Por Álvaro Vito / El sistema nervioso es todo un conjunto de estructuras que, aunque se conoce bastante de ellas, demuestran algunos diagnósticos que no son entendibles en la actualidad. Tal es el caso de la esquizofrenia, un desorden psicótico que incluso al día de hoy deja muchas incógnitas. ¿Qué se sabe hasta el momento?
El cómo se identifica
La palabra esquizofrenia deriva del griego ‘schizo’ (separar, dividir, romper) y ‘phren’ (mente). Se trata de un desorden mental caracterizado por la presencia de perturbaciones en el pensamiento, en el comportamiento y en la percepción.
Tradicionalmente, los síntomas de la esquizofrenia se dividen en dos categorías principales. Primero están los llamados positivos, que incluyen alucinaciones y trastornos del habla y del comportamiento. Por otro lado, están los negativos, los cuales son cualidades que se disminuyen, como la motivación, el habla o la expresión de emociones; se presenta la anhedonia, que es la falta de placer en actividades que normalmente se veían agradables.
Las primeras sensaciones de esta situación incluyen irritabilidad, pensamientos inusuales y cambios particulares de personalidad. Generalmente el diagnóstico suele presentarse en la adolescencia o a partir de los 20 años en hombres, mientras que para las mujeres suele darse alrededor de los 30 años.
El diagnóstico se correlaciona con un 20% en la reducción de la expectativa de vida, con hasta un 40% de muertes atribuidas a suicidio. Lo último mencionado sobre el suicidio aclara que dos tercios de los pacientes reportaron tener al menos una idea suicida.
El conocimiento sobre la esquizofrenia lleva más de un siglo, donde en 1887 el doctor Emil Kraepelin ya tenía una idea al respecto. Fue en 1908 cuando Eugen Bleuler, psiquiatra suizo, acuñó el término ya conocido en la actualidad.
Se sabe que el 1% de la población a nivel mundial sufre de esquizofrenia.
Causas sin precisión
La esquizofrenia consiste en un conjunto de síntomas similares, pero con diversas causas de acuerdo a cada persona; no es sencillo identificar una causa concreta de por qué ocurre este trastorno. De tal modo, se sabe que hay una combinación de factores tanto genéticos como ambientales.
Los factores ambientales que aumentan el riesgo de sufrir esquizofrenia pueden ser los siguientes: diabetes gestacional, preeclampsia, malnutrición materna y deficiencia de vitamina D, etc. Algunas drogas también se han tomado en cuenta (como la marihuana), que se asocian a un riesgo mayor de padecer la enfermedad; aunque se necesita un factor genético que dé como resultado un verdadero riesgo.
En la actualidad no se entiende cómo la genética actúa para dar inicio a la esquizofrenia, pero hay unas observaciones particulares:
- La incidencia puede resultar diez veces mayor en hijos de migrantes africanos y caribeños en comparación a los caucásicos, según un estudio en Reino Unido.
- Los hijos de personas con esquizofrenia tienen diez veces más probabilidad de desarrollar la enfermedad. Asimismo, si un gemelo sufre de esquizofrenia, el otro gemelo tiene un 40% de poder afectarse también.
El desarrollo de la esquizofrenia también puede relacionarse a circunstancias como un desbalance en neurotransmisores como la dopamina, la serotonina o el glutamato.
Distintos mitos
En varias ocasiones, muchas personas pueden tener una desinformación sobre la esquizofrenia. Por ejemplo, se puede pensar que este trastorno es sinónimo de tener múltiples personalidades. Sin embargo, no hay ninguna relación; incluso, el tema de la múltiple personalidad tiene su nombre específico: trastorno de identidad disociativo.
También se puede asociar a la esquizofrenia como sinónimo de ser una persona peligrosa. No obstante, no resulta así, ya que hay muchos casos de personas que, con el tratamiento adecuado, han logrado adaptarse a una vida normal. Tal es el caso de Cecilia McGough, especialista en astronomía y astrofísica que hizo una charla TED hace unos cuantos años contando su experiencia.
https://www.youtube.com/watch?v=xbagFzcyNiM
El punto es que, con un tratamiento basado en antipsicóticos o terapia cognitivo-conductual, se puede manejar este trastorno para un mejor día a día. En cualquier circunstancia con síntomas nunca antes vistos, es bueno asistir al especialista médico adecuado.
Con información de: PubMed | TED-Ed
Imagen de portada: Shutterstock
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