Australia es quizás sinónimo de rascacielos, playas de arena blanca con palmeras por doquier, canguros y la gran barrera de coral. Aunque la población y el esplendor de su arquitectura se concentren en ciudades como Sidney, Melbourne, Canberra y Brisbane, también posee grandes extensiones de territorio deshabitado y lugares de increíble belleza natural.
El Lago Hillier es un estanque de color rosado ubicado en la remota isla Middle (la más grande) del archipiélago Recherche, muy cerca de la costa de Esperance en la parte occidental de Australia.
Tiene una extensión de 600 metros de largo y 250 metros de ancho, rodeado por una vasta vegetación rica en eucaliptos, corteza de papel, y al norte, un borde de arena que lo separa del océano Pacífico.
A diferencia de otros lagos rosados alrededor del mundo (Senegal, España, México), el agua sigue siendo distintivamente rosada así se vierta dentro de un vaso.
Por algunos años solían extraerle la sal, pero hoy en día está enfocado solo a propósitos turísticos. El agua del lago es clara y no causa ningún tipo de daño a la piel humana, incluso el alga Dunaliella salina es inofensiva, por lo que nadar allí es totalmente seguro y divertido pero imposible para los turistas normales.
El lago Hillier puede ser divisado únicamente desde las alturas, mediante servicios de helicópteros hacia la isla Middle.
Sin embargo, está otro lago rosa no muy lejos de Esperance (a 7km) donde sí puedes nadar. Además tienes la opción de visitar el Parque Nacional Cape Arid a 6 millas al norte de la ciudad o tomar un crucero para explorar las islas y la vida silvestre del archipiélago.
Otras actividades que ofrece este destino son: buceo, surf, rappel, kayak, pesca, ciclismo, equitación, rutas 4×4 y visitas al Museo Municipal de Esperance.
Exactamente el porqué del rosa chicle del lago sigue siendo un misterio. Científicos consideran que puede deberse a un pigmento creado por bacterias localizadas en la costra de sal, a las algas dunaliella (producen pigmentos encontrados en zanahorias) o por reacción entre la sal y el bicarbonato de sodio que se presenta en el agua.
La primera vez que se registró información sobre esta maravilla natural fue en el diario del explorador Matthew Flinders en 1802, quien luego de haber escalado hasta lo más alto de la isla, descubrió el lago en medio de una zona selvática intacta.
Con información de: Australia / NationalGeographic / diariodelviajero / hillierlake / rumbosdigital | Foto: australia
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