En un pequeño condado de Virginia Occidental, en 1897, una tragedia familiar se transformó en uno de los casos más insólitos de la historia judicial. Una joven mujer, Elva Zona Heaster Shue, murió en circunstancias misteriosas. Lo que parecía ser una muerte natural pronto revelaría un oscuro secreto, gracias a un testimonio inesperado: el de la propia víctima desde el más allá.
Un matrimonio apresurado y un final trágico
Elva Zona Heaster, conocida simplemente como Zona, era una joven de 21 años cuando conoció a Erasmus Trout Shue, un herrero carismático pero enigmático que había llegado recientemente al condado de Greenbrier. La pareja se casó rápidamente en octubre de 1896, a pesar de las reservas de Mary Jane Heaster, la madre de Zona. Mary Jane nunca confió en Trout; algo en él le parecía inquietante.
Lo que Mary Jane no sabía era que Trout tenía un pasado oscuro. Había estado casado dos veces antes: su primera esposa lo acusó de abuso físico y la segunda murió en circunstancias sospechosas. Apenas tres meses después de su boda con Zona, la tragedia golpeó nuevamente.
El 23 de enero de 1897, Trout envió a un vecino joven, Anderson Jones, a su casa con el pretexto de verificar si su esposa necesitaba algo. Cuando el niño llegó, encontró a Zona tendida en el suelo, inmóvil. Aterrorizado, corrió a informar a Trout, quien rápidamente regresó a casa y trasladó el cuerpo de su esposa al dormitorio.
Un diagnóstico superficial y sospechoso
Cuando el médico local, George Knapp, llegó para examinar el cuerpo, encontró que Trout ya había vestido a Zona con un vestido de cuello alto y una bufanda ajustada alrededor del cuello. Durante todo el examen, Trout se mantuvo cerca del cadáver, sosteniendo la cabeza de su esposa y mostrando una actitud inusualmente protectora.
El doctor Knapp realizó solo una inspección superficial y dictaminó que la causa de muerte fue un «desmayo eterno», posiblemente relacionado con complicaciones del embarazo. Sin embargo, no retiró la bufanda ni examinó a fondo el cuello. A pesar de las circunstancias sospechosas, el caso fue cerrado rápidamente y Zona fue enterrada al día siguiente.
Las sospechas de Mary Jane
Mary Jane Heaster estaba devastada por la repentina muerte de su hija, pero también profundamente desconfiada. Desde el principio sintió que algo no cuadraba. La actitud errática y controladora de Trout durante el funeral solo reforzó sus sospechas. Durante semanas después del entierro, Mary Jane rezó fervientemente para que su hija le revelara la verdad.
Sus oraciones parecieron ser respondidas cuando afirmó haber recibido visitas nocturnas del espíritu de Zona durante cuatro noches consecutivas. Según Mary Jane, el fantasma le contó cómo Trout la había estrangulado en un ataque de ira porque no le había servido carne para la cena. Incluso giró su cabeza completamente para mostrarle cómo había sido rota entre las primeras vértebras cervicales.
La exhumación: pruebas irrefutables
Armada con esta información sobrenatural, Mary Jane acudió al fiscal local John Alfred Preston y le rogó que reabriera el caso. Aunque Preston era escéptico sobre las afirmaciones del fantasma, las inconsistencias en las circunstancias del fallecimiento llevaron a ordenar la exhumación del cuerpo.
El 22 de febrero de 1897 se realizó una autopsia completa en una escuela local convertida temporalmente en sala forense. Los resultados fueron impactantes: el cuello de Zona estaba roto entre las primeras vértebras cervicales; su tráquea estaba aplastada y había marcas claras de estrangulamiento alrededor del cuello. Estas pruebas físicas confirmaron lo que Mary Jane había relatado.
Trout Shue fue arrestado inmediatamente bajo cargos de asesinato.
El juicio: cuando lo sobrenatural entra en la corte
El juicio comenzó el 22 de junio de 1897 y atrajo una atención nacional sin precedentes debido al testimonio sobrenatural presentado por Mary Jane Heaster. Aunque el fiscal evitó mencionar explícitamente las visitas fantasmales para mantener la credibilidad del caso, fue la defensa quien introdujo este tema con la intención de desacreditarla.
Durante el contrainterrogatorio, los abogados defensores intentaron pintar a Mary Jane como delirante o supersticiosa. Sin embargo, ella se mantuvo firme en su relato y no mostró señales de vacilación. Su testimonio fue tan convincente que incluso aquellos escépticos comenzaron a dudar de la inocencia de Trout.
Además del testimonio fantasmal, los antecedentes oscuros del acusado jugaron un papel crucial. Se reveló que sus dos matrimonios anteriores habían terminado trágicamente: uno con abuso documentado y otro con una muerte sospechosa.
Después de deliberar durante poco más de una hora, el jurado declaró culpable a Erasmus Trout Shue por asesinato en primer grado. Fue condenado a cadena perpetua y enviado a la Penitenciaría Estatal Occidental en Moundsville, donde murió tres años después debido a una enfermedad desconocida.
El legado del Fantasma de Greenbrier
Más allá del veredicto judicial, este caso dejó una marca indeleble en la historia y cultura popular estadounidense. Es ampliamente reconocido como el único caso documentado donde un «testimonio» fantasmal desempeñó un papel crucial en la condena de un asesino.
Hoy en día, una placa histórica cerca del cementerio Soule Chapel Methodist honra esta historia extraordinaria: «El único caso conocido en el cual un testimonio fantasmal ayudó a condenar a un asesino». La tumba de Zona sigue siendo un lugar visitado por curiosos e investigadores paranormales.
¿Fue este caso realmente resuelto gracias al espíritu vengador o simplemente al instinto maternal combinado con pruebas contundentes? Sea cual sea tu opinión, esta historia nos recuerda que incluso los secretos más oscuros pueden salir a la luz… aunque sea desde el más allá.
Con información de: WIKIPEDIA / LANACION / LAREPUBLICA / GREENBIERHISTORICAL / ATLASOBSCURA / PlayBuzz / Foto: Shutterstock
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