Todos sabemos la historia del gigantesco crucero marino, llamado Titanic, pero… ¿en algún momento te has preguntado qué ocurrió con todos los cuerpos que dejó esta tragedia? Aquí te contamos la historia…
Es imposible no haber escuchado hablar del majestuoso Titanic, ya sea por cultura general o por múltiples referencias a la película, basada en su historia, que probablemente todos hemos visto alguna vez; sin embargo, además de la conocida tragedia, los lamentables hechos no terminaron después de su hundimiento.
La construcción del Titanic costó en su momento aproximadamente 1.5 millones de libras esterlinas (alrededor de 170 millones de libras esterlinas en la actualidad) y en su interior viajaban unas 2.200 personas; básicamente el Titanic era algo que nunca antes había visto la humanidad.
La noche del 14 de abril, el Titanic chocó con un gigantesco iceberg, lo que provocó el posterior hundimiento de la nave, ocasionando la muerte de 1.500 personas entre las 2.200 que viajaban en la nave, pero la tragedia no terminó allí…
El 20 de abril, fue enviado un buque especial al lugar de la tragedia para rescatar la mayor cantidad de cuerpos posibles; no obstante, el buque CS Mackay-Bennett, no contaba con la capacidad suficiente para rescatar todos los cuerpos y tuvieron que dar prioridad a algunos… a los cadáveres de la clase alta.
Una investigación llevada a cabo por el reconocido diario Daily Mail, reveló una colección de telegramas donde se mostraba la terrible realidad. Detalla cómo tuvieron todas las precauciones necesarias con los pasajeros de primera clase para poder embalsamarlos y que luego fueron llevados a tierra en ataúdes.
En el caso de los pasajeros de segunda clase, sus cadáveres fueron también embalsamados pero fueron cubiertos en tela. Lo más terrible le tocó a los fallecidos de la tercera clase, en este caso, la tripulación del CS Mackay-Bennett decidió lanzar los cadáveres por la borda debido a su falta de espacio, incluso, la mismísima tripulación del Titanic, también fue arrojada por la borda junto a la tercera clase, supuestamente por tradición de la navegación en altamar.
Para cuando el buque llegó a la zona de la tragedia, todos los cadáveres tenían un color azul oscuro, casi púrpura, debido a la congelación, así que seguramente te preguntarás cómo los rescatistas pudieron conocer la clase de cada pasajero. Pues simplemente se encargaron de revisar las pertenencias de los fallecidos y de allí sacaron sus propias conclusiones en relación a la posición económica y social de cada víctima.
Esta terrible anécdota histórica es solo una muestra del sistema social tan clasista que existía en 1912; sin embargo, cabe señalar que en los telegramas se revela que algunas familias ricas pedían expresamente recuperar los cadáveres de algunos de sus familiares, lo que pudo ayudar al rescate en esos casos, y en cuanto a las familias de menores recursos, probablemente no tuvieron la posibilidad de hacer llegar su petición.
Incluso, aunque no hay un registro al respecto, en el Titanic es posible que también viajaran polizones, de los cuales sería imposible tener un detalle oficial y por eso sus familiares tampoco podrían haber pedido la entrega de sus respectivos cuerpos, o quizá también nadie los reclamó.
No obstante, aunque la prioridad en relación a la recuperación de los cuerpos haya podido ser la de los más acaudalados, dado que había una fuerte discriminación por el sistema jerárquico de la época, no es menos cierto que no hay manera de excusar este perturbador y triste final que tuvieron los pasajeros de menores recursos, que viajaban en el RMS Titanic.
Con información de: BBC / Infobae / Foto: Shutterstock
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