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¿Eran los prostitutos del saber? La filosofía de los sofistas

¿Eran los prostitutos del saber? La filosofía de los sofistas

Odiados por los filósofos tradicionales, los sofistas calaron en la sociedad ateniense con una promesa única: cualquiera puede ser sabio. Si bien su método no era el más ético –a vistas de los grandes educadores-, se convirtieron en los primeros profesionales del saber. ¿Qué hacían los sofistas? ¿Por qué los odiaban los filósofos? ¿Cómo es su pensamiento? Aquí te contamos todo.

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Saber hablar bien es la clave del éxito

Para poder entender a los sofistas, nos remontamos a mitad del siglo V, a. C. Atenas había recién ganado la guerra médica contra los persas por lo que el nacionalismo formaba parte de su ADN. Estaban bajo el mando de Pericles, quien consideraba que las artes eran la clave del éxito. Era un hombre brillante, muy estudiado y amante de la literatura.

Como la literatura era su pasión, tenía un léxico extraordinario. Era un maestro de la retórica y sus discursos eran tan elocuentes que resultaba un placer escucharlo hablar. Para la época, Atenas se gobernaba con una democracia asamblearia, por lo que saberse expresar era imperativo.

¿Qué es una democracia asamblearia? Es una reunión de la comunidad de un pueblo –generalmente pequeño-, con el propósito de tomar decisiones importantes.

 Imagina un río de gente en una plaza inmensa. Todos queriendo hablar al mismo tiempo. ¿Quién será escuchado? El que sepa expresarse mejor. Los sofistas entendían esto y comenzaron un negocio.-

Cualquiera puede ser genio

Los sofistas entendían que el pueblo necesitaba comunicar sus ideas, pero hablar bien es un don de algunos pocos. Para hacer posible que cualquiera pudiera ser genio, comenzaron a impartir clases a todos aquellos capaces de pagarlas.

Sus lecciones consistían en enseñar a comunicar las ideas de forma clara y convincente, aplicando a la perfección el arte de la retórica.

¿Qué es la retórica? Un mecanismo de comunicación que consiste en sistematizar el lenguaje con el propósito de persuadir al escucha, utilizando hermosas palabras, mediante una capacidad de expresión envidiable.

El primero en explicar el arte de la retórica fue Aristóteles, quien escribió un libro titulado ‘La retórica’, en el que expone su pensamiento sobre cómo usar el arte de persuadir mediante la lengua.-

Así vivían los sofistas, enseñando el arte de comunicar. Grandes filósofos como Sócrates y Platón, los criticaban constantemente asegurando que vender sabiduría era una deshonra.

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Sócrates en una ocasión lo comparó con la prostitución, insistía en que él podía hablar y enseñar a cualquiera, mientras que los sofistas debían hacerlo con aquellos que pagaran las clases.

¿Eran malos los sofistas?

Sus mecanismos eran diferentes a los que dominaban filósofos y educadores de la época, pero eso no los hace malos. De hecho, eran los únicos que creían que cualquiera podía ser sabio si tenía la educación necesaria. Esta idea hacía mucho ruido en la población que creía que solo aquellos nacidos de familias bien posicionadas económicamente, podían aventurarse en las aguas de la mente.

 Protágoras es conocido por su paradoja. Cuenta la leyenda que un discípulo le dijo que solo le pagaría las clases si ganaba un juicio. Protágoras lo llevó a juicio diciendo: “Si yo gano, es preciso que por haber ganado me entregues los honorarios. Si tú ganas, por haber cumplido la meta, también deberás pagarme los honorarios”. Los sofistas eran unos maestros con las palabras.-

Uno de los sofistas más destacados, fue Protágoras, conocido por ser asesor de Pericles. Él, se encargó de diseñar la primera constitución del pueblo de Turios, en el año 443 a. C. en la cual, se publica por primera vez la educación libre como un derecho de los ciudadanos.

Una corriente de pensamiento única y revolucionaria

Los sofistas eran odiados por cobrar por sus clases y por su forma de pensamiento. Eran frontales con sus ideales y no temían contradecir a las masas. Una de las frases que engloba su pensamiento, es: “El hombre es la medida de todas las cosas”.

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¿Qué significa la frase? Lo que más caracterizaba a los sofistas, era su relativismo ético y político. Aseguraban que las leyes no eran más que convenciones sociales elegidas por las personas de poder. ¿Cómo lo explicaban? Decían que las normas estaban diseñadas según el área geográfica y la cultura de cada pueblo, por lo que no eran normas universales y naturales, sino convenciones humanas diseñadas por hombres, por eso: “El hombre es la medida de todas las cosas”.

Hoy los sofistas son recordados como los primeros filósofos que transformaron su pensamiento en una profesión. Siguen siendo odiados por algunos de los pensadores más clásicos y alabados por otros que entienden el mecanismo detrás de su negocio.

Con información de: Filosofía Perseus | Foto: Shutterstock

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