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‘Los jugadores de cartas’, la pintura de Paul Cézanne que sentó las bases cubismo

‘Los jugadores de cartas’, la pintura de Paul Cézanne que sentó las bases cubismo

De todos los pintores de su época, Paul Cézanne era quien menos contaba con una mentalidad revolucionaria. No obstante, ‘Los jugadores de cartas’, pintado entre 1890 y 1895, consolidó una nueva etapa dentro del lenguaje pictórico, inspirando movimientos como el cubismo. ¡Conoce los detalles!

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Paul Cézanne: “Todo en la naturaleza está modelado según la esfera, el cilindro y el cono”

Paul Cézanne (1839-1906) es considerado, por la historia del arte, como el padre de la pintura moderna. A diferencia de otros artistas, eternamente comprometidos al impresionismo y a la transgresión de las normas impartidas por el academicismo, Cézanne no contaba con una voluntad revolucionaria. Por el contrario, su objetivo siempre partía de desarrollar un profundo conocimiento de los clásicos, para así concebir un nuevo lenguaje pictórico, por medio de la simplificación geométrica, y el uso de los colores como recurso expresivo. 

Los jugadores de cartas (1890-1895)

Los jugadores de cartas («Les Joueurs de cartes», en francés) es una pintura de óleo sobre lienzo, que corresponde a la serie de las cinco obras sobre naipes, que realizó el artista francés Paul Cézanne, en el marco de la época del postimpresionismo.

Cézanne, absorto en lo que él llamaba “sa petite sensation”, o “su pequeña sensación”, buscó reducir al máximo los elementos que integran la representación, y así, permitió que el espectador se concentrara únicamente en el núcleo principal de la escena: en el centro, una botella de vino y, a ambos lados de la botella, dos hombres sentados, con los brazos apoyados en una mesa, con unos naipes en las manos.

‘Les Joueurs de cartes’ es el título original de la obra de Paul Cézanne – Fuente: Museo d’Orsay  (Wikipedia).-

 En Los jugadores de cartas, y por medio de la composición cilíndrica de objetos como el sombrero, el cuerpo, la manga y la total rectitud de las figuras, los tonos blancos en la pila, el cuello de la camisa, el rostro desdibujado y el mantel que cae en ángulo recto, Cézanne se enfoca, primordialmente, en otorgar al espectador la capacidad de distinguir rasgos psicológicos de sus personajes, no por la dramatización de sus rostros, sino por la expresividad excluida de las formas que se distinguen a simple vista.

“Acaso he nacido demasiado pronto. Soy más pintor de vuestra generación que de la mía” – expresó Cézanne, refiriéndose a los exponentes de los primeros años del siglo XX.

La botella, por ejemplo, ocupa el lugar más centrado de la pintura. Su función radica en actuar como el eje de simetría, marcando el espacio destinado a cada jugador, pero a su vez, focalizando la atención del jugador hacia la mesa, lugar donde transcurre la acción. En consecuencia, el espectador prosigue a fijarse en las manos de los personajes, casi en la espera de ver el siguiente movimiento.

Por su parte, la composición, elección del color y triangulación de los brazos de ambos jugadores, permiten al público adivinar quién podría ser el ganador de la partida. Es decir, mientras que el jugador de la izquierda sostiene naipes blancos y brillantes, el de la derecha cuenta con cartas más opacas y grises.

Finalmente, el detalle y la composición de los sombreros corresponden a uno de los pesos más importantes de la obra. Cézanne desplaza el peso psicológicos de los personajes de sus rostros, carentes de gestualidad, y lo posiciona en los sombreros de ambos jugadores.

Por un lado, el sujeto de la izquierda cuenta con un sombrero rígido, oscuro, mientras que el de la derecha carga uno blando y de tonos más claros. Este juego cromático se repite con todo el vestuario de los personajes, permitiendo al espectador imaginarse el carácter e individualidad de cada uno, más allá de lo evidente.

Con información de: Historia-Arte! / Grandes maestros de la pintura. Barcelona, España. Editorial Sol 90, S.L.

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