Abril 24, 2012

Investigadores argentinos descubren 300 fósiles prehistóricos en afueras de Buenos Aires

Investigadores argentinos descubren 300 fósiles prehistóricos en afueras de Buenos Aires

Un grupo de investigadores argentinos descubrió recientemente en dos canteras localizadas en las afueras de Buenos Aires unos 300 fósiles de gran variedad de especies prehistóricas de todos los tamaños bien conservados, informaron este miércoles fuentes oficiales

Estos restos fueron encontrados por investigadores y alumnos de la Universidad Nacional de La Plata en un terreno de mil metros cuadrados de la ciudad bonarense de Marcos Paz a unos 40 kilómetros de la capital.

»Desde un gliptodonte bebé (animal prehistórico primo lejano de la conocida «mulita») hasta una manada completa de enormes mastodontes, antiguos parientes americanos de los elefantes actuales, fueron hallados en dos canteras de Marcos Paz», informó a la prensa David Piazza, responsable de la División Paleontología de esa municipalidad del oeste bonaerense.

Las campañas palentológicas, hechas en dos canteras de la zona, fueron dirigidas por Leopoldo Soibelzon, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, que trabaja con vecinos aficionados y estudiantes desde 2010.

Los expertos también hallaron restos de caballos, guanacos, pecaríes y ciervos fósiles, además de tortugas, comadrejas, vizcachas y gran variedad de aves pequeñas, anfibios y peces.

El descubrimiento «llamó la atención por la abundancia de fósiles de animales en una reducida superficie y la calidad de conservación de los mismos», explicó Piazza.

Agregó además que uno de los hallazgos más importantes fue un cráneo y mandíbula completos de Macrauquenia, un mamífero gigante similar al camello.

Los investigadores explicaron que en el lugar donde se ubicaban los restos debió existir una depresión del relieve que provocó la acumulación de gran catidad de fósiles, como puede ser el recodo de un rio, que arrastró los restos hacia un mismo lugar.

«La acidez del terreno y posiblemente el fango del río en el que quedaron enterrados los huesos de los animales pudo influir en la calidad de la conservación de los restos fósiles», dijo Piazza.

@Culturizando
Fuente: Telesur

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