Por Daniel Colombo | Si de algo nos sirve revisionar la historia, es para detenernos en aquellas vidas que se han transformado en faros para la humanidad. Uno de esos casos es a vida de Viktor Frankl, marcada por la adversidad, los horrores de los campos de concentración, y, finalmente, la transformación.
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Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austríaco, fundador de la corriente llamada logoterapia, una forma de terapia centrada en la búsqueda de sentido en la vida. Nació el 26 de marzo de 1905 en Viena, Austria-Hungría (actualmente Austria) y falleció el 2 de septiembre de 1997 en Viena. Dejó una obra profunda, sentida y que es punto de referencia no sólo para los especialistas en salud mental, sino para cualquier ser humano buscando el sentido de la vida.
Discípulo de Alfred Adler, un destacado psiquiatra y contemporáneo de Freud conocido por desarrollar la teoría de la psicología individual, Frankl se distanció gradualmente de estas enseñanzas para forjar su propio camino. Había empezado su formación con jóvenes 19 años, y su aspiración de estudios quedó trunca por la Segunda Guerra Mundial, con el Holocausto como uno de sus componentes principales, desarrollándose especialmente entre 1941 y 1945.
En las torturas inimaginables de los campos de concentración nazis, específicamente en Auschwitz, en 1942 Frankl perdió a su esposa, padre, madre y hermano.
Cada día, veía cómo llamaban a algunos prisioneros, y sabía que no había vuelta atrás: no volvería a verlos. Iban directo a la cámara de gas del lugar, que fue el mayor de los campos de concentración y exterminio construidos por los nazis. Allí murieron millones de personas.
Sus papelitos: una forma de encontrar el para qué en medio del horror paralizante
Durante su cautiverio, Viktor Frankl comenzó a anotar en pequeños papeles los fundamentos de lo que más tarde se convertiría en la logoterapia, una forma de psicoterapia centrada en la búsqueda del sentido de la vida.
Este enfoque, gestado en las profundidades del sufrimiento humano -y no en el confort de un sillón de la sala de un psicólogo-, nos brinda valiosas lecciones sobre cómo enfrentar las dificultades y encontrar propósito incluso en los momentos más oscuros.
Como fruto de aquel horror, el libro “El hombre en busca de sentido”, su obra más célebre, se transformó en un faro y guía en la más oscura de las tinieblas para millones de personas.
Aquí van cuatro pilares para apoyarnos en momentos de crisis vitales graves:
La actitud ante lo ineludible
Uno de los descubrimientos clave durante su tiempo en el campo de concentración fue la importancia de la actitud personal ante las circunstancias ineludibles. Se dio cuenta de que, aunque los prisioneros no podían controlar lo que les sucedía, sí tenían la última libertad humana: la de elegir su actitud frente a esas circunstancias. Esta observación se convirtió en uno de los fundamentos de su teoría de la logoterapia.
Tener un propósito te hace más fuerte mental y físicamente
Frankl también observó que aquellos prisioneros que lograban encontrar un sentido o propósito en su sufrimiento, incluso en las condiciones más inhumanas y desesperadas, mostraban una mayor resistencia mental y física, y eran más capaces de sobrellevar las adversidades. Este sentido podía provenir de diferentes fuentes, como el amor hacia un ser querido, la fe en un futuro mejor, o la voluntad de dar testimonio de los horrores vividos para evitar que se repitieran.
Encontrar belleza en lo ínfimo
En su libro, Frankl narra cómo, en medio del sufrimiento inimaginable, algunos prisioneros eran capaces de ofrecer consuelo a otros, encontrar belleza en pequeños detalles de la vida cotidiana o mantener la dignidad en situaciones de extrema humillación.
Elegir internamente
Estos actos, argumentaba Frankl, demostraban que incluso en las circunstancias más difíciles, las personas tienen la capacidad de elegir cómo responder, y que esta elección puede proporcionar un sentido profundo y personal que trasciende el sufrimiento externo.
7 lecciones de “El hombre en busca de sentido”
Este es un libro que despierta las ganas de vivir. Más allá de la cruel historia real, explica, de forma muy sensible y profunda, el verdadero sentido ante el dolor extremo, el desahucio y la condena a lo aparentemente inevitable.
Si estás en un momento de desasosiego donde no ves ninguna salida y el dolor te destroza por dentro, estas lecciones pueden inspirarte para seguir adelante:
1 – Encuentra significado en el sufrimiento
Viktor Frankl nos enseña que en el núcleo del sufrimiento humano, existe la posibilidad de descubrir un propósito profundo y personal. Esta perspectiva nos permite transformar nuestra relación con el dolor y encontrar razones para continuar.
2 – La libertad de elegir tu actitud
A pesar de las circunstancias, siempre tenemos la libertad de elegir nuestra respuesta. Esta capacidad de elegir nuestra actitud ante las adversidades es fundamental para la resiliencia, la superación de los enormes desafíos, y alcanzar un mayor bienestar emocional.
3 – La búsqueda del propósito y significado
La logoterapia de Frankl nos anima a buscar un significado que trascienda nuestra propia existencia, ya sea en el amor, la labor o la superación de las adversidades, y en esta búsqueda, encontrar la razón de nuestra vida.
4 – El valor de la experiencia y la auto-reflexión
El psiquiatra enfatiza la importancia del aprendizaje y crecimiento personal a través de nuestras experiencias, promoviendo la introspección como una herramienta clave para el desarrollo interior.
5 – El futuro como fuente de esperanza:
Visualizar un futuro positivo nos proporciona la fortaleza para enfrentar los desafíos del presente. Esta visión del futuro actúa como un faro de fe, esperanza y dirección.
6 – Vivir como si fuésemos a vivir de nuevo:
Inspirado en la idea del filósofo alemán Friedrich Nietzsche del «eterno retorno», Frankl sugiere vivir nuestras vidas como si tuviéramos que revivirlas exactamente igual. Este pensamiento nos impulsa a tomar decisiones conscientes y a vivir de manera auténtica y significativa.
7 – El poder del desapego
El autor también aboga por una actitud de desapego hacia los sucesos inevitables, reconociendo que hay aspectos de la vida que no podemos controlar. Aceptar esto nos permite enfocarnos en lo que sí podemos cambiar y encontrar serenidad ante la incertidumbre.
Hay una pregunta contundente que hacemos los profesionales del coaching y es: “¿Qué puedes hacer con esta situación, que dependa de ti?”. Es una pregunta de poder porque devuelve la responsabilidad exclusivamente a la persona, disolviendo las expectativas de lo externo -por ejemplo, alguien me va a salvar-, y encontrar una vía propia, íntima e interior, para sobrellevar ese instante.
Las enseñanzas de Viktor Frankl, forjadas en las circunstancias más extremas de la existencia humana, nos ofrecen una guía para encontrar sentido y propósito en nuestras vidas.
Aquellos pequeños papelitos escritos a escondidas en el campo de concentración no son solo teorías; son herramientas prácticas y poderosas para enfrentar la adversidad, buscar el significado, y vivir, aún en medio de lo inevitable, con fe inquebrantable y una autenticidad profunda.
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Autor:
Daniel Colombo
