Dentro de Rusia podemos encontrarnos con 22 repúblicas y cada una de ellas tiene un grupo de personas como representantes principales. En el caso de Mari-El, son los mari, quienes no solo son una etnia muy diferente a lo que conocemos de Rusia, sino que son de los paganos más antiguos que todavía existen…
La nacionalidad del pueblo mari cobró vida entre los siglos V y X a orillas del río Volga, donde todavía podemos encontrarlos, bebiendo su licor de miel (el piure), hablando su idioma (el mari), y adorando a alguno de sus 140 dioses, pero… ¿quiénes son los mari?
También son llamados “cheremises”, pero es importante acotar que es un término polémico y podría ser ofensivo. A lo largo de los siglos, los mari fueron súbditos de diferentes kanatos e imperios; incluso, los jázaros y árabes intentaron convertirlos al islam, pero fracasaron.
Posteriormente se intentó cristianizarlos, ya que ahora se encontraban en el Imperio ruso, pero aunque efectivamente algunos se convirtieron, o tomaron figuras de la religión como a Jesús o la Virgen María, los mari, en su mayoría continuaban creyendo en sus dioses “paganos”.
Fue durante la época zarista que el Imperio ruso difundía propaganda cristiana e intentaba someter a los mari, pero en lugar de lograr una total conversión de la población, este pueblo lo que hizo fue incorporar la figura del zar a su propia mitología… dando un mensaje claro: los mari seguirían siendo politeístas.
La situación empeoró –lógicamente- con la llegada de la Revolución Rusa y el establecimiento de una dictadura comunista, la Unión Soviética. Como todos sabemos, el comunismo es ateo y buscaba reprimir cualquier tipo de creencia; sin embargo, la represión a los mari no fue específicamente a su religión, sino a su carácter nacional, ya que los soviéticos buscaban instaurar una nacionalidad única, dependiente de la rusa, así que asesinaron a activistas, científicos y artistas mari con el fin de destruir su cultura… al igual que se hizo con muchas de las otras etnias que coexistían en la URSS. Además, llenaron sus tierras de personas de otras nacionalidades, haciendo que los mari se convirtieran en minoría en su propia nación.
Al caer la URSS, los mari pudieron respirar y se sintieron libres de hacer sus rituales nuevamente. Aunque al principio del siglo XXI el Estado forzó nuevamente una rusificación del país, los mari igualmente estaban en mayor libertad, hasta el punto que tienen su propia entidad legal y nacional dentro de Rusia, la República de Mari El.
Pero, ahora que conocemos su historia, lo más interesante de su cultura es su religión…
¿En qué creen los mari?
Siendo los mari un grupo étnico que vive en las cercanías del largo río Volga, en un clima tupidamente forestal, no es de extrañar que sus deidades o ídolos que adoran sean figuras de la naturaleza. Los más importantes de su creencia son los tres dioses principales: Pürõžö, el dios del destino; Küdõrčö, el del trueno; y finalmente el más importante, Oš Kugu Jumo (o simplemente Jumo), lo que se traduce a “el gran dios blanco”, deidad de la luz y del cielo y quien realmente manda sobre las otras 140 deidades (y el resto del mundo) según los mari.
La leyenda mari cuenta que al inicio todo era un océano eterno, y allí se encontraba una pata nadando mientras buscaba un pedazo de tierra para poder “dar a luz”… Cuando ella finalmente pudo encontrar un espacio de superficie, allí solo logró poner tres huevos, debido a lo pequeño que era el lugar. Del primero salió Jum, (el mismo Jumo) quien creó el mundo; luego, del segundo salió Jõn (el dios de la muerte que luego llamaría Kimajat), creando el infierno; y finalmente del tercer huevo nace Targõltõš, un espíritu maligno responsable de crear caos y manipular la mente humana.
Aunque el relato nos habla de un pato, el dios Jumo es usualmente representado como un ganso, lo que podría explicar por qué los mari sacrifican a estos animales en sus rituales. De hecho, el periódico Washington Post estuvo presente en sus ceremonias, y pudo retratar cómo cada familia lleva su propio ganso para ejecutar en esta tradición.
Los mari creen que antes de sacrificarlo deben lograr que el ganso esté “calmado” y “gentil”, así que lo acarician con una hoja calentada, con el fin de garantizar que sus deseos se cumplan… sí, lamentablemente, luego es sacrificado y posteriormente cocinado para consumirse.
Volviendo a sus peculiares deidades o héroes, tenemos a Čodõra-kuva, la diosa de la caza; a Onaj quien funciona como mediador entre el gran dios Jumo y la humanidad; la diosa Šočõn Ava, la deidad de la fertilidad y el nacimiento; o a Tõlze, dios de la luna y protector de los matrimonios y partos, entre muchos otros dioses.
A pesar de que intentaron convertirlos y borrar sus costumbres, este pueblo continuó ejerciendo su cultura, y aunque han pasado cientos de años, los mari siguen allí, a orillas del río Volga, tomando licor de miel y totalmente “paganos”…
Con información de The Guardian / Washington Post / Wikipedia
--
--