El pensamiento de Thomas Hobbes tenía como premisa, la persecución de la paz. Su misión como filósofo, fue crear una corriente de pensamiento que garantizara el bienestar de los ciudadanos, evitando a toda costa los enfrentamientos violentos. ¿Debemos ser completamente sumisos? ¿Es necesario obedecer en todo? ¿Será esta la clave del éxito de las naciones? ¿Tendrá razón la filosofía de Thomas Hobbes? Aquí te contamos todo.
¿Quién fue Thomas Hobbes? Un filósofo político que perseguía la paz
Thomas Hobbes (1588-1679), fue un filósofo inglés, considerado uno de los padres del modernismo y de la filosofía política. Comenzó a escribir sus preceptos a partir de los 60 años, desencadenados por los horrores que vivió y presenció en la Guerra Civil Británica que escandalizó Reino Unido desde 1642 hasta 1651.
Su misión como filósofo, fue crear una corriente de pensamiento que garantizara el bienestar de los ciudadanos, evitando a toda costa los enfrentamientos violentos. Su pensamiento se basaba en la sumisión por encima de la violencia y la aceptación de normas sociales que buscaran por encima de todo, la seguridad social.
El pueblo debería, por encima de todo, obedecer a sus gobernantes
Hobbes se dedicó a estudiar los comportamientos sociales, en búsqueda de pistas o claves que lo guiaran en el proceso de crear un mecanismo que garantizara la paz por encima de todo.
Se dio cuenta, que el principal problema en el comportamiento de los hombres era la inconformidad y la competencia constante. Por naturaleza, el hombre buscará tener la mejor calidad de vida posible, pero si otro tiene algo mejor y él, no puede obtenerlo, comenzarán las disputas y los enfrentamientos, que es lo que Hobbes buscaba evitar.
Analizando la naturaleza humana comprendió, que el Estado es la clave del éxito de una sociedad, por lo que promovía la obediencia y la sumisión ante la autoridad.
Una sociedad inconforme y caótica, en búsqueda de la armonía
Para 1600, los monarcas eran los que tenían el poder absoluto gracias al “derecho divino”, una ley que les permitía libertad absoluta en el mando, puesto que Dios era quien los había asignado como gobernantes. Todos aquellos que estuviesen en desacuerdo, irían al infierno.
«¡Dios ha muerto, y nosotros le dimos muerte!» ¿Tendrá razón Friedrich Nietzsche?
Mientras más inconformes estaban los pueblos con sus condiciones de vida, más conflictos sociales había. Los intelectuales comenzaron a buscar una opción más racional que el “derecho divino” para organizar la nación y así nació “el contrato”.
¿Qué es el contrato? Un conjunto de normas que la sociedad debe cumplir con el propósito de garantizar el bienestar de la sociedad. Una especie de constitución.
Hobbes aseguraba que el contrato se debía cumplir con completa y absoluta rigurosidad, pero había ciertos aspectos que quedaban huérfanos en estas reglas. ¿Qué pasaba cuando el pueblo no estaba de acuerdo? Ahí comienza la clave de su pensamiento.
¿Es la sumisión la clave del éxito? Así pensaba Hobbes
Su trabajo intelectual se destinó a encontrar una alternativa que promoviera el bienestar de la nación, sin medidas violentas ni protestas. En su libro más famoso, Leviatán, que resume toda su filosofía, explica que necesitaba encontrar una opción que eliminara por completo las prácticas tortuosas y las muertes monstruosas por la inconformidad (como por ejemplo, la decapitación del rey Carlos I en la plaza central del Palacio de White Wall).
¿Cómo lograr vivir en paz? Siendo sumisos ante la autoridad. Hobbes aseguraba que la clave del éxito de una sociedad, nace gracias a la actitud sumisa y obediente de sus miembros. Si una sociedad se rige sin desviaciones por las reglas propuestas, nadie tendría que enfrentarse violentamente.
El Estado es la bestia y los ciudadanos, sus aliados
«Leviatán» es uno de los nombres que se le asigna al diablo en la Biblia y es el que Hobbes eligió para designar al Estado como figura. Según su pensamiento, el Estado debía ser rudo, fuerte e inmutable. Su labor era ser una bestia que castigara a todos aquellos que se atreviesen a desobedecerlo y premiar, con calidad de vida y seguridad, a todos los que trabajasen en pro de sus principios.
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¿Por qué habría que hacerle caso absoluto a los gobiernos? Porque los hombres, por sí solos, jamás lograrían organizarse. Según su entender, los gobiernos existen porque los hombres le temen al caos y a la pérdida. Los líderes son los que garantizan la sostenibilidad de un grupo a lo largo del tiempo. Sin una cabeza que guíe al rebaño, se perderían por completo.
Vivir bajo la sumisión absoluta de un gobierno, anula en parte la idea de la democracia, pero Hobbes asegura que todos debemos ceder ciertas libertades para vivir en paz.
¿Cómo podemos vivir en paz? Aceptando beneficios y sacrificios
“Si los hombres pudieran gobernarse solos, no habría necesidad de un poder superior”, asegura Hobbes.
La imposibilidad de organizarse, es lo que lleva a los individuos a buscar un líder que se encargue de proveerlos de los servicios necesarios que les garantice una vida segura y confortable.
¿Qué buscan los hombres? Según la filosofía de Thomas Hobbes: calidad de vida, seguridad social, sostenibilidad en el tiempo. Pero no lo pueden lograr solos, es por esto que se crean ciertos parámetros que rigen las sociedades, para que todos tengan acceso a los servicios básicos.
Veámoslo con un ejemplo:
Al momento de aceptar un trabajo, estamos haciendo un intercambio de servicios. El trabajador le entrega a la empresa su talento, a cambio de una remuneración económica. ¿Qué exige la empresa? El cumplimiento de un horario y unas actividades específicas. ¿Qué sacrifica el trabajador? El manejo libre de su tiempo, al verse en la obligación de mantener un horario. ¿Por qué lo hace? Porque está de acuerdo con los beneficios económicos que va a recibir.
Lo mismo sucede en una sociedad. Los hombres buscan la manera de cumplir todas las reglas establecidas –sean o no de su agrado-, con el propósito de disfrutar de ciertas ventajas. Sacrifica parte de su libre albedrío, en pro de vivir en armonía con la comunidad.
Para la filosofía de Thomas Hobbes, el secreto del éxito se encontraba en la sumisión por parte de los individuos ante el poder de un Gobierno. Únicamente consideraba necesarias las rebeliones, cuando se atentaba directamente en contra de la vida de un ciudadano.
¿Será esta la clave del éxito de las naciones?
Con información de: Biography| Britannica| Foto: Shutterstock
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