La cantante mexicana más famosa de rancheras, enamoró a la pintora surrealista más querida de todo México. Su historia de amor estuvo llena de admiración mutua y estallidos de risa. ¿Cómo se conocieron? ¿Qué sucedió? Aquí te contamos todo.
“Quédate esta noche”, la frase que comenzó la historia
La casa de Diego Rivera y Frida Kahlo solía albergar grandes fiestas llenas de tequila, grandes pensadores, gestores culturales y artistas de todo tipo. Eran muy exclusivas, solo aquellos que trabajaran en pro del mundo artístico –o político, a favor del partido de Kahlo-, podían asistir.
Una noche, en una reunión cualquiera, la cantante de rancheras Chavela Vargas, llegó a una de esas reuniones.
No se conocían y ni saben cómo el destino las reunió ahí, pero fue el comienzo de una hermosa historia. Chavela escribió en su libro de memorias Las verdades de Chavela, cómo vivió esa noche:
“Me quedé impresionada cuando vi que bajaban por la escalera de la casa a la señora en una camilla y vestida de tehuana. Los mariachis tocaban y todos bebían tequila, era una pachanga de tequila. Frida me invitó a quedarme a dormir, pues yo vivía lejos de Coyoacán. «Quédate niña, estas muy sola y no sabes nada de la vida, quédate en mi casa», me dijo. Yo me quedé. Ella pintaba y yo, cantaba”.
“Conocí a Chavela Vargas, extraordinaria y lesbiana”, escribió Frida en una carta
Chavela era una seductora de nacimiento, para nadie era un secreto su sexualidad. Tenía fama de ser irresistible y podía presumir de una gran lista de amantes. Tenía una personalidad misteriosa, encantadora y parecía esconder bajo la manga la fórmula perfecta de seducción. Frida cuando la conoció, quedó encantada con su presencia y además confesó, que le había provocado eróticamente. Lo describió así en una carta a su mejor amigo, el poeta Carlos Pellicer:
“Carlos:
Hoy conocí a Chavela Vargas. Extraordinaria, lesbiana, es más se me antojó eróticamente. No sé si ella sintió lo que yo pero creo que es una mujer lo bastante liberal que si me lo pide no dudaría un segundo en desnudarme ante ella. Cuántas veces no se te antoja un acostón y ya. Ella repito es erótica. ¿Acaso es un regalo que el cielo me envía?
Frida K”.
El lesbianismo de Chavela la liberó de las presiones sociales
Quizás era su autenticidad lo que la hacía irresistible. Jamás ocultó su sexualidad y vivió abiertamente el amor como y cuando quiso. “Yo nací así. Desde que abrí los ojos al mundo. Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate que pureza, yo no tengo de qué avergonzarme… Mis dioses me hicieron así”, escribió Chavela en el documento que el Gobierno mexicano sometió al Premio Príncipe de Asturias cuando la cantante estaba nominada al galardón de las artes.
Un amor puro y platónico las unió
Ambas conectaron rápidamente. Su relación fue tan maravillosa, que Chavela se mudó a la misma casa en la que Frida vivía con Diego. Juntos organizaban proyectos culturales, discutían tópicos artísticos y se servían de inspiración. Nadie sabe con exactitud qué sucedió entre Chavela y Frida, algunos aseguran que la relación fue netamente platónica, otras versiones dicen que vivían una relación bisexual con Diego. El secreto queda entre ellas, pero el amor que se tenían se mantiene vivo gracias a sus testimonios.
¿Cómo vivían en la misma casa? “Me invitaron a quedarme con ellos a vivir y aprendí todos los secretos de la pintura de Frida y Diego. Secretos muy interesantes que nunca desvelaré, jamás. Éramos muy felices todos. Una gente que vivía día con día sin un centavo, tal vez sin qué comer, pero muertos de la risa todo el tiempo. Me fui acostumbrando a ellos”, confesó al diario El País en el 2009.
Chavela años después en entrevistas, aseguró que Frida era “bellísima” y que nadie había logrado pintarla de verdad. Vargas se enamoró verdaderamente de la esencia de la artista y en numerosas ocasiones aseguró que lo mejor que le había pasado en la vida, fue conocerla.
La frase más icónica de la cantante sobre Kahlo, dice así: “Me enseñó muchas cosas y aprendí mucho. Sin presumir de nada, agarré el cielo con las manos, con cada palabra, cada mañana”, fue en 1954.
La muerte se la llevó y ‘La llorona’ cobró vida
Frida Kahlo murió el 13 de julio de 1954 por una embolia pulmonar. Ese día el mundo despidió a una de las más grandes artistas mexicanas y sus cuadros lloraron cada una de sus pinceladas. Chavela Vargas vivió la muerte de su amor muy de cerca. Confesó una vez cómo lo vivió al momento de su sepelio:
“No pude estar mucho tiempo, vi su féretro con la bandera del Partido Comunista Mexicano y me salí. Me sentí sola, muy sola. Me quedé en la calle llorando por ella, por mi Frida. Nada me consolaba, nadie. No había nadie que supiera realmente lo que yo sentía. La forma de mi dolor, el tamaño. Solo Frida debía sentirlo. Solo ella sabía el tamaño de mi amor por ella”, confesó Vargas a la autora María Corina, quien era su mejor amiga y además, biógrafa en el 2009.
Aquí tienes un video de Chavela hablando de Frida:
Con información de: IsMorbo/ RevistaCentral /
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