¿Dios existe? ¿Fue el creador del Universo? ¿Es el que moldea tu destino? Todas estas preguntas pudieran ser respondidas rápidamente por un creyente con múltiples «sí» o por un ateo que diría instantáneamente «no», pero ¿qué pasa cuando la respuesta es «no lo sé ni me interesa»?
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¿Qué es el apateísmo? Una visión neutral
Nace de la unión de «apatía» -falta de interés- y «teísmo» -creer en un Dios-, lo que da por resultado: apateísmo, desinterés sobre la existencia o inexistencia de un Dios.
El apateísmo, también conocido como «ateísmo práctico» es una filosofía que consiste en tomar una actitud completamente distante con respecto a todo tipo de creencias religiosas.
No niegan la existencia de Dios pero tampoco afirman que exista. Es una filosofía de vida, una actitud con respecto a una creencia, tanto si es cierto, como si es falso, es indiferente.
Una de las condiciones más importantes del apateísmo es la libertad de culto, promover la libertad religiosa siempre y cuando no hayan castigos al no ser creyente de algún tipo de religión.
¿Qué significa esto? El apateísmo representa una posición neutra con respecto a las religiones. No sigue los parámetros de una religión pero tampoco critica a quienes deciden seguirlas.
«Un mundo de ateos prácticos –o apateístas- sería mejor y más feliz que el que tenemos ahora”.
Richard Rorty, filósofo estadounidense.
¿Por qué? Parte del pensamiento del filósofo tiene como base la creencia de que las religiones lo que producen son divisiones y guerras. Tomando en cuenta la historia, los conflictos bélicos más sanguinarios de la historia han tenido como base creencias religiosas. Si la libertad de culto fuera una realidad sin consecuencias y las religiones no fueran tomadas con tanta seriedad, el mundo sería diferente.
¿En qué cree el apateísmo? No es una religión, es una actitud
El apateísmo es una actitud, una forma de pensamiento, una filosofía con respecto a las religiones, a las deidades y a las costumbres religiosas. No es una religión pues lo que hace es huir de ellas.
Mientras que el ateísmo niega completamente la existencia de Dios, el apateísta ni la niega ni la afirma, pero asegura que no tiene ningún tipo de influencia en la vida cotidiana.
Al apateísta simplemente no le parece relevante la presencia de una deidad, ni considera que sea necesaria para el desarrollo de una cultura o comunidad.
Tal como el ateísmo agnóstico, el apateísmo no cree en la existencia de ninguna deidad, pero no afirma saber que existe alguna deidad o no.
El apateísmo sabe que no tiene los mecanismos para probar la existencia o inexistencia de una deidad, que es casi imposible descifrar los asuntos referentes al mundo «sobrenatural» que profesan las religiones, por lo que simplemente decide tomar una posición distante.
Al considerar irrelevantes los debates religiosos, se aleja de las creencias pero las respeta y apoya la libertad religiosa.
¿Es igual al agnocismo? No. El agnóstico considera imposible para el humano probar la existencia de Dios, el apateísta no tiene interés en probar si existe o no.
«Creo que el auge del apateísmo debe ser celebrado nada más y nada menos como un gran avance de la civilización»
Jonathan Rauch
Similar al pensamiento de Rorty, Rauch asegura que mientras más se popularice la actitud despreocupada e indiferente con respecto a las religiones, más pacífico y tolerante será el mundo.
«Déjalos ser», una actitud neutral trae paz y aleja el fanatismo
Jonathan Rauch es un periodista y activista estadounidense que se dedicó a explicar lo que realmente es el apateísmo en un artículo que tituló «Let it be» -déjalo ser-. Aquí tienes algunas de las ideas principales del texto:
¿En qué se diferencia el ateísmo del apateísmo? «Un ateo es exactamente igual a un cristiano fanático, solo que con los ideales al revés. Uno cree apasionadamente que Dios existe, mientras que el otro defiende fielmente que no existe. El apateísta toma una posición neutral, ni sí, ni no».
¿Un apateísta puede ser creyente? Según el pensamiento de Rauch, un apateísta puede creer en la existencia de un dios, pero de forma desinteresada y relajada. Sin seguir los preceptos de una religión, ni pedir milagros misteriosos, simplemente puede estar más inclinado a que sí exista una deidad, asemejando el pensamiento hacia la corriente del deísmo.
El periodista explica que antes de conocer la corriente de pensamiento del apateísmo, se hacía llamar a sí mismo «ateo» pero se dio cuenta de que en realidad no le importaba si existía Dios o no, por lo que el apateísmo se apegaba más a su actitud y a sus creencias.
«No soy ateo, simplemente no me importa si Dios existe o no»
Fueron palabras del filósofo francés Denis Diderot (1713 – 1784) al ser acusado de ser ateo -para la época, era considerado un pecado, una falla terrible a la moral-.
El apateísmo en sus inicios fue muy mal visto, una actitud para flojos e inadaptados, incapaces de vivir en sociedad. Todos aquellos que negaran la existencia de Dios o que no quisieran vivir bajo sus preceptos serían condenados y criticados de inmorales y hasta hedonistas -los que viven únicamente para el placer-, pero no es así.
El apateísmo adopta una actitud despreocupada sobre la religión, por lo que se convierte en una filosofía totalmente indiferente ante Dios y su presunta existencia.
Si bien no es de las corrientes de pensamiento más populares en el mundo -por lo censurada que estuvo en su momento- hoy en día hay muchos que viven bajo esta premisa sin siquiera saber que tiene un nombre específico.
Con información de TheAtlantic | ThoughCo | Plaubuzz
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Autor:
Mary Villarroel Sneshko
