Según la mitología griega, luego de que Zeus derrotó a Cronos, los titanes fueron enviados al inframundo. Hubo algunas excepciones para aquellos que se pusieron a la disposición del dios del rayo; pero, está la historia del titán que no fue condenado al inframundo ni se unió a Zeus: al gran Atlas se le impuso la labor de cargar al mundo en sus espaldas por la eternidad.
La vida de Atlas
Son varios los aspectos que se conocen de la vida de Atlas en sus primeros años. Hijo de la ninfa Clímene y el titán Jápeto; hermano de Epimeteo, Menecio y Prometeo.
Durante la primera parte de su vida, Atlas fue el gobernante de la parte noroeste de África, en Arcadia. Su principal trabajo era el de proteger el Árbol Divino, cuyas hojas y frutas eran doradas. Allí se casó con Hesperis y tuvo a las conocidas Hespérides, quienes se encargaron de proteger el jardín en donde se encuentra el árbol.
Antes de la existencia del hombre, los titanes tuvieron un guerra contra los olímpicos, la cual duró alrededor de 11 años y concluyó con la victoria de Zeus y sus hermanos. La mayoría de los titanes fueron enviados al inframundo, otros se unieron a los olímpicos, pero a Atlas se le condenó con la labor de sostener los cielos sobre su espalda por el resto de la eternidad.
Los mitos de Heracles y Perseo
En la cultura griega existen dos mitos relacionados a Atlas que sobresalen ante los demás: ambos tienen que ver con semidioses hijos de Zeus, y en los dos resulta desfavorecido el titán. No se sabe con certeza cuál tuvo lugar primero, pero es conocido que hubo encuentros entre Heracles, Perseo y Atlas.
La leyenda con Heracles, -también conocido como Hércules en la mitología romana-, proviene de uno de los 12 trabajos que tuvo que realizar el semidiós. El hijo de Zeus debía recoger unas manzanas del jardín que protegen las hijas de Atlas, y en su camino se cruzó con el titán.
Para llegar al árbol divino, Heracles debía enfrentarse al dragón Ladón; Atlas le ofreció un trato al semidiós en donde, él mismo (Atlas), iría a buscar las manzanas, mientras que Heracles se quedaba sosteniendo el mundo. Luego de hacer el trabajo, el titán le comentó al hijo de Zeus que no intercambiaría lugar y que ahora era su labor cargar con el mundo. Heracles fingió acceder, pero le pidió a Atlas que sostuviera al mundo mientras él buscaba algo para aligerar el peso; en cuanto la Tierra se posó sobre la espalda del titán, el semidiós huyó.
En lo que respecta a la leyenda con Perseo, el semidiós se encontraba en su travesía luego de matar a Medusa, y al llegar al jardín de Atlas, le pidió poder descansar en dicho lugar. El titán se negó a hacerlo porque recordó una profecía que rezaba que un hijo de Zeus iba a robar sus riquezas. Ante el rechazo de Atlas, Perseo le mostró la cabeza decapitada de Medusa y lo convirtió en una masa gigantesca de piedra, la cual es conocida hoy día como la Cordillera de Atlas en Marruecos.
Con información de Red Historia / Mitos y Leyendas / Sobre Grecia / Foto: Shutterstock
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