Vivimos en un mundo globalizado donde las fronteras físicas ya no separan los intercambios culturales entre países, y esta sobreexposición difumina las bases sobre las que se rige una cultura, perdiéndose de vista la línea donde empieza una y acaba la otra…
La apropiación cultural históricamente ha existido desde que hay registros de más de dos culturas diferentes… Así de antiguo es este concepto. También tiene un vértice más oscuro: la imposición a la fuerza a través de la guerra o la colonización, pero anteriormente no resonaba tanto su presencia tácita –y no era por ser inexistente o invisible- sino porque no se evidenciaba tanto.
Por medio del intercambio de información masivo al que nos vemos expuestos a diario por diversas formas, es que ha sido enfocado este tema en los últimos años.
Apropiación cultural ¿qué quiere decir?
Vamos con el tecnicismo primero, pero no desesperes… no es nada tan complicado de entender como parece. El Dr. Adrián Triglia lo define de la siguiente manera: “Puede ser entendida como la utilización de elementos culturales típicos de un colectivo étnico por parte de otro, despojándolo de todo su significado y banalizándolo”.
En pocas palabras, ‘robar’ o ‘usurpar’ algo que no es tuyo y hacerlo pasar por algo propio sin tener idea realmente de cómo usarlo siquiera; la particularidad es que ese “algo”, elemento o cultura… de hecho, es bastante intuitivo… ¿no?
Ejemplos de apropiación cultural
La música es una cara más de ello. La apropiación cultural se presenta de diversas maneras, llámese arte, moda, ejercicios de respiración alternativos, el yoga o la estética…
Revistas de moda se han visto boicoteadas y atacadas por utilizar a modelos blancas para personificar estéticas no occidentales con ropajes de culturas consideradas «exóticas».
Varias cantantes han sido criticadas por recurrir a la apropiación cultural, como Miley Cyrus con el twerk afroamericano, Avril Lavigne con vestimenta extravagante de harajuku o Katy Perry con el uso de kimono como estereotipos japoneses.
El uso de turbantes en desfiles de Gucci (denunciado por la comunidad sij) y los tocados con plumas de los ángeles de Victoria’s Secret son otros ejemplos.
¿Entonces la apropiación cultural es mala?
No se puede afirmar tal concepto si tomamos en consideración que este debate migra a campos como el de la sociología, la psicología social, y la antropología; por lo cual tomar una posición de partido fijo es complicado.
“Los romanos copiaron a los griegos y las sociedades siempre se han inspirado unas en otras. No hay nada malo en ello”, razona el antropólogo canadiense George Nicholas, de la Universidad Simon Fraser de Canadá.
Y si bien es imposible afirmar que existe alguna cultura limpia que no se haya visto influenciada por otra ni un poco, y el contacto mutuo haya sido positivo de manera simbiótica, no es menos cierto que se torna perjudicial cuando los mezclamos y desviejamos sin respeto por el valor que tienen en su cultura originaria.
Definido en los años 1990, el concepto anglosajón de apropiación cultural viene del pensamiento poscolonialista. Y sus detractores afectados alegan que: “Los pueblos autóctonos o grupos minoritarios denuncian a quienes se atribuyen elementos extranjeros a su cultura, sin haber tenido que pagar su costo social e histórico”, según explica Monique Jeudy-Ballini, etnóloga francesa.
Así, de manera evidente queda claro que cuando se toman aspectos muy arraigados y propios a la matriz de la cultura, etnia o religión en cuestión sin un estudio previo o sin la delicadeza de algo ajeno, se puede fácilmente ofender a aquellas personas que pertenecen a un grupo étnico… En los casos más descarados existen testimonios que denuncian incluso la falsificación de papeles, haciendo pasar por propia una cualidad originaria.
Con la información de: El impulso / Psicología y mente /Foto: Shutterstock
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