retrasar la degeneración ocular. El apio ofrece hasta un 10% de la vitamina A diaria recomendada por los médicos.
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Autor:
Erika Pereira
