A diferencia de muchos artistas contemporáneos, Paul Cézanne, nacido en Aix-en-Provence, se caracterizó toda su vida por su personalidad introvertida, e incluso colérica. Al contrario de las biografías de Van Gogh o Gauguin, atractivas por ser exóticas y desmesuradas; la trayectoria de Cézanne se contempla por medio de la paciencia, su constancia aun frente al rechazo, y su legado en la pintura del siglo XX.
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Paul Cézanne nació en Aix-en-Provence, en Francia, en el año 1839. Es considerado tanto por historiadores de arte, como por otros exponentes artísticos -como Pablo Picasso- un maestro de la pintura adelantado a su época.
“Sa petite sensation”, o “su pequeña sensación”, como él la denominaba, no era otra cosa sino una , insaciable búsqueda por proyectar su propio lenguaje expresivo, y a partir de ello, dejar una huella artística con su propia producción pictórica.
A pesar de haber nacido a la par de otros artistas, eternamente comprometidos al impresionismo, Cézanne no se sintió particularmente interesado en pertenecer a esta corriente, por lo cual, buscó siempre su propio medio de expresión artística. El francés manifestó alguna vez: “Acaso he nacido demasiado pronto. Soy más pintor de vuestra generación que de la mía”, dijo, refiriéndose a los exponentes de los primeros años del siglo XX.
Etapas de su pintura
Período romántico (1864-1871)
Previo a este período, el joven artista contaba con 25 años y un par de amistades cultivadas con el tiempo, como fue el caso del escritor Émile Zola. Junto a él, Cézanne vivió su primer encuentro con la ciudad de París, donde comenzó sus estudios pictóricos en la Academia Suisse en 1861. Sin embargo, al no sentirse plenamente identificado con los círculos sociales, ni con la acogida y recepción por parte de otros pintores, se refugió en su trabajo.
Durante sus años en París, Cézanne fue rechazado para exponer sus obras desde 1864 hasta 1882.
Su etapa romántica abarcó un carácter todavía muy academicista, y recibía parte de su inspiración de los clásicos de Delacroix, Rubens y Miguel Ángel; junto a las innovaciones en el campo artístico del Museo de Louvre. Cézanne, incluso, realiza un homenaje de la pintura Olimpia de Édouard Manet, traduciendo las formas a su propio lenguaje visual.
Etapa impresionista (1872-1877)
El pintor obtiene su primer acercamiento con el impresionismo, corriente en auge de la época, a raíz de su relación de pupilo con el ya consagrado artista Camille Pissarro, con quien no tardaría en establecer una duradera amistad.
Aún así, no satisfecho con la filosofía que le proporcionaba este movimiento, Cézanne cierra su ciclo impresionista y emprende en una introspección que más tarde le permitiría encontrar una voz propia y consolidar una obra más personal.
Período constructivo (1878-1887)
La experimentación llevada a cabo en su taller en Les Lauves, le permite encontrar una nueva forma para expresarse a sí mismo, con respecto a su labor como pintor.
Fundamentalmente, la simplificación de las formas era el medio más exacto para llegar a la esencia de lo que se desea plasmar. A partir de esta premisa, Cézanne centró sus estudios pictóricos en la elaboración de numerosos bodegones y floreros.
Período sintético (1888-1899)
En su último período pictórico, Paul Cézanne realiza su primera exposición individual, organizada por su amigo Ambroise Vollard, un influyente galerista, quien contribuyó al reconocimiento de la obra del pintor.
Fue en su galería donde, algunos años más tarde, tendría lugar la primera exposición de Pablo Picasso.
“La naturaleza no está en la superficie, sino en la profundidad. Los colores son la expresión de esa profundidad en la superficie. Surgen de las raíces del mundo. Son su vida, la vida de las ideas”, expresó alguna vez Paul Cézanne.
Basado en este principio de la filosofía platónica, Cézanne comienza a concebir un lenguaje muy propio de lo que se convertiría en la premisa inicial del arte en el siglo XX.
‘Les Joueurs de cartes’ de Paul Cézanne – Óleo sobre lienzo (1894-1895).-
Liberar a la pintura de las ataduras que impone el modelo (la naturaleza muerta en bodegones, las figuras humanas, los paisajes), consiste en el desafío que Cézanne se concede a sí mismo.
Pintar, en adelante, supone un ejercicio mental.
Paul Cézanne fallece en 1906 en Aix, cuando se encontraba más que inmerso en su pintura.
Con información de: Grandes maestros de la pintura. Barcelona, España. Editorial Sol 90, S.L. / discursovisual / arte.laguia2000 / todocuadros
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Autor:
Gabriela Herrera
