Pintada en 1666, ‘El arte de la pintura’ es uno de los trabajos más conocidos del artista neerlandés Johannes Vermeer, famoso por otra de sus piezas ‘La joven de la perla’. Concebido como una alegoría a la musa de la historia, Clío, ¡conoce los detalles de una de las obras más influyentes del barroco!
Johannes Vermeer, el barroco neerlandés
Considerado el pintor de lo cotidiano, lo silencioso y lo iluminado, Johannes Vermeer (1632-1675) se consolidó en la historia del arte, gracias al magistral uso del realismo, acompañado de un acercamiento íntimo hacia las escenas, cargadas, a su vez, de simbolismo y alegoría.
El arte de la pintura es concebida como una obra de género, donde el interior doméstico exterioriza la intimidad y el interior de cada uno de los personajes retratados.
El arte de la pintura, una perspectiva llena de simbolismo
La manipulación de la perspectiva -recurso típico en el trabajo de Vermeer-, contribuye a uno de los aspectos más interesantes de esta obra, y en consecuencia, a su éxito. La paradoja radica entre cómo la pintura nos presenta la ilusión a la realidad, y al mismo tiempo, la fisicalidad pictórica, en el sentido de que, mientras encontramos elementos bien difuminados, y sumamente realistas gracias a la minuciosidad de los detalles, otros objetos dejan en evidencia la presencia de la brocha.
Gracias a la espesa cortina de la izquierda, la composición adquiere un carácter teatral y dinámico, capturado en una suerte de in media res. Críticos atribuyen al águila de dos cabezas -emblema de la dinastía austríaca de los Habsburgo-, como un símbolo de la fe católica y la unión de las colonias holandesas y los Países Bajos.
Inspirado en la composición ortogonal y en la bicromía del quattrocento, Vermeer se enfoca en la ubicación de los elementos en el espacio, permitiendo al espectador adentrarse en la profundidad de la habitación, que supone el estudio del artista.
Clío, la musa de la sabiduría
La pintura presenta dos figuras principales, el pintor y la modelo a quien pinta. La escena que se nos presenta es el momento en el que un artista comienza a trabajar sobre su lienzo, teniendo como referencia, a una figura femenina junto a una ventana.
Mientras el pintor se encuentra frente a su caballete, dejando en evidencia el desarrollo de su obra, también es posible detallar el mapa frente a él -el de Países Bajos-, así como la lámpara, la silla, el suelo y la cortina, que nos contextualiza y nos traslada al estudio del mismísimo Vermeer.
Años más tarde, evidenciaríamos estos últimos objetos en la obra Alegoría de la Fe, actualmente ubicado en el Museo Metropolitano de Arte, en la ciudad de Nueva York.
El arte de la pintura se encuentra conformada, esencialmente, por la representación que el pintor hace de Clío, la musa de la historia y la poesía épica, hija de Zeus y Mnemósine. Clío es personificada, por medio de la corona de laurel, el cuerno y el libro, elementos cuya gama de colores se encuentra en toda la composición de la pintura.
La luz y la trascendencia en la pintura barroca
Muy pocos artistas de barrocos comprendieron y se interesaron tanto por la luz y su significado como Johannes Vermeer. En sintonía con la escuela veneciana, Vermeer crea una sensación atmosférica donde la luz natural se convierte en una presencia divina y glorificadora, como Clío, la figura sobre la cual recae.
Con información de: Arte Historia / El Mundo / Essential Vermeer / Historia-Arte! | Foto: Wikimedia
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