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¿Vivimos de apariencias? Guy Debord, el filósofo que buscaba erradicar el consumismo

¿Vivimos de apariencias? Guy Debord, el filósofo que buscaba erradicar el consumismo

En medio de una avalancha de productos que sumergió a Europa, Guy Debord escribió un libro que tenía como propósito mostrar que el consumismo no era sinónimo de felicidad. ¿Qué decía el libro? ¿Vivimos en una mentira? Aquí te contamos todo.

La Internacional Situacionista, un grupo en contra del consumismo

Al final de la Segunda Guerra Mundial, Europa se convirtió en la cuna del consumismo. Cuando las economías comenzaron a estabilizarse, se llenaron los negocios de nuevas propuestas de productos que parecían garantizar la felicidad –o al menos-, elevar el estatus social.

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Las campañas publicitarias cada vez eran más inteligentes y lograban asegurarle al público que mientras más productos consumieran, más felices serían. En respuesta ante este atentado consumista, nace La Internacional Situacionista, un grupo político que tenía como premisa romper con los patrones del consumismo y crear un mundo más consciente.

¿Por qué fueron importantes? “Estuvieron entre los primeros que se aventuraron por las vías del análisis de las nuevas formas de opresión de la sociedad y del llamado bienestar”, explica Luis A. Bredlow.

Además de ser un movimiento político y social, se convirtió en toda una revolución cultural. Cientos de estudiantes parisinos se involucraron en sus enseñanzas y sobresalieron diferentes visiones del problema en producciones literarias. La más famosa fue La sociedad del espectáculo de Guy Dubord, publicado en 1967.

Guy Debord nació en París, el 28 de diciembre de 1931 y murió el 30 de noviembre de 1994. Fue conocido por ser un filósofo revolucionario y por su libro ‘La sociedad del espectáculo’, publicado en 1967. –

La sociedad del espectáculo – ¿Somos unos títeres de la publicidad?

El libro comienza diciendo: “La vida entera de las sociedades en las cuales reinan las condiciones modernas de producción se presenta como unas inmensa acumulación de espectáculos”.

Debord, narra bajo su propia perspectiva lo que vivió en carne propia en esa Europa consumista sumergida en la necesidad de comprar sin parar.

No es un libro educativo, sino un manifiesto social; que tiene como propósito enseñarle al mundo los peligros de una sociedad que vive bajo el techo del consumismo y la publicidad, pero también enseña a subvertir los efectos y combatirlos en búsqueda de una sociedad más sana y pacífica.

El escritor, narra en su libro cuáles son los aspectos negativos del capitalismo:

“El capitalismo, ha producido un nivel de abundancia suficiente para solventar el problema inicial de supervivencia, pero de una manera tal, de que el mismo problema se presenta continuamente a niveles más altos”.

¿Qué quiso decir? Según su perspectiva, la ventaja del capitalismo es que ha logrado satisfacer las necesidades básicas del ser humano eficientemente, pero lo ha hecho tan bien, que con su producción masiva creó todo un conjunto de necesidades nuevas que van de la mano con el consumismo y no con la supervivencia per sé.

Por ejemplo: En la Europa de la postguerra, lo más importante era conseguir comida, reconstruir las viviendas y devolverle al pueblo todo lo que había perdido, incluso el ánimo.

Después de haberlo logrado todo, las necesidades básicas seguían siendo las mismas: comida, refugio y felicidad.  Pero antes del supuesto ataque de consumismo del que habla Debord, no era necesario trabajar en pro de tener cinco vehículos último modelo ni las prendas de ropa más costosas… Era suficiente con tener un vehículo operativo y ropa decente.

Debido a la avalancha de productos, la felicidad se comenzó a buscar en productos francamente innecesarios.

¿Debord estaba en contra del capitalismo?

Si bien en algunos aspectos de su obra, hace alusión al marxismo, Debord entendía los beneficios del capitalismo. Lo que criticaba, era el consumismo que lo acompañaba.

¿Cómo podemos entenderlo? Según su visión, el consumismo convirtió la felicidad en la compra constante de objetos nuevos completamente innecesarios. Por ejemplo: comprarse un vehículo nuevo cuando tienes uno perfectamente funcional en casa o pasar meses ahorrando por el televisor último modelo cuando en casa tienes uno funcionando.

Debord con la Internacional Situacional, critica la imposición del consumismo como método de obtención de satisfacción y felicidad.

Según su visión, la necesidad de comprar productos había reemplazado la importancia de las experiencias. Por ejemplo: no era escuchar y disfrutar de la música, sino comprar el reproductor más moderno y costoso.

Una sociedad completamente guiada por las apariencias

La sociedad del espectáculo, tiene como premisa que el mundo se ha transformado en un grandísimo teatro, en el que lo único que importa son las apariencias. En lugar de perseguir la felicidad y satisfacción natural, buscamos la aceptación de los demás según los productos que tengamos.

¿Qué es el espectáculo según Debord?

“Es una afirmación de apariencias y una identificación de toda la vida social con apariencias”. Debord explica que el mundo se ha transformado en un bombardeo constante de imágenes que sugieren que la obtención de ciertos productos, garantizará estatus y felicidad.

“El espectáculo no puede ser malentendido como un mero exceso visual producido por tecnologías de medios de comunicación. Es una visión del mundo que realmente ha sido materializado”, explica el escritor que vivimos sumergidos en un mundo lleno de mensajes que nos sugieren que ciertos productos o comportamientos, nos harán mejores. Nos hemos acostumbrado a vivir en una sociedad que persigue el consumismo.

¿Cómo lo podemos ver en la actualidad? El libro de Debord tiene más de 50 años, pero resulta muy actual en la era de las redes sociales. Los usuarios se proyectan en sus redes con una vida perfecta, llena de felicidad y de momentos dichosos, dándole a entender al mundo que viven guiados por mil y un maravillas.

¿Por qué no nos mostramos como somos? “La vida real es materialmente invadida por la contemplación del espectáculo y termina absorbiéndolo y alineándose con él”.

Su misión con La sociedad del espectáculo, era hacer entender a la sociedad, que hay un mundo lleno de posibilidades que pueden conseguirse sin tener que caer en las redes del consumismo y las falsas apariencias.

Con información de: Filosofía/ El País / Ultimo Recurso./ Foto: Shutterstock

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