Entre las fiestas y celebraciones tradicionales de China, ninguna tiene más importancia que el Año Nuevo Lunar (農曆新年). También conocido como Festival de Primavera (春節), o simplemente Año Nuevo Chino, marca el comienzo del año según el calendario lunar tradicional.
El Año Nuevo Lunar suele comenzar en algún momento entre finales de enero y mediados de febrero. En China continental, las celebraciones oficiales duran siete días festivos. Este Año Nuevo Lunar, que cae el 10 de febrero, es el Año del Dragón.
Soy un estudioso de la historia y la cultura religiosa china que nació en el Año del Dragón. Lo que más me fascina es cómo las celebraciones recuerdan la longevidad y vitalidad de la cultura tradicional china.
Comida, regalos y celebraciones
En esencia, el Año Nuevo Lunar es una celebración que reúne a la familia. Los preparativos comienzan con una semana de antelación e incluyen la limpieza y decoración del hogar, así como las compras, especialmente de regalos y provisiones, y la preparación de la comida.
Un acontecimiento central es la cena familiar de la víspera de Año Nuevo. La elección de platos varía, reflejando las costumbres familiares y las tradiciones culinarias locales. A menudo incluye dumplings, rollitos de primavera, pasteles y platos de pescado y cerdo. También se bebe bastante, sobre todo vinos o licores tradicionales. Muchos de los platos tienen significados simbólicos. Por ejemplo, a los dumplings se les da forma de lingotes de oro para invocar la buena fortuna.
Otras costumbres asociadas a las celebraciones del Año Nuevo Lunar son la entrega de sobres rojos con dinero, normalmente por parte de los mayores a los miembros más jóvenes de la familia. El color rojo, que también ocupa un lugar destacado en la decoración del Año Nuevo Lunar, simboliza la prosperidad y la buena fortuna.
Tradicionalmente, las familias y las comunidades locales queman petardos para celebrar el año nuevo y ahuyentar a los monstruos. Según la leyenda, el origen de esta práctica se remonta a una historia sobre un monstruo llamado Nian, que se cree que ha estado causando grandes daños a algunas aldeas. Se dice que los aldeanos respondieron con explosiones para ahuyentar al monstruo, y la práctica se extendió.
Sin embargo, en los últimos tiempos el gobierno chino ha tomado medidas enérgicas contra esta práctica tradicional por considerarla peligrosa y contaminante.
Año del Dragón
Tradicionalmente, el dragón es un símbolo que auspicia fuerza y poder. También se asocia con la buena fortuna, la sabiduría, el éxito, la protección y la masculinidad. En la China premoderna, se asociaba al gobierno imperial y ocupaba un lugar destacado en la primera bandera china, instituida inicialmente por la dinastía Qing en 1862. Hasta hoy, la imagen del dragón se utiliza a menudo para simbolizar a la propia China.
Debido al simbolismo del dragón, los años de dragón suelen traer consigo repuntes en las tasas de fertilidad. Teniendo en cuenta la actual disminución de la población china y la creciente crisis de fertilidad, hay quien espera un baby boom durante el próximo año, ya que algunos padres podrían sentirse motivados para traer al mundo niños dragón.
Según los signos del zodiaco chino, cada año del ciclo lunar está asociado a un animal concreto. Se trata de un ciclo de 12 años que se repite. Así, hay 12 animales, cada uno asociado a un año del ciclo: rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo.
Entre los mitos populares sobre los orígenes del zodiaco chino hay uno sobre una gran carrera iniciada por el Emperador de Jade, el gobernante del cielo, para medir el tiempo. Como la rata ganó la carrera, pasó a figurar en primer lugar entre los 12 animales del zodiaco. El orden de los otros 11 animales reflejaba su posición final en la carrera. Cada uno de los 12 animales del zodiaco pasó a representar ciertas características que se creía que moldeaban la personalidad de los individuos nacidos en esos años, siendo el dragón a menudo considerado el más auspicioso de todos.
Orígenes del calendario lunar
Tradicionalmente, los chinos han seguido su calendario lunar autóctono, basado en observaciones y mediciones de fenómenos astronómicos. Aunque la China moderna adoptó el calendario gregoriano en 1912, festivales tradicionales como el Año Nuevo Lunar siguen rigiéndose por el antiguo calendario lunar.
Los orígenes del calendario lunar pueden remontarse a los albores de la civilización china, tradicionalmente asociados a la legendaria dinastía Xia, que se dice que gobernó entre 2070 y 1600 a.e.c. Los orígenes de las celebraciones del Año Nuevo Lunar tampoco están del todo claros; algunos estudiosos creen que probablemente se remontan al gobierno de la dinastía Shang, que duró entre 1600 y 1050 a.e.c.
Religiosidad y galas del Año Nuevo Lunar
Aunque el Año Nuevo Lunar se centra generalmente en el tema de la unión familiar, las observancias religiosas son también parte integrante de las festividades. Entre ellas se incluyen los rituales domésticos asociados a deidades chinas populares, como el Dios de la Cocina y el Dios de la Riqueza. Los miembros de la familia también hacen ofrendas y participan en otros rituales relacionados con el culto a los antepasados. Suelen incluir ofrendas de comida y la quema de incienso en altares caseros.
Durante este periodo, muchas personas acuden a templos budistas o taoístas, así como a otros lugares de culto. Practican formas tradicionales de piedad, como ofrecer incienso y rezar por la buena suerte y la fortuna.
Un elemento moderno para recibir el Año Nuevo Lunar es ver la Gala de Año Nuevo, un popular programa de variedades con canciones, bailes, comedia y teatro. Se emitió por primera vez en 1983, y desde entonces se emite en todo el país por la CCTV, la cadena nacional de televisión. Es el programa de televisión más visto del mundo, con una audiencia que puede alcanzar los 700 millones de espectadores.
La mayor migración humana
En las últimas décadas, China ha experimentado drásticos cambios demográficos, especialmente la migración de grandes poblaciones rurales hacia grandes centros urbanos.
Además, la política del hijo único ha tenido efectos de gran alcance en las estructuras familiares y, en consecuencia, en las costumbres tradicionales.
Millones de niños de zonas rurales viven con sus abuelos o parientes mientras sus padres trabajan en ciudades lejanas. Como resultado, el Año Nuevo Lunar provoca la mayor migración humana del mundo, ya que estudiantes y trabajadores emigrantes hacen todo lo posible por volver con sus familias.
Durante este periodo, los trenes, autobuses y aviones se llenan de viajeros, y los billetes deben reservarse con mucha antelación. Esto sigue siendo así este año, a pesar de las sombrías perspectivas económicas de China.
Celebraciones fuera de China
El Año Nuevo Lunar también se celebra en otras partes de Asia, como Vietnam y Singapur, así como en comunidades de Asia Oriental de todo el mundo. Normalmente, estas celebraciones tienen algunas características únicas o asumen un carácter local. Por ejemplo, en Vietnam, donde la fiesta se conoce como Tết, se preparan diversos platos locales, además de desfiles y actuaciones públicas.
A lo largo de los siglos, la reunión para celebrar el Año Nuevo Lunar ha seguido siendo una parte importante del patrimonio cultural de las familias chinas, conectando el pasado con el presente, estén donde estén.
Mario Poceski, Professor of Buddhist Studies and Chinese Religions, University of Florida
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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