Menospreciadas en su tierra natal, pero temidas en el territorio enemigo, el escuadrón 588, mejor conocido como “las brujas de la noche” jugó un papel importantísimo durante la Segunda Guerra Mundial, algo que rara vez se escucha siendo referenciado…
Todo comienza con Marina Raskova, quien obtuvo gran reconocimiento en la Unión Soviética tras haber volado entre Moscú y el Lejano Oriente sin escalas, para así convertirse en héroe nacional. Es por esta razón que aprovecha su amistad con Iósif Stalin, quien lideraba la URSS, para hacerle la peculiar petición de crear un “regimiento especial” de aviación cuyos miembros fueran únicamente mujeres.
Sorprendentemente, al tirano soviético no le molestó la idea y dijo que la consideraría; sin embargo, las élites militares no estuvieron de acuerdo con designar mujeres a la guerra, pero esto tuvo que cambiar por motivos de emergencia…
Tras la Operación Barbarroja, que fue cuando los alemanes invaden la URSS en 1941, Stalin decreta una orden convocando a las mujeres al campo de batalla. Debido a la gran respuesta –de más de un millón- de mujeres alistándose al ejército, Marina Raskova vuelve a sugerir su idea de una flota aérea femenina, siendo complacida esta vez.
Así se crean tres regimientos femeninos de combate aéreo: la división 586, la división 587 y, por supuesto, nuestras protagonistas, el escuadrón 588 de Bombardeo Nocturno, recibiendo posteriormente el apodo de “las brujas de la noche”.
Se reclutaron 115 mujeres de entre 17 y 22 años, pero debido a que la gran mayoría no tenía experiencia o formación alguna para esta tarea, debieron someterse a un arduo proceso de entrenamiento, lo cual incluyó la traumática experiencia de que sus cabellos fueran cortados (como el de los hombres) y pilotear aviones en condiciones cuestionables.
Debían manejar aviones Polikarpov 2, que eran bastante anticuados para la época, mientras utilizaban botas de hombre, las cuales debían rellenar con ropa para poder calzarlas. Tampoco tenían protección para las balas ni para las extremas temperaturas del invierno ruso, algo delicado si recordamos que era un escuadrón de bombardeo nocturno y corrían el riesgo de congelarse.
El peligro era tal que su piel podía quedar pegada al fuselaje debido a las bajas temperaturas, aunado a que eran aviones sumamente pequeños y no tenían bodega para las bombas, así que a veces debían portarlas en su regazo.
No obstante, las condiciones paupérrimas no impidieron que las mujeres del escuadrón 588 se convirtieran en verdaderas heroínas de la guerra…
Escuadrón 588: las brujas de la noche
Las feroces aviadoras realizaron su primer vuelo contra la Luftwaffe (fuerza área de la Alemania nazi) en 1942, y se destacaron por volar a 3 mil metros y a 120 km por hora, aprovechando que sus vehículos aéreos eran difíciles de detectar.
Viajaban en grupos de a tres, pues dos de los aviones actuaban como señuelo mientras el tercero lanzaba las bombas. Nuestras brujas de la noche llegaban a tener entre 10 y 15 salidas en un mismo día, provocando que fueran realmente temidas por los nazis.
Pero… ¿por qué se llamaban las brujas de la noche? Pues debido al sonido que producían los Polikarpov en el aire, los alemanes consideraron que sonaban como escobas, bautizándolas así, y no precisamente con cariño, “las brujas de la noche”. También, se corría el rumor en el Tercer Reich de que los soviéticos alteraban genéticamente a las mujeres para mejorar su vista.
Definitivamente eran temidas y respetadas por el enemigo, algo que no ocurría en la Unión Soviética…
Aunque se considera que el escuadrón 588 era el más respetado de los equipos conformados por mujeres, se sabe que estas milicianas sufrieron de acoso y de violencia sexual, como cuando Raisa Vasilyevna Belyayeva tuvo que escuchar a su comandante decirle que no la enviaría a una misión por ser “demasiado guapa”, según National Geographic.
Esto provocó que las brujas de la noche debieran probar constantemente su valentía y destreza, con el fin demostrar el gran aporte que estaban dando a la URSS y a los aliados en general.
Volviendo a Marina Raskova, la aviadora murió en 1943 en un aterrizaje forzoso en el río Volga, por lo cual tuvo el primer funeral de Estado de la Segunda Guerra Mundial. En cuanto a sus compañeras, entre ellas la famosa Nadezhda Popova junto con otras 23 aviadoras, obtuvieron el título de Heroínas de la Unión Soviética.
Sin embargo, otras miembros del escuadrón como Polina Gelman, Raísa Arónova o Lidia Litviak, nunca fueron homenajeadas, mientras que las brujas de la noche en general no fueron incluidas en el famoso desfile del día la victoria una vez terminó la guerra.
Posteriormente han recibido distintos tributos, ya sea tener su rostro en estampillas o el cómic protagonizado por Lidia Litviak junto con la aviadora alemana Hanna Reitsch; pero, una de las cosas más lamentables de esta increíble anécdota es que a pesar de su valentía, sus esfuerzos y sus victorias, la Unión Soviética y la historia en general, fallaron en dar el mérito que las brujas de la noche merecían.
Con información de National Geographic / El País
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