Tras el fallecimiento del cofundador de Apple y visionario tecnológico, Steve Jobs, numerosas muestras de condolencia inundaron las redes sociales. Entre ellas, destacó un mensaje publicado en Twitter que decía: «En la historia de la humanidad existen tres manzanas: la de Adán, la de Newton y la de Steve Jobs». No obstante, este enfoque omite otras manzanas igualmente fascinantes. Las manzanas no son solo frutas deliciosas, sino también símbolos poderosos que han inspirado historias, obras de arte y avances científicos a lo largo de la historia.
Pintura renacentista: Adan y Eva en el Paraiso
La manzana de Adán: El hombre vivía en el paraíso junto a su creador, Dios. Éste era muy comprensivo pero había puesto una restricción: no se debía comer del árbol del fruto prohibido. El demonio, en forma de serpiente, logra convencer a Eva de que aquella prohibición no era relevante y que debía probarlo. Así que corta un fruto (muchos defienden que fue un higo, otros que fue una manzana) y se lo entrega a Adán para que lo coma. Tras la primera mordida Dios les dice que por haberle fallado deberán salir del paraíso, que sentirán vergüenza de sus cuerpos desnudos, que sufrirán y morirán.
La manzana de Blancanieves
En un reino había una reina, madrastra de una bella doncella. La reina estaba obsesionada por la belleza; tenía un espejo mágico al que le preguntaba quien era la más bella –del reino-. Al principio el espejo siempre contestaba que era ella, pero cuando Blanca Nieves, la doncella, creció este cambio de parecer. Así que la reina decide matarle. Blancanieves huye al bosque donde se refugia. Como no había muerto la Reina se da a la tarea de matarle, para esto utiliza una manzana embrujada. Blancanieves la muerde y cae en un estado que hoy llamaríamos coma. Tras una serie de eventos un Príncipe la despierta de su sueño con el primer beso de amor y viven felices para siempre.
La manzana de Newton
Cuenta la leyenda que la famosa Ley de la Gravitación fue consecuencia de un acontecimiento aleatorio: la caída de una manzana sobre la cabeza de Newton. Se ha dicho que estaba ocioso y triste leyendo debajo de un árbol cuando le cayó ésta. Éste se dio cuenta que había una fuerza que atraía todo hacia el centro de la tierra. Corrió a su Estudio y elaboro lo que sería una de las grandes leyes de la ciencia.
La manzana de Robin Hood
El ladrón de ricos y proveedor de los pobres, Robin Hood, fue un gran arquero. Hacía uso de esta habilidad para vengarse de sus opresores. Una de las imágenes más famosas de este héroe involucra un juego con una manzana. Se decía que era tan bueno que, aun con los ojos cerrados, podía lanzar una flecha y partir una manzana a la mitad (que se colocaba, según la leyenda, sobre la cabeza de un amigo suyo) tras haberla visto tan sólo unos segundos.
La manzana de los Beatles
Una de las agrupaciones más famosas del Rock ‘n’ Roll tenía como símbolo de su disquera una manzana verde. Esta ha sido objeto de devoción por parte de sus seguidores, de hecho lo sigue siendo. La última publicación de su discografía venía en una memoria USB en forma de manzana verde donde se podía leer la leyenda: “The Beatles”.
El hijo del Hombre, Magritte. La manzana de Magritte
Una de las obras más importantes del surrealismo es “El Hijo del Hombre”, pintura elaborada por Magritte. Ésta pintura, hecha con lienzo y oleo en 1964, se encuentra en el Museo Magritte de Bruselas. La pintura nos refleja la perdida de identidad que se vive, pero la alegría de vivir que sigue con vida.
La manzana de Steve Jobs
Innovación, esta es la única palabra que puede definir la obra de Jobs. El famoso logo de Apple (una manzana mordida) ha sufrido muchas transformaciones, pero siempre ha reflejado lo mismo: una estática minimalista. Vemos que este genio logró hacer de un logo un estilo de vida y una visión estética nueva. Gracias a Jobs tenemos más de una fuente en nuestras computadoras, juegos en nuestros dispositivos, reproductores de música digital como el ipod, computadoras sin virus, iTunes U, y muchas cosas más.
Vemos que un fruto que a simple vista parece ordinario ha inspirado actos extraordinarios. Algunas de ellas nos son más impresionantes que otras, algunas han logrado consolidado personajes , y otras más inspiran nuestra imaginación. Como ya se ha dicho muchas veces el límite del hombre es el límite de su imaginación. Así a la próxima no desprecien lo común, nunca se sabe qué podría inspirar.
Una colaboración de @jcapucchino para @Culturizando
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