Por Álvaro Vito / Esta frase se ha oído en bastantes ocasiones por abuelas u otros familiares: “Abrígate, porque el frío te va a enfermar”. De esta manera, las bajas temperaturas son entendidas como un sinónimo de resfriado. ¿Pero esto realmente es cierto? ¿Qué dice la ciencia al respecto? Quédate y descubre si esa creencia es una verdad o un mito.
¿Cómo ocurre un resfriado?
El resfriado común se da, en la mayoría de los casos, por los rinovirus, los cuales afectan las vías respiratorias altas (cavidad nasal, faringe y laringe) y contagian cuando una persona entra en contacto, por ejemplo, con partículas de saliva producto del estornudo de otra persona con la infección.
Su diferencia principal con la gripe es que esta es provocada por un virus de la influenza, resulta más grave y afecta ya sea nariz, tráquea, bronquios o pulmones.
Calefacción y entornos cerrados
Ahora bien, ya que se conoce que un resfriado común resulta por un virus, ¿cuál es esa relación con los climas de baja temperatura? Diversos análisis se han realizado durante los últimos años y todo parece indicar que el frío juega un papel indirecto en el contagio. Es decir, no es en sí el frío el que enferma a la gente, pero sí facilita para que los gérmenes actúen.
En tiempos de invierno, sucede que las personas se refugian en lugares cerrados para calentarse, por lo que las partículas de la infección son más probables de atacar.
Investigaciones adicionales concuerdan en que la calefacción también puede tener algo que ver, ya que los entornos que la tengan quitan humedad al ambiente y también resecan las mucosas, así que un agente infeccioso tiene más oportunidad de traspasar esa barrera natural de defensa del cuerpo humano.
Un ambiente húmedo favorece en que, posterior a un estornudo, el virus cae debido a su adhesión con moléculas de agua, mientras que con un ambiente seco se mantiene flotando hasta poder conseguir un nuevo huésped.
Más investigaciones al respecto
Un estudio de 2005 agrupó a un grupo de personas a meter sus pies en agua fría a una temperatura de 10 °C por 20 minutos. Al principio no se vio nada extraño, pero 4 o 5 días después los sujetos empezaron a presentar los síntomas de un resfriado.
El estudio apuntó que este resultado pudo haberse dado por una vasoconstricción, es decir, un estrechamiento de los vasos sanguíneos en las vías respiratorias, por lo que el sistema inmunológico no podía proceder de forma óptima para combatir la infección.
Otro estudio de 2017 sugirió que, con base en condiciones de laboratorio, las células del sistema inmunológico tienden a actuar con mayor dificultad a temperaturas bajas, resultando en un contagio probable.
Para finalizar, también otro estudio de 2014 observó que el virus del resfriado se replicaba mejor por la cavidad nasal (que puede tomar temperaturas de 33-35 °C) en comparación con los pulmones (a temperatura de 37 °C); el sistema inmune hace un mayor esfuerzo a temperaturas más altas.
En conclusión
Las investigaciones anteriormente mencionadas parecen aclarar que el sistema inmunológico no trabaja con eficiencia al momento de un clima frío; además, influye el posicionarse en espacios cerrados donde los gérmenes cohabitan con mayor facilidad.
Por lo tanto, los consejos de las abuelas tal vez no estaban tan mal del todo. Es cuestión de recordar que, aunque el resfriado lo produzca un virus, el frío puede convertirse en un estimulador.
Con información de: YouTube | BBC | The New York Times
Imagen portada: Shutterstock
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