Nara, es una antigua ciudad japonesa con una rica historia que una vez fue la capital del país del sol naciente. De su antigua grandeza quedan numerosos lugares de interés como antiguos templos y otros edificios que atraen a los turistas y peregrinos.
Pero el principal atractivo de la ciudad sus ciervos sica, considerados en Nara animales sagrados. Cerca de 1200 perezosos y regordetes ciervos agrupados en manadas deambulan por Nara y con descaro se acercan a los turistas, a la espera de limosnas: por todas partes venden unas galletas especialmente elaboradas para alimentar a los ciervos.
Cientos de ciervos vagan libremente por Nara. Para ellos no rigen las leyes. Incluso a veces cruzan carreteras por lo que se deben extremar las precauciones al pasar por esta ciudad.
Los ciervos viven plácidamente en Nara desde hace más de mil años. Según la leyenda, estos artiodáctilos locales son descendientes de un ciervos mítico que descendió del cielo. Lo único que se permite hacer con ellos es alimentarlos, para lo que venden comida sana y abundante.
Según la leyenda, después de la proclamación de Heiji-kyo como capital de Japón, un ciervo blanco fue enviado por los dioses y bajó del cielo para defender la ciudad. Desde entonces, el ciervo es considerado como un mensajero de los dioses que protege la ciudad y el país.
Se pude ver a los ciervos junto a las numerosas tiendas y puestos callejeros que venden sika-senbey (galletas de reno) que se disputan a los turistas en busca de estas ricas galletas.
Una vez que alguien ofrece galletas a los ciervos, estos aparecen por todas partes, luchando entre ellos por conseguir tan rico manjar.
A finales del invierno, cuando hay pocos turistas y por consiguiente poca comida, se llama a los ciervos para alimentarlos. A la hora de la comida son convocados por un músico que toca sexta sinfonía de Beethoven con una corneta. Esta tradición existe desde 1892 y solo se interrumpió durante la Segunda Guerra Mundial, pero de nuevo se puso en práctica en 1949.
Además de este paraíso de los ciervos, si alguna vez viaja a Japón también podría visitar Okonusima, Una isla que es el paraíso de los conejos.
Con información de: Husmeandoporlared | Foto portada: Nara, Japón / Shutterstock
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