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Jerusalén: Las visitas imprescindibles de la Ciudad Santa

Jerusalén: Las visitas imprescindibles de la Ciudad Santa

En la Biblia hebrea, Israel es la Tierra Prometida; una región que ocupa una amplia franja desde la costa de Egipto hasta el Líbano. La antigua tierra de Canaán, es uno de esos países que merece la pena visitar al menos una vez en la vida; sin embargo, un lugar que no te puedes perder es su capital, Jerusalén: uno de los más grandes centros del turismo religioso que por unas u otras razones te sorprenderá… ¡Te contamos todo lo que debes saber para viajar a esta increíble ciudad!

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A pesar de que desde hace muchos años Israel ha sido muy controvertido por su disputa con los Territorios Palestinos, es -al mismo tiempo- un país bastante desconocido y un destino turístico poco transitado; sin embargo, la Tierra Santa da lugar a un viaje inspirador y fascinante.

Algunos arqueólogos, incluyendo a Kathleen Kenyon, creen que Jerusalén fue una ciudad fundada por un pueblo semítico occidental, con asentamientos organizados alrededor del año 3.000 a. C.-

Lo primero que te encontrarás será una sociedad compleja y diversa en donde conviven grupos muy distintos entre sí. Aunque​ la mayoría de las personas son judías ortodoxas, también encontrarás árabes musulmanes, cristianos, drusos y samaritanos, así como otros grupos minoritarios (aunque no necesariamente religiosos) como mujeres israelíes feministas que luchan contra la desigualdad en el Oriente Próximo.

Por esto, es importante recordar que debes ser muy respetuoso a la hora de visitar este país, respetando todas las tradiciones y honrando su cultura.

Al momento de viajar a Israel, el lugar más recomendado para iniciar es su capital Jerusalén, una zona de enorme significado para las religiones más importantes del mundo: el cristianismo, el judaísmo y el islam. Así pues, es una ciudad multicultural donde podrás ver la mezcla de religiones y tradiciones de forma más evidente.

Primera parada: El Monte de los Olivos

Desde la cima del Monte de los Olivos podemos hacernos una idea de la distribución de Jerusalén: la Ciudad Vieja amurallada, la zona nueva y el laberinto de tumbas que rodean la antigua fortaleza.-

Es recomendable empezar la visita de la capital con una primera parada en el Monte de los Olivos. Además de ser un lugar hermoso desde donde contemplar la mejor panorámica de la ciudad, será un punto que nos ayudará a orientarnos mejor.

Nuestra siguiente visita obligada es al jardín de Getsemaní, ubicado a los pies del Monte de los Olivos, donde Jesús hizo sus últimas oraciones antes de que fuera apresado y empezara su suplicio.

Aquí podrás visitar también la Basílica de Getsemaní o Iglesia de Todas las Naciones, situada al lado del huerto y donde se conserva la roca auténtica sobre la cual, aseguran, Jesús rezó horas antes de su arresto.

La piedra sagrada sobre la que rezó Jesús en Getsemaní se encuentra justo en frente del altar de la Iglesia de Todas las Naciones.-

Seguimos adelante y nuestra siguiente visita deberá ser a los rincones sagrados de las tres religiones monoteístas del país, ubicados todos en la Ciudad Vieja. Estos son la mezquita de Al-Aqsa, templo venerado por los practicantes del islam; el Muro de las Lamentaciones, lugar sagrado para los judíos; y por supuesto el Santo Sepulcro, donde resucitó Jesucristo, el lugar más importante para los cristianos.

La mezquita de Al-Aqsa

La mezquita de Al-Aqsa es parte del complejo religioso de la Explanada de las Mezquitas de la ciudad santa de Jerusalén. Su nombre se traduce del árabe al español como “la mezquita más lejana”, lo que hace referencia al capítulo del Corán llamado ‘El viaje nocturno’, en el que se dice que Mahoma viajó de La Meca a la “mezquita más lejana” desde esa ciudad, en el año 621 y desde allí ascendió a los Cielos a lomos de un caballo alado.

La mezquita fue construida en el lugar exacto donde se encuentra la roca del sacrificio de Isaac, sobre la que cuentan que Mahoma rezó con tal devoción que ascendió a los cielos y el arcángel Gabriel tuvo que sujetarle para devolverle a la tierra.-

Este lugar también es importante para otras religiones, pues se dice que fue también aquí donde el profeta Abraham quiso sacrificar, sin éxito, a su hijo Isaac siguiendo las órdenes de Yavé.

Además, se dice que fue también este el lugar donde estuvieron los templos de Herodes el Grande y el del rey Salomón; y que fue en la zona sur de la explanada donde Satanás intentó tentar a Jesucristo diciéndole que si de verdad era el hijo de Dios se tirase al vacío para que le recogieran los ángeles.

Las únicas personas que pueden entrar a la mezquita son los hombres musulmanes. Las mujeres y los turistas de otras religiones solo pueden apreciarla desde fuera. En el caso de los judíos, tienen prohibido –por ley- la entrada e incluso estar en la plaza.

El Muro de las Lamentaciones

El Muro de las Lamentaciones, o Muro de los Lamentos, es el lugar más sagrado del judaísmo, vestigio del Templo de Jerusalén. Data de finales del período del Segundo Templo y, hasta hace poco, se creía que fue construido cerca del 19 a. C. por Herodes el Grande; no obstante, según hallazgos en excavaciones recientes se cree que fue construido décadas más tarde por su bisnieto, Agripa II.

Para acercarte al muro hay que pasar varios controles de seguridad, algo habitual en todos los lugares turísticos de Israel (incluyendo algunos hoteles, centros comerciales y estaciones de autobús). Si eres hombre deberás cubrir tu cabeza con un kipá, ese pequeño sombrero circular que cubre solamente la coronilla, usado por los hombres judíos en ciertas ocasiones rituales o festivas. No te preocupes si no tienes un kipá, suele haber varios de papel para quienes no tengan en cestas para el uso de los visitantes.

Existe la tradición de llevar una plegaria escrita en un papel para introducirla en el muro, sin importar a cuál religión pertenezcas. Cada 2 años los limpiadores las remueven y son enterradas en el Monte de los Olivos.-

Una vez en el muro, te encontrarás con una imagen que nunca olvidarás: miles de personas rezando mirando al muro, leyendo libros y cantando salmos, mientras se balancean en un festín de energía y fe.

La iglesia del Santo Sepulcro

Situado en el monte Gólgota, en la Ciudad Vieja, se encuentra el Santo Sepulcro, el lugar más sagrado que existe para los cristianos y que posee rincones de culto para arropar a católicos, ortodoxos y armenios; de ahí el extraño aspecto del templo.

Se edificó alrededor del punto exacto donde —según los Evangelios— se produjo la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo.

En donde estaba clavada la cruz en la que murió Jesucristo, existe un agujero en el cual el visitante puede meter la mano para tocar el lugar.-

En el centro de la iglesia se encuentra el sepulcro donde fue sepultado el cuerpo ya sin vida de Jesús y donde cuentan las sagradas escrituras que resucitó al tercer día. Además, justo en la entrada, podrás poner las manos sobre la “piedra de la unción”, sobre la cual descansó el cuerpo del que según los cristianos fue el hijo de Dios.

Las llaves del Santo Sepulcro ¿en manos de un musulmán?

Una escapada al Mar Muerto

Una de las cosas que debes hacer si visitas Israel es ver el Mar Muerto, y desde Jerusalén parten varios tours y visitas guiadas que son bastante económicas y valen la pena.

El Mar Muerto es un lugar único en el mundo, es un lago hipersalino, ubicado entre Jordania e Israel, y es considerado el punto más bajo del planeta: situado a 423 metros bajo el nivel del mar.

Este lago tiene más de 70 kilómetros de largo y 18 de ancho que se extienden sobre el Valle Jordano, una depresión tectónica por donde fluye el río Jordán, el afluente que tributa a sus aguas.

Algunos tours al Mar Muerto incluyen visitas a la imponente fortaleza de Masada, una colina inexpugnable donde el rey Herodes decidió ubicar su palacio, donde hay un teleférico increíble y, desde la cima, podrás conocer la historia de la antigua población.-

Debido a la alta salinidad de sus aguas las especies marinas no pueden vivir en él, de ahí su nombre; sin embargo, existen algunos microorganismos, como hongos y bacterias, que sí se han adaptado a estas condiciones ambientales extremas.

Por otro lado, debido a esta alta salinidad, el Mar Muerto es el lugar ideal para flotar: cualquier cuerpo que allí pongamos flotará, lo quiera o no, como si de boyas naturales se tratara.

Además, se ha convertido en un sanatorio natural, donde se realizan investigaciones y se aplican tratamientos a personas enfermas, ya que el lugar posee características propicias para la salud. Entre ellas, los minerales del agua, la poca concentración de alérgenos en la atmósfera y la baja composición en rayos UV de la radiación solar.

¿Qué ropa debo llevar?

Aunque este punto dependerá totalmente de las actividades que tengas planeadas, en general se recomienda llevar ropa fresca junto con algunas prendas abrigadas para ir agregando capas a medida que cae la noche, ya que baja mucho la temperatura y suele haber bastante viento.

Algo que no debes pasar por alto es que, tanto hombres como mujeres, deben vestirse sin mostrar los hombros, ni las rodillas cuando vayan a lugares sagrados. En el caso específico de las mujeres, no se debe mostrar el escote; trata siempre llevar un chal o un abrigo ligero para cubrirte la cabeza si es necesario.

Un tip importante es que ahorrarás bastante dinero si utilizas el transporte público. Viajar en autobús en Jerusalén es cómodo, eficiente, fácil de usar y bastante más económico.-

Debemos tener presente en todo momento que Jerusalén es una ciudad extremadamente religiosa, habitadas por fieles que practican a rajatabla las normas impuestas por su dogma.

Por otro lado, se recomienda viajar ligero y evitar llevar muchos aparatos electrónicos. La seguridad para subir a un avión que viaja a Israel es muy estricta.

¿Cuál es la mejor época para viajar?

Las mejores épocas para viajar a Jerusalén o a otros lugares de Israel son el otoño -septiembre, octubre y noviembre- y la primavera -marzo, abril y mayo-; en esos meses las temperaturas son muy agradables.

Recuerda siempre chequear los horarios de los lugares antes de visitarlos porque no todos están abiertos al público durante todo el día. Algunos abren a los turistas solo en días específicos de la semana.-

El invierno israelí es frío, con solo seis horas y media diarias de luz en promedio, y puede haber nevadas en Jerusalén; por otro lado, el verano es extremadamente seco y sofocante.

También es muy importante tomar en cuenta que se recomienda evitar viajar en la época del ramadán, conocido internacionalmente por ser el mes en el que los musulmanes ayunan durante las horas de sol; las medidas de seguridad a la hora de entrar en el país son mucho más estrictas que el resto del año. Esto se debe a que ha habido muchos intentos de ataques al país durante esta época.

Con información de Mi Viaje / La Viajera Empedernida / Ms Viajes de Película / Crónico Viajero / Civitatis / Foto: Shutterstock

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