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¿Cómo disfrutar los placeres de la vida? El filósofo griego Epicuro lo explica todo

¿Cómo disfrutar los placeres de la vida? El filósofo griego Epicuro lo explica todo

Desde un hermoso cielo estrellado, hasta el sorbo más exquisito de vino. Epicuro, un filósofo griego, dedicó su pensamiento al análisis de la felicidad de los seres humanos. Su visión, parte del análisis de los placeres de la vida. ¿Cuál es su secreto? ¿Cómo podemos disfrutar más los placeres? Aquí te contamos todo.

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La belleza se encuentra en la simplicidad

Epicuro fue un filósofo griego conocido por dedicar su vida a estudiar la felicidad humana. Su visión transformó el mundo y así se convirtió en un ícono en su época. Fundó una escuela llamada El Jardín, en el que sus alumnos se dedicaban a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Para entenderlo mejor, hagamos un ejercicio de imaginación.

Un ejercicio de imaginación para entender a Epicuro

Su filosofía caló tanto en la mentalidad de los griegos, que cientos de grupos se unieron con el propósito de vivir bajo sus enseñanzas. Se agrupaban en una especie de monasterio.-

Imagina que estás en un jardín lleno de flores brillantes y de colores. Tiene fuentes de agua fresca, árboles frutales y pequeños pajaritos revoloteando. Te acompañan tus amigos más cercanos, pero todos están separados por grupos. Algunos hablan de arte, otros de filosofía. Los más valientes de amor y otros de política. Te detienes en el medio y te das cuenta de que puedes hablar con todos ellos, aprender con ellos, vivir eternamente en ese paraíso lleno de tranquilidad y buenas conversaciones. Así, es el mundo de Epicuro.

¿Qué es este mágico lugar? El jardín del deseo de Epicuro, el hogar de todos sus estudiantes.

¿Cuál es el secreto de la felicidad según Epicuro?

Lo más importante para él, era tener una mente calmada y tranquila. Dejar a un lado las preocupaciones, concentrándose en el hoy e ignorando las posibilidades futuras, era la clave para mantenerse en estado de ataraxia: tranquilidad mental.-

Para el filósofo, una vida feliz y placentera, es aquella en la que nos abstenemos de deseos innecesarios y perseguimos la tranquilidad interior, buscando siempre la felicidad en los detalles más simples. Como una hermosa flor, una buena carcajada, un libro muy bueno, una conversación placentera.

¿Cómo lo logramos? Disfrutando de la simplicidad, por ejemplo: una buena conversación sobre filosofía con un amigo muy querido, enaltece el alma y el espíritu. Es un placer espiritual. No necesitas dinero, ni alcohol, ni un lugar lujoso. Solo dos personas enfocadas en disfrutarse.

Para poder explicar mejor su visión, Epicuro separó los placeres en diferentes tipos. Quería garantizar la máxima comprensión por parte de sus estudiantes y explicarles que la felicidad se encuentra en las cosas más simples, parecía una tarea compleja. Por eso los dividió así:

Placeres naturales necesarios: son los que necesitamos satisfacer para existir y garantizarnos una vida completa. Ejemplo: comer, dormir, respirar, un refugio.

Placeres naturales innecesarios: son los que no necesitamos para existir, pero contribuyen a la satisfacción. Ejemplo: comidas lujosas, alcohol, una casa bonita, relaciones íntimas, etc.

Placeres NO naturales e innecesarios: son súper difíciles de obtener y causan más frustración que alegrías. Ejemplo: querer ser millonario, ser dueño de un castillo, ser presidente, etc.

¿Cómo podemos vivir de nuestros placeres?

La filosofía de Epicuro tiene como base la búsqueda perenne del placer, la felicidad y la satisfacción. “El placer es nuestro objetivo principal. Es el punto de partida de todas nuestras decisiones y de todas nuestras aversiones”, explica el filósofo.

El taoísmo, la filosofía de ‘dejar que todo fluya’

¿Cómo podemos lograr la máxima felicidad?

Persiguiendo la satisfacción de nuestros placeres naturales necesarios, aderezándolos un poco con los placeres naturales innecesarios y desechando completamente los placeres no naturales e innecesarios.

Por ejemplo, Epicuro vivía de pan, agua y aceitunas (u olivas). Eso era suficiente para satisfacer sus placeres necesarios. Le bastaba para sobrevivir y ser feliz, pero ocasionalmente, disfrutaba de pequeños trozos de queso y tragos de vino. La mezcla de sus placeres necesarios e innecesarios, lo mantenía en equilibro. Entendía que sus necesidades estaban cubiertas, que era más que suficiente, pero recibir una dosis extra de felicidad, venía muy bien.

Si los placeres naturales innecesarios nos hacen felices, ¿por qué no utilizarlos siempre?

Epicuro insistía que la clave de todo era adoptar una vida simple y sencilla. Al vivir sin lujos, disfrutar de momentos lujosos se convertía en toda una experiencia extraordinaria. Explicaba que vivir de la simplicidad, te hace valorar lo que tienes cuando lo tienes y una vez que aprendes a ser feliz con eso, no habrá espacio para la carencia en tu vida.

La más importante aclaratoria: placer NO es sinónimo de sexualidad

Si bien la vida en pareja y la sexualidad contribuye a la felicidad de una persona, Epicuro prefería la amistad por encima de las relaciones amorosas. Solía decir que estaba casado con la filosofía.-

La palabra placer, puede estar directamente asociada con la sexualidad, pero Epicuro la veía como un complemento, más no una necesidad. En uno de sus libros aclaró perfectamente al tipo de placer que se refiere en su filosofía:

«Cuando decimos que el placer es el fin y el objetivo, no nos referimos a los placeres del pródigo o los placeres de la sensualidad, como se entiende por ignorancia, prejuicio o tergiversación deliberada. Por placer queremos decir la ausencia de dolor en el cuerpo y problemas en el alma. No es una sucesión ininterrumpida de bebidas y juergas, ni lujuria sexual, ni el disfrute del pescado y otras delicias de una mesa lujosa, lo que produce una vida agradable. Es un razonamiento bastante sobrio, buscar los motivos de elección y evitación, y desterrar esas creencias que conducen al tumulto del alma”.

La clave de la felicidad decía Epicuro, es aprender a disfrutar y valorar, los pequeños placeres de la vida, pues en ellos radica la magia de existir.

Con información de: PursuitOfHappiness|Plato.Standford |The Mantle | Foto: Shutterstock

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